1984: Visita extraordinaria
La mayor parte del Boletín de este año se lo llevan las crónicas de misiones populares que parece comienzan a tener buena salud. El Equipo que se configura está muy activo aunque las crónicas (en algunos casos) omiten datos que, para la Historia, son fundamentales. Quizá es porque a nadie se nos enseñó a hacer estas cosas. Nada tiene de extraño que, sistemáticamente, se recuerde que el Boletín Provincial es de todos, que convendría un cronista por casa, etc… Lo hizo el P. Desiderio Aranguren y lo repite el nuevo «componedor del Boletín», P. Pablo Domínguez, recién llegado de Roma y cuya mano se nota desde los comienzos.
Si los misioneros «en España» silencian, en general, sus trabajos no ocurre lo mismo con aquellos que lo hacen en otros lugares. Destacan, en este año, las noticias del P. Corpus Delgado (desde Perú) y las del P. Ángel Aoiz (desde Guatemala). En ellas se señalan dos aspectos muy interesantes del quehacer misionero. El primero las centra, sobre todo, en el trabajo «vocacional» que, al parecer, es floreciente, mientras el segundo hace referencia a la acción misionera extraordinaria que están desarrollando en un zona (Petén) muy pobre y conflictiva. «Nuestra Navidad será distinta este año. En vez de turrón, frijoles. Para suplir el coñac, agua bien hervida«, escribe el P. Aoiz. Merece la pena su lectura.
Pocas noticias hay de las casas. Destacamos:
- La Laguna. En este año el obispado acepta la cesión de la casa propiedad de la Congregación y que está adosada a la iglesia de San Agustín. Esta Iglesia se quemó veinte años atrás y la casa, aneja a la Iglesia, estaba abandonada y en lamentable ruina. La Comunidad se trasladó a la calle Cabrera Pinto. Al poco será ocupada por cinco hermanos betlemitas con el objeto de restaurar ambos edificios.
- También en Cartagena están muy ocupados en la remodelación de toda la propiedad donde se proyecta un nuevo templo, locales parroquiales, viviendas y una residencia para la comunidad con unas 10 habitaciones.
- En Zaragoza se da por terminada la experiencia del «grupo a modo de casa» que se había implantado en Used (Zaragoza). La diócesis sigue pidiendo insistentemente nuestra colaboración.
Llegan a la Curia, de parte de algunos Obispos o Visitadores de la Congregación, algunas peticiones de misioneros. Subrayamos las provenientes de Filipinas (para atender la Formación de los «nuestros») y la del Obispo de Argel que solicita un misionero para los técnicos y trabajadores españoles que trabajan allí. Dice que le bastaría con tener «alguna noción de francés y carnet de conducir«. A ambos se les responde negativamente.
Un hecho extraordinario ocupa algunas páginas y no es otra cosa que la visita a la Provincia del P. Superior General de cuyo recorrido y bienandanzas hay unas cuantas noticias.
El SIEV organiza en París el primer mes Vicenciano. Ruega la asistencia de un miembro de cada Provincia de la Congregación. De ésta de Zaragoza asistirán, excepcionalmente, Santiago Azcárate y Mitxel Olabuenaga. Se ordenan de diáconos Ángel Echaide y Luis Ángel Delgado.
Se nombran dos Comisiones: una para la elección de Visitador (con algún problema a la hora de recibir las votaciones de Canarias y Estados Unidos) y otra para preparar la Asamblea.
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