Ejercicios espirituales en la Residencia de Pamplona
Con gozo y alegría la Comunidad de la Residencia, enfermería Provincial, de Pamplona ha celebrado un año más los ejercicios espirituales. Este año, del 5 al 9 de febrero, ambos inclusive. Han participado también los PP. Jesús Arrondo y Luis Moleres, de la Comunidad de la Iglesia de Pamplona. Y los ha dirigido el P. Paulino Sáez (de la Comunidad de Madrid).
El P. Paulino, en un lenguaje muy sencillo y claro, nos ha ido recordando verdades fundamentales de nuestra vida cristiana y vicenciana: la importancia de profundizar en el encuentro con Cristo, tener presente que Dios nos ama y nos escucha siempre, porque somos hijos adoptivos suyos y porque Él es infinitamente misericordioso. Las figuras de Zaqueo, del buen samaritano, de la mujer siro-fenicia, la parábola del hijo pródigo (parábola de la ternura de Dios) sirvieron de ejemplo para que nosotros nos comportemos como ellos.
Insistió en la Eucaristía como centro de la vida de la Comunidad y de la Iglesia; y en la auténtica devoción a la Virgen María, tan importante en la tradición vicenciana.
Nos hizo ver, además, que aquí estamos viviendo el ciento por uno: muy bien atendidos en todos los sentidos, cuando hay personas mayores que viven solas y que nadie se preocupa de ellas. Esta realidad nos debe llevar a darle gracias a Dios todos los días sin descanso –“siempre y en todo lugar”- como dicen los prefacios. Y nos animó también a que seamos buenos samaritanos dentro de la Comunidad ayudando al que más lo necesite.
En la Eucaristía del último día, el 9 de febrero, todos recibimos el Sacramento de la Unción de Enfermos.
El ambiente comunitario de estos días ha sido ejemplar. Y todos han agradecido al P. Paulino sus reflexiones tan realistas y profundas.
José Luis Induráin, C.M.
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