Textos para la Historia de la CM en España (1 de mayo de 1722)
Ordenanzas de la casa de Barcelona, 1 de mayo de 1722
«Juan Bonne, indigno Superior General de la C.M. a nuestros carísimos hermanos los sacerdotes, clérigos y coadjutores legos de la casa de Barcelona, salud en Cristo Nuestro Señor.
Después de haber leído con grande atención todos los memoriales de comunicación y otras escrituras pertenecientes al presente estado de los particulares y toda la familia, hemos juzgado a propósito hacer y dejar a esta Comunidad las presentes ordenanzas para la gloria de Dios, para la común edificación de la familia y también para la perfección de cada uno de sus miembros.
1.- Encomendamos y encarecemos con todo el afecto de nuestro paterno corazón la verdadera vida de caridad y santa paz y unión de todos nuestros espíritus y corazones en Cristo Nuestro Señor, e ejemplo y dechado de las Apóstoles y primeros fieles, de los cuales está escrito: Multitudinis credemtium erat cor unum et anima una. Y, por tanto, ojalá que en esta familia reine verdadera y perfecta caridad, con la cual el superior querrá siempre tiernamente a sus inferiores, como hijos o hermanos muy queridos. Y así también los inferiores querrán a su superior, como verdadero y carisimo padre. Y finalmente los iguales se amarán entre sí, como verdaderos hermanos e hijos del mismo Padre y de la misma Madre, y así cantarán muy de veras: Ecce quam bonum et quam jucundum habitare fratres in unum.
2.- Pues a fin que esta caridad verdadera no degenere de su nobleza y excelencia, con igual cuidado han de huir y echar fuera, muy lejos de la casa, las amistades o aversiones particulares o personales como injuriosas y ruinosas a la común caridad que debe reinar entre todos nosotros. Y además se deben observar los votos y las reglas y píos usos de la Congregación con toda lealtad y fidelidad; pero sin escrúpulos de corazón o esfuerzo de cabeza; mas con verdadera libertad y filial amor de Dios, de la Congregación y deseo de su perfección. Por ejemplo, no deben los inferiores salir al huerto sin licencia del superior; mas el superior, como buen padre de sus inferiores, debe concederla sin duda a cualquiera que la quiera con razón o necesidad, y que paseará en silencio, y con observar todas las buenas conveniencias
3.- Así en las funciones de la casa, como en aquellas de la campaña, los obreros serán fieles a las reglas de sus oficios y funciones, y usarán siempre del estilo llano y sencillo de la Congregación, y no traspasarán los tres cuartos de hora de sus sermones o catecismos en días de trabajo o labor, y la hora entera en días de fiesta o domingos.
4.- A los Hermanos Coadjutores no les tenemos como simples domésticos o servidores o pajes; mas como verdaderos hermanos e hijos de la Congregación, por los mismos votos agregados al cuerpo del que somos miembros todos; mas no deben por tanto ser o menos humildes o menos aparejados a ayudar en todos los oficios de Marta a los sacerdotes; pues a estos servicios por su estado y su profesión son destinados y nunca jamás se olviden de estas palabras de Cristo Nuestro Señor: Qui se exaltat humiliabitur, et qui se humiliat, exaltabitur. Y, por tanto, sirvan a los sacerdotes en todos los oficios de su estado con humildad y amor y tengan gran cuidado de la limpieza de la casa; y los sacerdotes y Clérigos a los Hermanos cobren verdadero amor y santa caridad, pues unum corpus multi sumus; singuli autem alter alterius membra in Christo Jesu.
5.- Estas Ordenanzas leerá el superior, o las hará leer a la familia después del Capítulo del primer viernes de cada mes, y la amonestará de las faltas que se hagan contra ellas, y algunas de ellas tomará por materia de las conferencias espirituales de la familia, y con todos estos medios esperamos que con la gracia de Nuestro Señor, que fecundará vuestros buenos deseos, sacaréis la mayor gloria de Dios, la perfección de vuestras almas, y también la salud de los clérigos y de los pobres aldeanos, de los cuales con Cristo seréis salvadores».
PARADELA, B.: «Colección de documentos…» pp. 48-51.
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