¡Gracias! ¡Hasta el cielo!

El  día 26 de julio me levantaba con la triste noticia que nuestro amigo Alonzo Castillo nos dejaba para ir a la casa del Padre.

Alonso era padre de familia con nueve hijos. Un hombre trabajador incansable, esposo amoroso y persona de fe nos ha dejado y ya está camino del cielo.

Hace 18 años tuve la suerte y dicha de poder presidir de la Boda y ser testigo del enlace matrimonial de Alonzo Castillo con Rubenia Erazo.

El día 27 en Masca, a las cuatro de la tarde celebrábamos la Eucaristía por su eterno descanso y por la esperanza cristiana para la familia con mucha pena por el adiós y alegría porque ya descansa en el Señor.

Le toco padecer muchos años la enfermedad, por el cáncer. Quienes conocemos le conocimos sabemos su dolor y la dificultad para los paciente y la familia. Radio, Quimioterapia, sesiones en San Pedro Sula en las que terminaba agotado. Hace un año parecía que se iba a curar en Septiembre de 2022, y volvió a recaer de nuevo en la enfermedad.

Muchas anécdotas que hacen referencia a su carácter de padre de familia, de hombre de fe, incansable trabajador que junto con su mujer Rubenia Erazo han forjado una familia unida, de cariño, de amor.

Me gustaría destacar que con él, Alonso, se empezó y se dio cuerpo al proyecto de Café que tenemos en la parroquia Santiago Apóstol de Cuyamel.

Ante la necesidad de fondos vino a la parroquia su esposa Rubenia y desde ahí se forjo lo que hoy llamaremos “Café Don Alonzo” en honor a este gran hombre de la pequeña comunidad de Nueva Concepción donde vivía.

Después de recuperarse de la enfermedad, algunas veces nos acompañó Alonzo Castillo a los sacerdotes misioneros a las subidas a la comunidad de Nueva Concepción. Siendo esto una prueba de su esfuerzo, generosidad y amor hacia los sacerdotes.

Sus ultimas horas con su esposa, sus hijos, su familia fueron de paz y de tranquilidad según nos dice su esposa Rubenia Erazo. Recibió el sacramento de la Reconciliación y la Unción de los Enfermos.

Incluso sus últimos 20 minutos de vida los dedicó a rezar el rosario con su mujer y sus hijos. Y cuando toco cantar el Ave María, Alonzo lo hizo con voz clara y fuerte como nos relató su esposa.

Una estrella allá en el cielo brilla como nunca para cuidarnos y para fortalecernos desde el cielo.

Solo me resta dar gracias a Dios por haber tenido la dicha de conocerlo y tratar con este buen hombre, un buen esposo, un buen padre, un buen ser humano y un buen cristiano.

Lo echaremos en falta pero lo recordaremos cada día al tomar nuestra taza de café

¡Gracias por todo! ¡Hasta el cielo!

Félix Mariezcurrena, C.M.

 

 

David Carmona, C.M.

David Carmona, Sacerdote Paúl, es canario y actualmente reside en la comunidad vicenciana de Casablanca (Zaragoza).

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