Misión Popular en la parroquia La Esperanza (Cartagena)
INICIO DEL TIEMPO MISIONERO DE “COMUNIÓN EVANGELIZADORA”
EN LA PARROQUIA LA ESPERANZA, DE CARTAGENA.
Inmersos en el camino hacia la Pascua, la Parroquia de Nuestra Señora de La Esperanza de Cartagena, continúa en misión y ha iniciado el tiempo de “Comunión Evangelizadora”; tiempo intenso de tres semanas que se ha ido preparando con la feligresía desde los primeros momentos de “Convocatoria” (curso 2018-2019) y los siguientes de “Mirada Misionera” (en los primeros meses del presente curso 2019-2020).
Tras ver la realidad de la Parroquia, ya se decidió que dividiríamos toda la acción misionera en dos fases diferenciadas. En esta primera que hemos iniciado, abarcaremos la geografía parroquial que comprende la Urbanización Mediterráneo y el Barrio de Media Sala que, justamente son las áreas que dieron origen a la Parroquia en el año 1976, y en una segunda fase, el próximo curso pastoral, la Urbanización Nueva Cartagena, que es la expansión más moderna de la Parroquia. La población total llega a unos diez mil habitantes.
La feligresía ya estaba convocada previamente para el primer Domingo de Cuaresma, a las 12.00 del mediodía. La Eucaristía, presidida por el Obispo Auxiliar de Cartagena, D. Sebastián Chico Martínez, ha sido el insustituible marco para compartir y arropar el Envío misionero de 9 laicos (5 mujeres y 3 hombres de la Parroquia), 1 Hija de la Caridad (Sor María José, del Colegio S.V.P.) y 3 sacerdotes (D. Pedro -el Párroco-, Jesús Mari Egüés y un servidor). Cabe apuntar que se incorporarán al equipo esta semana, otra Hija de la Caridad (Sor Luisa, del Colegio Patronato) y otros dos misioneros paúles (los padres Joaquín Estapé y José Luis Cañavate).
D. Sebastián ha agradecido públicamente el trabajo misionero de los paúles en toda la Diócesis durante las dos últimas décadas, recordando con cariño, al P. Luis Mari Martínez San Juan, para que también él interceda desde el cielo. A todos nos ha animado a ser facilitadores de la conducción de la Gracia de Dios y su Buena Noticia, como tuberías que la distribuyan por todas las calles y plazas, para llegar a todos y, especialmente, a las familias y personas más alejadas de la vida parroquial.
Hasta el numeroso grupo de niños presentes (unos cincuenta), llamados por el Obispo al final de la Eucaristía, han puesto su fuerza para que la bendición de Dios nos acompañe en este tiempo misionero. Un hermoso coro parroquial, compuesto por 12 mujeres, nos ha ayudado a alabar y bendecir a Dios porque ha estado grande con nosotros.
Unidos como familia misionera también contamos con el recuerdo y la oración de todos vosotros.
Mikel Sagastagoitia C.M.
Comentarios recientes