Experiencia misionera, Honduras 2017

¿Qué tendrá Honduras que enamora y engancha? No sé si es el agua de coco o aquella buena gente que vive la fe de una manera diferente. Llegué a Honduras el día veintinueve de Junio, después de haber pasado unos días con la familia y haber asistido a la ordenación de diácono del compañero Iván Juarros en Barakaldo.

Lo primero que me dijo el P. Mikel Sagastagoitia en el aeropuerto después de un afectuoso saludo fue: disfruta de la Misión. Y así lo intenté hacer desde el primer momento. Es tanta la labor que hacen los padres en aquellas tierras que no da tiempo para un respiro. El mes de Julio estuve en Puerto Cortés y el día veinte de Julio me invitó el P. Ángel Echaide a hacer un paseo turístico por las montañas de Cuyamel. Sorpresa la mía cuando, tras unas cuantas horas subiendo por aquellas tierras, apareció Santa Brenda con una bestia, que me ayudo a terminar el paseo.

Al día siguiente nos enteramos con mucha pena del fallecimiento del P. Carmelo Velloso. Unos cuantos días después celebramos su funeral con la presencia del obispo de la diócesis D. Ángel Garachana y la parroquia del Sagrado Corazón de Cortés llena de gente. Me sorprendió mucho lo afectada que estaba la gente y todo lo que apreciaban a Carmelo por su buena labor en los años en tierras Catrachas. El obispo, en la homilía, alabó aquellas virtudes que tenía Carmelo como eran: saber escuchar a las personas y sus buenos consejos, y su amor por la Pastoral Penitenciaria. Terminó Julio y me marché a Cuyamel el mes de agosto.

En esta casa tuve la oportunidad de conocer al P. Javier Irurtia, de quien tanto había oído hablar. Gran experiencia la mía después de haber compartido con él el mes de agosto. Persona alegre y gran misionero. Su amor por el tenis me ha dejado las ganas de aprender este deporte. La experiencia de Cuyamel ha sido muy provechosa para mí. Las salidas a la montaña con  el P. Ángel Echaide y a las comunidades más cercanas con el P. Javier han llenado mucho mi vocación misionera.

Muchos me decían que me parecía al P. Chema Ibero no tanto por su bondad, sino por lo físico. Para mí ha sido un gran orgullo que me dijesen que tengo cierto parecido a él. Espero estar un día a la altura suya como misionero para poder llevar la Palabra de Dios a aquella buena gente. Es más, un día entré con el P. Javier Irurtia a una iglesia y dicen las señoras “¡pero si es el P. José María!”

Doy gracias a Dios y a la Provincia por esta nueva experiencia misionera. No hay dos sin tres. Y es que, en cuanto pueda, estaré de nuevo por aquellas tierras. Gracias a los compañeros por hacerme partícipe de la Misión. En esta experiencia  he aprendido que un misionero se despoja de sus seguridades y comodidades para darse a aquella buena gente y anunciar la Buena Nueva.  Y es allí donde late el corazón de la Provincia, es en aquellas tierras donde uno se siente misionero. Gracias a las dos parroquias del Sagrado Corazón de Jesús y Santiago Apóstol por hacerme partícipe y conocer sus trabajos pastorales. Allí pude disfrutar de las dos festividades: Santiago Apóstol y  Virgen de la Asunción. Grandes fiestas, donde se notó la presencia de todas las comunidades de las dos parroquias en un ambiente festivo y sencillo. Contamos, además, con la presencia de D. Ángel Garachana en ambas celebraciones y en las comidas de la Comunidad. Tuve también la oportunidad de disfrutar de la noche Veneciana y acompañar a la Virgen por la laguna de Cortés. Gran colorido que tenía el mar, con tanta góndola original.  Gracias a nuestro seglar misionero Pedro Azcárate y familia por su acogida. Gran labor la que hace Pedro profesionalmente, siempre dispuesto a ayudarte en lo que necesites. Yo también en el futuro quiero ser parte de ese corazón que late al otro lado del charco. Pero ahora toca estudiar y formarme bien, para un día, si el Señor lo quiere, ser causa de alegría e instrumento de Evangelización en aquella hermosa tierra o donde la Providencia disponga.

Aarón Delgado C.M.

 

                 

 

David Carmona, C.M.

David Carmona, Sacerdote Paúl, es canario y actualmente reside en la comunidad vicenciana de Casablanca (Zaragoza).

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1 respuesta

  1. Josico dice:

    Compañero, ¡Qué palabras tan sentidas y tan estupendas! Sin duda, Honduras tiene algo que engancha, de la cual, has tenido la suerte de vivir y disfrutar en estos meses de verano. Algún día, el buen Dios, nos permitirá servirle en ese lugar. Buen comienzo de curso.

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