Formación permanente, zona Islas Canarias
En plenos carnavales canarios, de interés turístico internacional, fuimos convocados a Las Palmas de Gran Canaria para celebrar nuestra reunión de Zona. En esta ocasión tocaba reunirse en la Comunidad del Lomo Apolinario.
Dejando carnavales y carnavaleros a su bola, nos fuimos acercando a nuestra confortable casa del Lomo, las Comunidades de Misioneros de las Islas.
Allí fuimos recibidos amablemente por el Asistente de la casa P. Jesús Mª Osés, por ausencia obligada del Superior P. José Ignacio Mendoza.
Saludamos al resto de cohermanos de esta Comunidad: Javier López Echeverría, Javier Barrera y Jacob Panthapallil.
De Jinámar, llegaron los Padres Jesús Egüaras y Luís Laborda. El P. Ricardo Medina se encontraba de Ejercicios Espirituales en la Península.
De La Laguna (Tenerife) acudieron los Padres: Julián Arana, José Luís Argaña y José Luís Felipe. Todos nos dimos el abrazo fraterno de bienvenida, tomamos unos canapés, café e infusiones y se nos invitó a comenzar el programa de actos; en la capilla alabamos a Dios con la Hora Tercia y pasamos a la sala de comunidad para tratar el tema de ocasión.
El P. Osés nos hizo la presentación del artículo del P. Nieto C.M. «Llamados a Evangelizar». Todos le habíamos dado en nuestras casas un vistazo más o menos rápido.
La impresión general manifestada en diálogo abierto fue que la ponencia y su desarrollo era muy denso con profusión de citas de documentos papales sobre la Evangelización y algunos conocidos textos de San Vicente que no podían faltar.
Nos pareció que el artículo del P. Nieto, no animaba demasiado al diálogo, sin embargo, prescindiendo de apreciaciones y pareceres nos lanzamos a la exposición de nuestros puntos de vista sobre nuestra llamada a evangelizar; hubo una animada y abundante participación; se aportaron interesantes pensamientos que colocaron en urgente punto de mira la evangelización, según nuestro propio carisma.
Se echó en falta en el tema «Llamados a evangelizar» la mención de nuestras Misiones populares, alma de nuestra evangelización de los pobres, según el estilo de San Vicente. Y de ¿cómo llevarlas hoy hasta los pobres? No se encuentra en la ponencia del P. Nieto.
Ninguna sugerencia práctica para responder hoy a la llamada de la evangelización de los que son nuestra herencia – los pobres – Por ese motivo se sugirió analizar un poco nuestra sensibilidad por los pobres y sus pobrezas, convencidos de que a mayor sensibilidad por ellos y por las causas de su indigencia, mayor interés habrá de descubrir caminos que nos lleven a su orilla; este era el sentir de algunos contertulios, ahuyentar miedos a dejar seguridades, adentramos a lo desconocido, remar mar adentro, sin parapetamos en nuestro castillo interior, aduciendo índices de edad, como excusa de nuestra inacción. Adentramos, dejar seguridades e ir a lo desconocido, esto supondría para nosotros como un nuevo nacimiento evangelizador.
Nuestras Comunidades están casi todas ubicadas en las periferias de pueblos y ciudades, pero tal vez estemos necesitando mayor contacto vital con esos mundos donde la vida clama, las gentes luchan por supervivir y quedan muchas heridas que curar.
Acerquémonos más, a la orilla donde ellos viven y compartamos más cerca su situación; pero claro, esto conlleva: adentrarse y sumergirse, empaparse y mojarse, llegar más adentro en la vida de los ‘pobres para descubrir cómo acompañar, yendo a las raíces de sus pobrezas.
Una caridad que no supere la bolsa de alimentos no sería suficiente, nosotros estamos llamados a más; en las bolsas de alimentos tendría que ir metido el Evangelio, (no el Libro) sino su espíritu: actitudes, y hechos al estilo de Jesús, sentamos con los pobres, compartir sus problemas y alegrías, hacemos cercanos para consolar y acompañar, «y darles a conocer a Dios, anunciarles a Jesucristo, decirles que está cerca el Reino de los cielos y que ese reino es para los pobres», como aconseja San Vicente.
Estamos celebrando el cuarto centenario de nuestro carisma. Algunos signos y gestos en la evangelización y ayuda a los pobres tendremos que dar; pensemos en nuestras posibilidades a todos los niveles: personal, comunitario y provincial.
Si no podemos hacer grandes signos hagamos pequeños signos. Sería sangrante conformamos con convocar a la familia vicenciana para celebrar una Misa de acción de gracias y después quedamos donde estamos, la Misa solo, aunque también, no podrá ser todo.
Habrá que entrelazarse para ayudar; adentrarse no es haber llegado, es vivir en permanente movimiento de búsqueda. No hemos dejado de ver el lugar de donde partimos porque se demora nuestra salida, y aún no vemos dónde queremos llegar porque nuestra sensibilidad por los desheredados, quizá tenga pocos quilates. Este tal vez sea nuestro momento actual.
Este viene a ser el resumen de todo lo que se manifestó en la reunión, que no fue poco, dado que, hubo nutrida participación de los asistentes. Terminamos nuestra reunión, y después de un ratito de descanso la Comunidad anfitriona de acogida, nos obsequió con un sencillo y sabroso almuerzo, que compartimos con alegría y buen humor. Nos despedimos los de Jinamar al barrio y los de La Laguna al barco hasta la próxima reunión que creo será en La Orotava – Tenerife.
José Luis Argaña, C.M.
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