Bajo mínimos (Barakaldo)
La ciclogénesis, ventolera, friolera o todo junto azota la costa. Las fotografías en la prensa muestran los destrozos. Lo han notado nuestros paraguas. Lo notan las papeleras. Seguramente que también, por otros motivos, las tiendas que los venden. Al menos, respiramos aire puro. Son las ocho de la mañana. Los alumnos y alumnas de Bachillerato llegan como pueden. Viento y lluvia. Por una vez, apetece entrar. Precisaríamos de peluquería.
El silencio es total. Han comenzado las clases. Duerme la comunidad. Supongo. Joaquín habrá ido a Algorta. Rogelio cuida la casa. Por mi parte, en el despacho antes de iniciar la reunión de la Comisión Pedagógica. Ander vendrá a la tarde. Iván junto con el Equipo de Misiones. El resto, digo bien, en Zaragoza (Ejercicios). Salieron, ayer, puntualmente (las 16:00). Nos quedamos en cuadro. Justo para recibir el «con tu espíritu». Se extraña la situación. Los mínimos quedarán «bajo» cuando se alemanice el miércoles Rogelio. Alquilaremos la «cabra» para mantener con dignidad el espectáculo. Menos mal que, en determinados momentos, se nos juntan don Jesús Pereña y el amigo Javi (Chento). Los «justos» para un mus o unas estacioncitas en la «ruta del vidrio».
Discurren los primeros días de febrero a un ritmo sostenible. Los «mayores» (Colegio) se acercan a la segunda evaluación. Hoy se inician las prematrículas en la Obligatoria. Oigo (son las 8:25) a varias personas en la ventanilla de la Secretaría. Cada una con su razón para el ingreso. ¡Difícil!… Dos semanas por delante. Las Parroquias con sus «catequesis» habituales, con sus «funerales» habituales, con sus «celebraciones» habituales… Hoy, supongo, habrá «cordoncitos» (San Blas) que no cigüeñas (se las comerían las gaviotas). El miércoles, santa Águeda. ¡Pena de fiesta!… Popular en la anteiglesia. El viernes, sor Rosalía… Bajo mínimos pero contentos.
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