Celebración de La Milagrosa (Honduras)
El pasado 27 de noviembre de 2013, en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de Puerto Cortés, Honduras, C.A. concluíamos con gozo los tres días en los que rendimos honor a nuestra Madre del cielo, en la eucaristía en su fiesta patronal. Mientras llegaban los carros y la gente iba acercándose al templo, los cohetes previos a la celebración nos decían que la fiesta estaba por comenzar.
En el lado derecho, las comidas preparadas por los diferentes grupos de la comunidad iban llenando de sabrosos aromas los alrededores de la iglesia. Como ocurre en muchas comunidades de nuestra parroquia, también los niños de la catequesis, después de su preparación correspondiente, le iban a decir al Señor que contara con ellos para ser sus discípulos y participar de manera más plena en la celebración de la Eucarística.
Los nervios, la alegría, los cohetes, los vestidos blancos, y las primeras notas del coro de la comunidad “Alfa y Omega” daban inicio a la celebración alegre en honor a nuestra Madre. La iglesia engalanada, los detalles de fiesta, daban colorido a la celebración. Y después de la monición de entrada, Ovidio, el monitor, nos daba la bienvenida.
Con el canto alegre, vivo, dirigido a María, comenzaban los primeros pasos hacia el altar, los niños, los adultos y el sacerdote que nos presidiría la celebración. Después del saludo a las diferentes personas que nos acompañaban, ya que venían de diferentes comunidades y algunas de lejos para honrar a nuestra madre, nos hablan de la importancia de esta fiesta.
El coro se pulió, los cantos y los que prepararon la celebración hacían que nos sintiéramos en un ambiente muy especial dando tono a todo ello la Palabra de Dios con las lecturas propias del día de la Fiesta de la Milagrosa. El que presidía la eucaristía resaltó en la homilía el origen de la fiesta.
Son muchos los lugares del mundo, en los que vivimos con gran devoción esta fiesta de nuestra Madre. Devoción y fiesta arraigada en nuestra comunidad parroquial.
Un momento importante de esta celebración es cuando los niños y niñas de la parroquia se acercaron a recibir el Cuerpo de Cristo por primera vez. Este año fueron 13 niños que hicieron emocionados la 1ª Comunión en esta eucaristía. Esa misma emoción se podía sentir en las familias, las personas que nos acompañaban junto con la comunidad.
Tenemos que agradecer el trabajo de años, a los catequistas que sábado tras sábado daban las enseñan- zas acerca de Jesucristo a los niños, para poder llegar a este momento tan especial en ellos y para todos.
También a todos los que hacen posible con su mediación, en la vida de estos niños-as, la transmisión de la fe. Un trabajo callado, bien hecho, en el que cada uno pone su granito de arena para hacer posible que la catequesis funcione, y lo hagan bien.
Y con la entrega de la Medalla Milagrosa por parte de las Hijas de la Caridad, como no podía ser de otra manera, como ocurría en 1830, en ese mandato de hacer llegar a todas las personas la Medalla, llegábamos al final de la eucaristía.
Para finalizar la jornada festiva nos deleitó el Coro de la Concordia de nuestra parroquia Sagrado Corazón de Jesús con unos cantos dirigidos a la Virgen María acompañados por la guitarrista Argentina.
Muchas gracias a todos los que han podido hacer posible este triduo en honor a nuestra Madre, a ella nos encomendamos y pedimos que nos acompañe como a los novios del Evangelio en la boda de Caná, y como lo ha hecho con tantas personas a lo largo de la Historia.
Un día muy espacial para la comunidad de la Milagrosa, los niños, las Hijas de la Caridad y para todos los que nos sentimos identificados con esta fiesta en honor a nuestra Madre bajo la advocación de la Medalla Milagrosa.
Félix Mariezkurrena, C.M.
Comentarios recientes