Celebración del 25 de enero en Albacete
En el año de la cooperación vicenciana… La Familia Vicenciana de Albacete celebra la fiesta de la Fundación.
Había movida entre nosotros, desde hacía tiempo…Todos, cada uno a su manera, queríamos expresar algo que llevabamos dentro. Y es que en Albacete, desde hace meses, se respira un nuevo clima vicenciano. Sin querer alardear de nada, ni mucho menos querer ponernos medallas o galones, todos somos conscientes de que hay instinto de familia, hay ese algo que nos hace sentir cercanos los unos a los otros, hay ese querer hacer algo juntos, expresar abiertamente la alegría de sentirnos unidos por una fuerza interior, de celebrar la fiesta de querernos y de trabajar juntos por lo nuestro, por el legado de Vicente y de Luisa, por los pobres que nos rodean por todas partes… ¿Y qué mejor fecha que la de la Fundación de la Congregación de la Misión para dar rienda suelta a nuestra fiesta interior que gritaba desde dentro?
No podemos ocultar nuestras carencias ni orillar nuestras diferencias, esa carga humana que solo los santos, y estos, sólo al final de sus vidas, pueden superar casi del todo. Todavía hay altibajos. diferencias de criterio, tiranteces, pelusillas, malos entendidos…, pero, a pesar de todos los pesares, la balanza se inclina del lado positivo, para los que quieran ver la realidad con ojos limpios…
La Familia Vicenciana de Albacete, todas sus ramas oficiales, tienen representación activa en las reuniones periódicas que tenemos, de vez en cuando, en nuestra casa de Paúles. No está encerrada en sí misma, hay apertura hacia otros que quieran unirse a nosotros; ganas de dialogar y cooperar con personas e instituciones que caminan a nuestro lado en el servicio de los humildes y de todos aquellos que nos tienden su mano esperanzada…
Respiramos con profundidad hacia dentro y hacia fuera. La fiesta de San Vicente, en Septiembre, fue una ocasión propicia para revisarnos y chequear las pulsaciones vicencianas, a la luz de los nuevos retos. El libro de Celestino fue la referencia básica para nuestro encuentro de tres días de reflexión intensa…
Recientemente se han aprobado los Estatutos que nos constituyen, a nivel legal, como Asociación Familia Vicenciana de la Diócesis de Albacete. Es un paso importante que facilita y protege legalmente nuestro servicio a los pobres.
Da cobertura legal a donativos y prestaciones de todo tipo; nos permite acudir con la cara alta a solicitudes de subvenciones y reclamos sociales; nos da rostro humano a nivel de sociedad civil. Esto había que hacerlo ya y lo hicimos sin reticencias ni escaqueos… Y aconsejamos hacer lo mismo a todas las Asociaciones vicencianas en cualquier ubicación territorial en que se encuentren… En nuestra sociedad super informatizada no basta con ser buenos, sino que también hay que parecerlo y darlo a conocer…
También se ha puesto en marcha, recientemente, el Economato Vicenciano de Albacete. Y, en tan poco tiempo, ciento cincuenta familias reciben la ayuda humanitaria que necesitan, con dignidad, pagando parte del costo global de sus compras, aunque solo sea el 25% del total, mientras que las aportaciones de la Familia Vicenciana han ascendido a un total de 20.000€, en este primer año de su puesta en marcha. Por otra parte, unas 400 familias reciben mensualmente la ayuda solidaria de las bolsas de alimentos, en nuestros centros vicencianos, en cooperación con Caritas, y con la aportación de alimentos genéricos de la comunidad europea…
Todo esto, y más, nos invitaba a la fiesta de la unidad y del perdón, pero, sobre todo, a la fiesta de la conversión en el compartir. No se puede celebrar, con sentido pleno, la fiesta de la conversión de corazón de Folleville, de aquel sermón que marcó el arranque de nuestra historia vicenciana, sin pasar por aquella otra llamada urgente de Vicente a compartir los bienes, que proclamó bien alto en Chatillon des Dombes, dando origen al sentido de solidaridad universal, evangélica, que constituye el santo y seña de nuestra Familia Vicenciana…
Y allí estuvimos la Familia entera, en la fiesta de la Conversión de San Pablo y de la conversión de Folleville: en la misa y en la mesa. Nuestra Iglesia de San Vicente era el lugar más apropiado para cantar y expresar nuestras alegrías íntimas de sentirnos herederos del carisma viceniano, iniciado el 25 de Enero de 1617, día de nuestra onomástica familiar
Este día, con más razón, la misa invitaba a la mesa. Y escogimos Nuestro Bar para dar rienda suelta a nuestro impulso vital. El menú fue moderado, eso sí, ya que en estos tiempos de austeridad y estrecheces no podemos contradecir nuestros principios, pero, la fiesta y el ambiente fue de celebración solemne. La reducida selección de fotos que adjuntamos, lo expresa mejor que la palabra…
Gracias a nuestro buen amigo Fernando, fac totum de Nuestro Bar, miembro veterano de la Familia Vicenciana, nuestro reducido presupuesto pareció de boda de postín. Gracias, Fernando, y que Dios te lo pague con creces… Los cuarenta comensales vicencianos de la fiesta te lo agradecemos de corazón. Y los cantos de nuestra juventud bien cumplida lo expresaban bien a las claras…
Gracias, Familia Vicenciana de Albacete, y que nuestra fiesta continúe…
Félix Villafranca cm
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