Cincuentenario de la Provincia en Gran Canarias
El 16 de Noviembre amanecía alegre y soleado en la capital grancanaria. Se ambientaba así con optimismo el día de celebración del Cincuentenario de la Provincia, que acogía en la casa del Lomo Apolinario a los miembros de las dos comunidades: la de Las Palmas y la de Jinámar.
Tras la cordial acogida a los tres misioneros de Jinámar, nos concentrábamos en la salita de la comunidad para asistir a la proyección del power sobre el pasado y el futuro de la Provincia. El Visitador fue desgranando ante nosotros cada una de las diapositivas, varias de las cuales daban lugar a jugosos comentarios por parte de los presentes. Pudimos evocar lugares y personas de los años vividos y quedamos emplazados a caminar hacia lo que debemos ser, lo que hemos de hacer y con quién nos hemos de acompañar.
La Eucaristía fraterna en la capilla de la casa nos brindó la posibilidad de dar gracias a Dios con mucho gozo y esperanza. Las lecturas del día apoyaron nuestra reflexión: con el Apocalipsis, ser testigos de la Palabra de Dios y del testimonio de Cristo, alentando a todos y volviendo a la frescura y el celo del amor primero. Y desprendiendo del ejemplo de Cristo en el Evangelio las actitudes propias del discípulo-misionero: estar en salida, oír el clamor de los pobres, cercanía a ellos, interés real por su situación personal y compromiso solidario. Al final, la entrega de la felicitación del Superior General al P. Jesús Egúaras por sus cincuenta años de sacerdocio sorprendió al interesado y puso una nota de humor en todos nosotros.
La alegría de la celebración eucarística se prolongó en la comida festiva muy bien preparada por Loli, nuestra cocinera. Compartimos los alimentos y el buen humor, las buenas viandas y las bromas, y nos quedó a todos el regusto de la convivencia festiva, que aún se prolongó después largamente en la sala de la comunidad.
De verdad que nos ha merecido la pena esta celebración, que nos ha aportado comunión entre nosotros, identidad vicenciana y sentido de pertenencia a la Congregación.
F. Javier Barrera, C.M.
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