Mi experiencia en Vietnam

En su carta de Pascua 2023, el P. Superior General de la CM , P. Tomaž Mavrič, hacía un llamado para colaborar con la Provincia de Vietnam ensenando español e Inglés a los estudiantes del Seminario Mayor por espacio de 6 meses. Después de 15 años en USA, yo debía regresar a mi Provincia de Zaragoza, en España.  Dada esta situación de transición, al leer la carta me sentí interpelado y después de un tiempo de oración, consulté a mi Superior Provincial, el P. Santiago Azcarate, quien me dio luz verde, en el buen espíritu de colaboración interprovincial. 

LA SORPRESA ANTE EL GRAN NUMERO DE VOCACIONES:

Vietnam sorprende al viajero occidental por muchas cosas. El calor tropical, la belleza de sus montañas, ríos y lagos; el hervidero de motos en las ciudades moviéndose en todas las direcciones con absoluta libertad, la sencillez y amabilidad de sus gentes, los mercados de frutas, verduras y pescados a pie de calle. Todo esto y tantas otras pequeñas realidades fueron una grata sorpresa para mí.  

Sin embargo, la sorpresa más grata fue ver las Iglesias católicas llenas de fieles participando en la Eucaristía dominical con gran recogimiento interior y cantando con un gusto musical delicioso. No me extrañó, por ello, ver el gran número de vocaciones en el Seminario Mayor de Da Lat. Son 75 en este momento. Y en el Seminario interno ( Noviciado) , en Dong Xuai, hay 20 seminaristas.  No son solamente nuestros seminarios los que están llenos. Todos los seminarios del país, los diocesanos y los de tantas comunidades religiosas masculinas y femeninas, cuentan en este momento con gran número de vocaciones.

EN EL SEMINARIO DE DA LAT

Da Lat es una ciudad situada en lo alto de unas bellas colinas, a una altura de 1,500 metros sobre el nivel del mar. Capital de la provincia de Lam Dong, cuenta con una población de 250,000 habitantes. Por sus temperaturas moderadas es llamada la ciudad de la “Eterna Primavera” en la que crecen los altos pinos, mientras que las caléndulas y mimosas adornan sus sinuosas carreteras.

El propio seminario es una belleza: su enclave en amplios espacios abiertos, su diseño y construcción reciente, las aulas espaciosas, bien iluminadas y con equipos didácticos al día, las canchas deportivas, la bella Iglesia, de un estilo neogótico, en progresivo estado de construcción y en cuyos espacios funciona provisionalmente la parroquia de San Vicente. Y, lo que es maravilloso, ver como los espacios deportivos del Seminario están abiertos a los vecinos, siendo bastante los niños, jóvenes y familias que se acercan cada tarde al Seminario para participar en los juegos deportivos o disfrutar de sus espacios. Igualmente decir cómo cada día a lo largo del año llegan familias pobres y se les ofrece una generosa comida.

Son muchos los aspectos positivos de la vida del seminario y de los seminaristas. Presentaré alguno de ellos.

VIDA ESPIRITUAL:

Los tiempos dedicados al encuentro personal con Cristo y a las celebraciones litúrgicas ocupan un espacio muy importante en la vida del seminario. Es admirable ver la puntual asistencia a la oración personal a las 4:30 de la mañana, la participación en la celebración de la santa Misa siempre acompañada de cantos litúrgicos, la oración litúrgica de la mañana, del mediodía y de las vísperas. La adoración eucarística los jueves; el rezo del Santo Rosario en comunidad los sábados, y en ocasiones, en procesión solemne con la imagen de Nuestra Señora de  La Vang y la participación de un buen número de feligreses de la parroquia.

Pude observar con agrado cómo los seminaristas, después de la cena, suelen formar línea para acercarse al sacramento de la Reconciliación. Los P. Mayores, Joseph Lap y Paul Tri hacen una buena labor pastoral.

TIEMPOS DE ESTUDIO: 

Los programas de la formación académica, tanto de filosofía como de teología, respetan las directrices de la Iglesia para los seminarios mayores.  Debido a la carencia de profesores en la propia comunidad, los estudiantes no siguen un manual o libros de texto donde las materias se desarrollarían sistemáticamente a lo largo, por ejemplo, de un semestre.. La única solución es recurrir a profesores de fuera que, por espacio de 2 o 3 semanas, imparten sus cursos de una manera que llaman “intensiva”. 

Además de las asignaturas académicas propias, son muchas las horas dedicadas al estudio del inglés tanto en Filosofía como en Teología. También se imparten clases de español.

La afición y el cultivo de la música está muy presente. Y hay un buen número de seminaristas que estudian piano y pueden acompañar con la música las celebraciones litúrgicas.

Es admirable ver a los seminaristas, en absoluto silencio, estudiando en sus respectivas vitrinas frente a sus laptops, durante el tiempo de estudio personal en la noche.

TIEMPOS DE CONVIVENCIA Y DEPORTE:

Durante las comidas y como si se estuviese celebrando una fiesta, el amplio comedor se llena de voces alegres, de gestos amables y sonrisas. Sin duda que el carácter Vietnamita, hecho para la convivencia familiar y el trabajo en equipo, les ayuda a vivir esos momentos de manera tan abierta y jovial. 

Terminada las comidas, y con la misma alegría y espíritu de esquipo, los seminaristas preparan los vegetales, la carne o el pescado que se ha de cocinar en el día, al tiempo que otros grupos lavan los cubiertos, trapean los pisos, cuidan los jardines y los animales que hay en la casa. El mantenimiento de la casa, en su práctica totalidad, está a cargo de los seminaristas. 

Las 4 de la tarde es la hora esperada del deporte. Hora feliz.  No importa el calor o la lluvia que pueda sobrevenir. A las 4 de la tarde todos los seminaristas e incluso algunos padres formadores, con vestidos deportivos, se lanzan a las pistas de futbol, de voleibol, bádminton, o tenis de mesa para disfrutar de ese encuentro.  

ACTIVIDAD PASTORAL DE FINES DE SEMANA:

Llega el Domingo y muy temprano, 5 o 6 de la mañana, los seminaristas, prenden sus motobikes y parten hacia sus diversos trabajos pastorales: catequesis en las diversas parroquias y en las comunidades étnicas, visitas a hospitales y orfanatorios y visitas domiciliarias a los enfermos en compañía de miembros de la Sociedad San Vicente de Paul, Ozanam

Debo decir que este grupo de voluntarios Vicenciano, muy bien organizado y presidido por el padre Gerard Du CM, hace una labor asistencial grande con la visita y ayuda a enfermos y discapacitados en sus casitas y procurando víveres  para los centros de discapacitados psíquicos, orfanatorios y comunidades de minorías étnicas más desfavorecidas. Tuve la feliz oportunidad de acompañarlos durante los fines de semana.  

Para terminar, quiero darle las gracias a usted, P. Tomaž, y a mi Provincia de Zaragoza que me permitieron a participar en esta misión. Dar las gracias también  a la Provincia de Vietnam y cada uno de los Padres que han sido tan acogedores y pacientes conmigo; y también dar las gracias a los seminaristas por su amistad y la oportunidad que me han dado de compartir su tiempo, su ilusión y sus trabajos. Y por supuesto, gracias a Dios y a nuestra madre la Virgen María, que sido los que me han dado la salud, la fuerza y el entusiasmo para llevar adelante esta sencilla misión. Muchas gracias. 

Jesús Arellano, C.M.

David Carmona, C.M.

David Carmona, Sacerdote Paúl, es canario y actualmente reside en la comunidad vicenciana de Casablanca (Zaragoza).

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.