Encuentro de Superior Locales – Zaragoza
ENCUENTRO DE SUPERIORES LOCALES
5 y 6 de octubre de 2016
Este año ha sido el P. Celestino Fernández quien, con su brillantez de ideas y de palabra, nos ha hecho reflexionar sobre un tema muchas veces tratado, pero que hay que ir asimilando día tras día: “EL CARISMA VICENCIANO Y LA NUEVA EVANGELIZACIÓN”. Lo expone de tal manera que va creando novedad, no sólo por la forma, sino porque los contenidos se van haciendo vida para los ambientes a los que puede llegar la “nueva evangelización”, o la “evangelización nueva”.
Todo el día 5, en cuatro sesiones, sin cansancio aparente, con exposición y diálogos abundantes e interesantes.
Como preámbulo, partió de la constatación de que el carisma vicenciano siempre estará de actualidad, y no es necesario reformularlo. Tal vez, la forma de vivirlo sí deba reformularse. Las claves vicencianas son las que podemos aportar a la nueva evangelización, a la vez que debemos preguntarnos sobre cuáles son los verdaderos espacios vicencianos para esa evangelización.
Precisamente, vamos a celebrar la efemérides del nacimiento del carisma; un carisma, como dice san Pablo, para el bien a los demás, no para fastidiar a los demás. Carisma para el servicio, sin mezclar el carisma propio con otros carismas, por muy buenos que sean.
Nuestro carisma nos lleva a la misión, existe para la misión. Misión que es de todos en la Iglesia, pero más específicamente nuestra. Esta misión evangelizadora puede ser nueva, por la necesidad de evangelizar de nuevo, por causa de la sociedad secularizada, o puede consistir en nuevas formas de evangelización. Sobre todo, evangelizar desde la precariedad, no desde el poder. De tal manera que la Iglesia se convierta en “un hospital de campaña”, donde quepan todos los heridos de la tierra. En esta evangelización, hay que presentar a los pobres el Dios de los pobres, y a Jesucristo, como evangelizador y servidor de los pobres. Para lo que es necesaria la pasión por los pobres, más que la preocupación por los pobres.
Para ver los espacios vicencianos en la nueva evangelización, sin tener que rebuscar, apeló al número 12 de nuestras Constituciones, donde aparece con claridad, y expresamente, el apostolado entre los pobres.
En este momento aparecieron abundantes aportaciones de experiencias que dejaron constancia de la necesidad del paso de la acción social a la pastoral social.
Dentro de las propuestas vicencianas para la nueva evangelización, destacó: La necesidad de reconocer la centralidad de la diaconía de la caridad. Apostar por la evangelización desde lo social. Considerar la organización de la caridad como un testimonio de organización en la Iglesia, no como una realidad técnica, sino como una realidad evangelizadora. Y valorar como agentes de la evangelización a los agentes de la caridad, porque todo lo que hacen los voluntarios lo hacen en función de la Iglesia.
Para que haya evangelización son necesarios los evangelizadores. Los evangelizadores deben tener espíritu vicenciano. Sin espíritu, la evangelización se convierte en activismo social, que no es activismo profético. El evangelizador es una persona con profunda experiencia de Dios, e identificado con Jesucristo, evangelizador de los pobres. Persona que se deja empapar de la voluntad de Dios, estando atento a los signos de los tiempos, sobre todo, a través de los pobres. No debe olvidar nunca el sentido de pertenencia, que va más allá de lo jurídico. Se trata de pertenencia vital.
En su última intervención presento siete criterios, que dan, a los contenidos y al método, sabor vicenciano.
- La sencillez en el lenguaje. La cercanía. Acercar el lenguaje a la gente común, para que la teología sea inteligible.
- Sensibilidad, en actitud misericordiosa y compasiva.
- Presentación de la doctrina social de la Iglesia, ya que lo vicenciano ha de vivirse en esa dimensión.
- El cambio sistémico, entendido como cambio de estructuras.
- La conversión a los pobres, llevando toda la vida en esa dirección.
- Visión de la realidad a través de los pobres; ver con los ojos de los pobres, viendo con los ojos de Dios, que están llenos de misericordia, de perdón, de compasión.
- La misión compartida, no de nombre, sino de hecho. Pasar de la autoridad a la colaboración.
Terminamos el día con la celebración de la eucaristía, presidida por el Ponente.
El día segundo, lo comenzamos con el rezo de Laudes y la Eucaristía, presidida por el P. Visitador.
Dedicamos la sesión primera a la presentación del NUEVO PROYECTO DE MISIONES PUPULARES. Se encargó de hacerlo el P. José María Ibero, con intervenciones puntuales de los que han participado en la elaboración del proyecto.
Tal vez, lo más fundamental del proyecto sea: el paso de la comunidad misionada a la comunidad misionera. Se pretende que sea la comunidad parroquial la que lleve a cabo la Misión. El Equipo de Misiones anima y apoya.
Partiendo de que esta acción pastoral extraordinaria sigue siendo válida para llevar la alegría del Evangelio allí donde haga falta, en este proyecto se recoge “todo el caudal de la experiencia” del pasado, al tiempo que trata de responder a los nuevos retos de la sociedad y de la Iglesia.
Presenta cuatro etapas o tiempos:
Primero. La convocatoria: Discierne sobre la oportunidad y posibles fechas de la misión. Primer encuentro informativo a las personas más vinculadas con la parroquia.
Segundo. La mirada misionera: es la parroquia la que toma conciencia de su propia realidad, no sólo en lo referido a lo sociológico, sino para discernir, desde los valores del evangelio, la realidad en la que está viviendo.
En esta etapa se van discerniendo las posibilidades de cada uno de los miembros comprometidos y se les da la formación adecuada para realizar los diversos servicios. No se limita el tiempo.
Tercero. Comunión evangelizadora: En esta etapa, aunque lo que se busca es la implicación de todos, están presentes, de forma continuada, algunos miembros del Equipo de Misiones. Es el momento de más intensidad; y la comunión de los miembros de la comunidad es ya, de por sí, evangelizador.
En esta etapa se trabaja en torno a tres ejes:
Encuentro con las personas, comenzando por los más cercanos a la parroquia, se va abriendo en círculos, hasta llegar a los que se han alejado.
Encuentro con la Palabra de Dios, para presentar lo esencial del mensaje cristiano, adaptando el mensaje a las diferentes edades y situaciones vitales.
Comunión evangelizadora, en el que se comparten experiencias y se presentan las propuestas de futuro para la comunidad parroquial.
Cuarto. Permanente conversión misionera, que exige cierta tensión, para que los frutos de la misión no sean flor de un día. Han de continuar las dinámicas que se han puesto en marcha durante la Misión, y corresponde a la propia comunidad parroquial velar por esa permanente conversión misionera.
En este Proyecto, se reduce el número de miembros del Equipo Misionero y se intensifica la formación de los laicos, quienes tendrán un contrato temporal, directamente, con el Visitador de la Provincia de Zaragoza.
No se determina el tiempo de la Misión.
En la última sesión, además de la información de cada superior, sobre la situación y los trabajos de cada comunidad, el P. Visitador informó sobre la situación de la Provincia; sobre todo, sobre el estado de los enfermos y sobre los estudiantes. E instó a que se confeccione un proyecto comunitario serio, sin utopías irrealizables, dentro de las posibilidades de cada comunidad, con el compromiso de llevar a cabo lo que se escribe, teniendo en cuenta el Proyecto provincial y el Calendario de Actividades.
El tópico es tópico porque lo han usado muchas personas, y se ha usado porque es bueno. Por lo tanto, recurro al tópico y sigo diciendo que las atenciones que recibimos son inmejorables. Gracias a todos los que hacéis que nuestras estancias en la Comunidad de Casablanca-Zaragoza sean tan agradables.
Paulino Sáez López, C.M.
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