Textos para la Historia de la CM en España (Octubre de 1934)
«Día 6. Día de grandes emociones. La huelga general impuesta y fomentada por el Gobierno de Cataluña, los rumores más alarmantes que circulan por todas partes, la prolija y descarada preparación de las izquierdas españolas para una revolución sangrienta y arrolladora, nos preocupan hondamente y nos hacen temer acontecimientos históricos nada tranquilizadores.
En efecto, a las ocho de la noche nuestra radio nos trasmite la declaración en rebeldía del Gobierno de la «Generalitat», proclamándose y erigiéndose en Gobierno Provisional del «Estat Catalá», dentro de la República Federal Española. A continuación la estación emisora de Barcelona ya no trasmite, hasta su rendición, sino discos y sardanas alternando con incitaciones a la sublevación armada contra el Gobierno legítimo, dirigidas no sólo a los catalanes, sino a todos los revolucionarios de la izquierda y socialistas del resto de España, con los cuales aquellos pretendían una acción mancomunada contra la patria, contra el capital, contra el orden y contra la Religión.
A las diez de la noche la estación emisora de Madrid trasmite la palabra tranquilizadora del Gobierno español, proclamando el estado de guerra en toda España, declarando faccioso al Gobierno de Cataluña.
La comunidad duerme tranquilamente y el Superior que vela con el asistente, al oír las palabras del señor Lerroux y de otros miembros del Gobierno Central, van a descansar, dejando confiadamente en manos de Dios y de sus representantes en la tierra la suerte que podemos correr.
Día 7. Esta confianza no queda fallida. Acabada la repetición de oración, el Superior recibe una orden del Comité revolucionario de Espluga, en virtud de la cual no pueden abrir la iglesia nilas puertas a ningún externo. La orden es cumplida y por ello no se puede celebrar este día la Misa anual de los Santos Ángeles. Pero luego nos comunica la radio la rendición de la «Generalitat», con lo cual todo vuelve a quedar como estaba antes.
Aquí en la Espluga cuesta un poco más. Cerca de las once el Comité revolucionario entrega la vara al alcalde legítimo y las llaves de la parroquia al señor Rector. Total unas diez horas de «Estat Catalá»; poca cosa, pero quepor poco llega a ser suficiente a encender en Cataluña una lucha fratricida, el final y los resultados de la cual ni los más optimistas se atreverían a pronosticar.
Notaremos solamente el hecho de que los Comités revolucionarios locales de toda España tenían su lista negra de las personas que habían de ser fusiladas sin compasión. Naturalmente que en esta lista ocupaba el primer puesto el clero secular y el regular. Las derechas, sin embargo, y las gentes de orden estaban dispuestas a todo para defenderse. No cabe duda que si no fue un día trágico para Cataluña, se debe a la Virgen del Rosario y en un orden más inmediato a la serenidad y firmeza del Gobierno y a la lealtad de nuestro Ejército»
LOS PAÚLES DE BARCELONA DURANTE LA REVOLUCIÓN.
[1] Anales Madrid, 1935, pp. 133-134 (tomado de Germanor).
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