Las comunidades de Zaragoza: un viaje especial para un día notable
El 8 de Julio pasado emprendimos viaje a Utrillas (Teruel) ocho misioneros paúles para pasar un día de convivencia, visitar el hospital de MFU donde estuvieron las Hijas de la Caridad y tomar unas viandas en el restaurante La Mina.
La convivencia era de las dos comunidades de Zaragoza, que ya habíamos tenido una en Casa Royo y otra en el restaurante Seminario. Ahora fuimos invitados a la Villa de Utrillas. Los Paúles estamos gozosos cuando nos juntamos, hablamos y nos escuchamos con libertad y risas. Estos elementos junto con la oración y el trabajo responsable son la masa de la comunidad.
A través de un paisaje pobre pasamos Belchite, Muniesa, Cortes de Aragón y Hoz de la Vieja; después de 111 km. nos plantamos en las verjas de Hospital Minero de Utrillas. Allí nos esperaba para guiamos D. Manuel Beltrán que encarnaba el conocimiento y el trabajo minero. Sus explicaciones nos hicieron ver como el carbón arrancado de la mina se llevaba a Zaragoza al principio y a las centrales térmicas de Escucha y Andorra después. A través de las increíbles reproducciones hechas por él mismo, el Sr. Beltrán nos hizo ver las herramientas, vehículos, jaulas, planos y otros elementos para la explotación del rico mineral. Nos sorprendió la reproducción de una mina en la que entramos viendo y tocando las capas de carbón lignito, las vagonetas, los candiles de carburo, toda la explotación al ritmo de sus espontaneas y sencillas explicaciones. Tres cuartos de hora duró la visita de los tres pisos de la casa de las hermanas convertida en Museo de la Ciencia y la Arqueología Minera.
No nos hizo entrar, más que de pasada, en la labor educativa, sanitaria, de acogida y misionera de las Hijas de la Caridad que desde 1921 hasta el 2000 vivieron en esta casa.(copio de un reportaje de internet) «Su tarea fue fecunda y su convivencia con los vecinos del pueblo, cálida. Por ello, en el pueblo de Utrillas, en agradecimiento a todos sus desvelos, a las Hermanas de la Caridad el día 10 de septiembre de 2000 se les organizó un acto de homenaje con motivo de su traslado de la localidad, tras ochenta y tres años de permanencia en el pueblo, después de haber desarrollado tan importante labor socioeducativa a favor de la comunidad comarcal».
Al salir del museo volvimos la vista atrás para contemplar en los jardines el arbolado, algunas esculturas mineras y el edificio armónico y equilibrado que atrae la mirada de cuantos van por la calle San Vicente de Paúl camino del restaurante La Mina donde nos espera una terraza y un salón comedor con candiles, picos, palas, barrenas y otras herramientas mineras. El dueño del restaurante, Miguel Ángel, nos saluda y presenta el menú: Exquisitas delicias de Teruel, ensalada ilustrada y chuletas de cordero adornadas con pimiento rojo, champiñones y patatas; pero sí, más chuletas que patatas. El párroco y arcipreste Juan Francisco es invitado a bendecir y compartir la mesa y la convivencia regada con vino, gaseosa, agua y alguna cerveza. Tras los postres fuimos a ver el lugar donde un 6 de mayo de 1936 fui bautizado y donde hay un altar a la Virgen Milagrosa con la bandera de las Hijas de María. El P. Santiago Azcárate se hizo cargo de la llave de la Iglesia para dejarla en el restaurante La Mina, donde el párroco nos había dicho. Emprendimos el regreso señalando el próximo encuentro en Daroca.
Julián Soriano Menés C.M.
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