Textos para la Historia de la CM en España (28 de abril)
Carta del Vicario general de Menorca al Padre Pinell, elogiando la labor realizada en aquella isla por los PP. Misioneros. 28 de abril de 1758.
Muy Rdo. Sr.: La atención y agradecimiento con que me reconozco deudor a Vm., me obligan a escribir la presente por el motivo de haber concluido en esta isla la misión de estos Padres de la Congregación, y para informarle de los felices progresos con que Dios ha bendecido sus trabajos.
Ellos han cumplido tan perfectamente su ministerio, que no han discrepado un ápice de la observancia que el Divino Maestro recomendó a sus primeros Apóstoles; pues han brillado en esta isla como la luz puesta sobre el candelero, iluminando con su doctrina e inflamando con su ejemplo los corazones para preservar de la corrupción espiritual a estas pobres almas.
Sea Dios bendito por tanta misericordia y ayúdeme Vm. a darle continuas gracias por los prodigios que se ha dignado obrar por medio de estos sus buenos ministros.
Aquí hemos visto públicas conversiones (le herejes; confesiones generales, a millares; reconciliaciones de enemistades inveteradas, infinitas. Mas, ¿por qué me canso? Díganlo ellos que lo han experimentado, que yo sólo diré a Vm., que ellos han sido los que han renovado en esta isla la inocencia en las almas y han santificado estos pueblos con sus trabajos, lo que no puedo pensar sin enternecerse mis ojos. Bendiga Dios a estos buenos ministros y prospere a la Congregación de San Vicente para su mayor gloria y bien de las almas.
Toda esta isla queda con la mayor satisfacción de estos señores, v al ver ha llegado la hora de su partida, se afligen por su ausencia; pero yo más que todos, pues me veo privado del consuelo que hasta aquí he tenido. Sólo puede modificar mi aflicción la esperanza que tengo de que los que ahora han venido de paso, vendrán algún día para permanecer en esta isla, y a este fin trabajo y trabajaré cuanto pueda para que se vea confirmada en esta isla la misericordia que Dios ha empezado a usar con estas almas por medio de estos buenos ministros.
Soy deudor al Rmo. General Luis Debrás de una Carta de Hermandad con que me ha favorecido y de una reliquia de nuestro Padre San Vicente; por lo que suplico a Vm. me tenga en adelante como a uno de sus hijos y hermanos, asegurando a los señores de la Congregación que el afecto [que les profeso será invariable, con el cual espero me darán ocasiones para experimentar esta mi expresión y a Vm. que me mandará en todo lo de su gusto; mientras ruego a Dios guarde la persona de Vm. los muchos años de mi deseo.
I, tn. de Vol, t I más aficionado servidor.
Dr. Gabriel Roig –AMCM. Sig. 4, fol. 35.
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