Crónica de Ejercicios Espirituales en Zaragoza – Quinta Julieta ’18
Puntuales a la cita de nuestro Retiro anual, Ejercicios Espirituales, llegamos a Quinta Julieta (Zaragoza), veintidós misioneros de las Provincias de San Vicente de Paúl-España y de Zaragoza. Todos conocidos y apreciados cohermanos y “amigos que se quieren bien”.
“Quinta Julieta”, como una abuelita enternecida y obsequiosa, nos recibe y pone a nuestra disposición sus facilidades en lugares de alojamiento y expansión. Lejos del ruido de la calle, nos disponemos a disfrutar de una convivencia fraterna en jornadas de reflexión, momentos junto a Dios y Liturgia esmerada, gracias a los cuadernos de “Liturgia de las Horas” que nos prepara con mimo el P. Julián Arana. Él armoniza también nuestras Eucaristías y Plegarias.
El domingo, día 28, nada más llegar, a la vez que compartíamos una cena sencilla, nos saludábamos e intercambiábamos noticias y diferentes informaciones. Al finalizar, gozosos, nos entregamos al descanso y reparar así el cansancio de nuestros viajes en avión, tren y coche.
Al día siguiente, 29 de enero, comenzamos la andadura de nuestro Retiro. A las 8,30, estábamos, en la amplia y espaciosa capilla de la casa, alabando a Dios. Todos dispuestos a colaborar en las necesidades de los ejercitantes con entusiasmo, alegría y las actitudes de buenos servidores y hermanos.
En un horario flexible y a lo largo de cinco días, distribuimos los diferentes actos: el Oficio y la Oración común, las Eucaristías y las Conferencias, las reflexiones en soledad, comidas, paseos por el entorno de la finca, …
El P. Aarón Gutiérrez, Asistente general, nos hizo el servicio de la palabra en conferencias y diálogos compartidos. Siempre estuvo elocuente en los temas, cargado de experiencia y atinado en las respuestas a los retos y desafíos que nos presenta la sociedad actual, y a la hora de ayudarnos a sentirnos misioneros vicentinos para la evangelización de los pobres. En verdad, el P. Aarón, ha estado grande con nosotros y nosotros hemos estado alegres en su compañía. Nos ha ayudado con los temas a construir un camino de seguimiento a Cristo evangelizador de los pobres, rememorando la Espiritualidad vicenciana como apoyo evangelizador.
Nos hemos sentido urgidos a vivir un amor apasionado por el Padre, similar al de su Hijo Jesucristo, a revestirnos del espíritu de Jesús y a renovarnos como discípulos misioneros. Hemos evaluado nuestro ministerio pastoral desde Jesucristo, el Buen Pastor, para que el ejercicio pastoral sea para nosotros fuente de santificación. Temas impactantes que, con toda seguridad, han dejado huella en nuestras vidas.
Las vivencias de estas jornadas fueron disponiendo nuestro ánimo para los momentos de adoración en la Eucaristía y la recepción del Sacramento de la Reconciliación, conscientes de que Dios siempre nos espera, siempre nos quiere, siempre nos perdona. Él es fuente de gozo y esperanza.
Clausuramos los Ejercicios Espirituales con la Eucaristía de la fiesta de la Presentación del Señor en el templo: “Luz para alumbrar a las naciones”. Y recibimos la ‘candela encendida’, como símbolo para llevar la Luz de Cristo a la parte que nos tocó como heredad: “los pobres”.
José Luis Argaña, C.M.
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