Normas Provinciales 2006

msoCA37Congregación de la Misión

Provincia de Zaragoza

XIII Asamblea Provincial

Normas Provinciales

Líneas Operativas

2006

A las Misioneros de la Provincia

Queridos Padres y Hermanos:

La gracia del Señor esté siempre con nosotros.

El pasado 8 de septiembre fueron aprobados por el Superior General con su Consejo los cambios propuestos a las Normas Provinciales por la XIII Asamblea (2006).

Me alegra presentaros ahora las Normas Provinciales junto con las Líneas Operativas y el Proyecto provincial para los tres próximos años.

La Asamblea Provincial 2006 ha querido centrar su atención en la vi­talidad de nuestros ministerios. Para ello, si bien ha releído todas, ha reflexionado más ampliamente sobre cuatro Líneas Operativas: trabajo en parroquias, misiones populares, misión en Honduras, colaboración con la Familia Vicenciana. Esta reflexión no ha consistido tanto en modificar sustancialmente las Líneas ya existentes, cuanto en subrayar la importancia de vivir nuestra Misión y de realizar nuestros ministe­rios como seguidores de Jesucristo Evangelizador de los pobres (identidad vicenciana) de una manera significativa.

Os invito a hacer de estos documentos criterio y referencia para la programación y actuación en los diversos ministerios, cauce para la revisión y evaluación personal y comunitaria, tema de diálogo en los encuentros comunitarios e intercomunitarios, espejo donde contrastar la vitalidad de nuestros ministerios.

Que Santa María, la Virgen fiel, y San Vicente de Paúl, cuya fiesta celebramos hoy, animen la fidelidad de cada uno de los misioneros de la Provincia y acompañen la vitalidad de nuestras comunidades y mi­nisterios.

Corpus Juan Delgado Rubio, c.m. Visitador

Zaragoza, 27 de septiembre de 2006

NORMAS PROVINCIALES

ACTIVIDAD APOSTÓLICA

Principios generales

1. Manifestamos nuestra condición de misioneros y estaremos dispuestos a partir a otros lugares.

a. La sugerencia de cambio puede venir del Obispo, de la Provincia o de la Comunidad local.

b. La decisión del cambio compete siempre a la Provincia, conforme a las Constituciones y Estatutos, teniendo en cuenta a la Comunidad local.

c. El Visitador, para los destinos, tenga en cuenta prioritaria­mente las Líneas Operativas.

2. Nuestros lugares de trabajo deberán ser los más adecuados para vivir el espíritu vicenciano: zonas rurales deprimidas económi­camente y escasas de clero, núcleos de inmigrantes, y donde existan nuevos pobres en la sociedad actual.

3. Revisaremos nuestras obras de manera que todas ellas respon­dan cada vez más plenamente a la vocación propia de la Con­gregación (Const. 12 y Est. 1)

Misiones populares

4. La Provincia de Zaragoza considera la renovación de la Misión extraordinaria como la prioridad más urgente del momento ac­tual. En particular, se propone promover con empeño las Misio­nes Populares según Const. 14.

5. El Proyecto Provincial asumirá con claridad la forma de llevar a cabo de manera efectiva este ministerio, a tenor de las direc­trices expuestas en la Líneas Operativas de la Provincia.

Misiones «ad gentes»

6. Nuestra participación en el trabajo misional «ad gentes», del que todos hemos de sentirnos solidarios, se orientará preferen­temente a la misión de Honduras.

7. La Provincia procurará contribuir con su personal, preferente­mente en forma temporal, a la evangelización de los pobres y al establecimiento del Reino de Dios en el territorio de dicha misión. Sea generoso el Visitador en permitir ir a éste y a otros posibles países de misión a quien lo pida y reúna los requisitos necesarios.

8. Procuraremos mantener una alta estima del ideal misionero y fomentaremos las inquietudes misioneras en cuantos se relacio­nan con nosotros, colaborando en 00. MM. PP. y COVIDE­AMVE.

9. A cada uno de los miembros de la Provincia se le invita a que, tanto de sus bienes personales como de lo que percibe de la Provincia como asignación personal, sea generoso con las mi­siones.

Acción Social

10. Nos sensibilizaremos ante el fenómeno de la injusticia y de la violación de los derechos humanos. A la luz del Vaticano II, de los Sínodos Episcopales, de los Documentos de los últimos Pa pas y de la misma doctrina vicenciana, proclamaremos que la promoción integral del hombre y su liberación de toda injusta situación es parte de la evangelización.

11. Donde ejerzamos nuestro ministerio trataremos de conocer la situación concreta de los pobres, las causas concretas de la po­breza, las posibles violaciones de la justicia y derechos huma nos, y en colaboración con otras personas, grupos y organis­mos, nos esforzaremos en resolver los casos particulares y, so­bre todo, en instaurar la justicia social, el respeto sagrado a la dignidad de la persona y la paz, llegando hasta la denuncia pro­fética.

12. En esta línea de acción social, y por común espíritu vicenciano, colaboraremos de un modo especial con las Hijas de la Caridad y con las demás Asociaciones fundadas por San Vicente o pro­venientes de su espíritu.

13. La Comunidad Provincial y las locales, al elaborar sus respecti­vos Proyectos Comunitarios tendrán en cuenta la acción social que, en su aspecto económico, reflejarán en unas cantidades que dedicarán, incluso por medio de un proyecto propio, a la promoción social y a obras de caridad, de acuerdo con sus in­gresos y las necesidades de la zona.

14. Cada Comunidad de la Provincia dedicará cada mes el equiva­lente de los ingresos de un día de todos los misioneros para re­mediar las actuales formas de pobreza, como expresión de solidaridad. Esta aportación deberá proceder, no de la contribución a la Procura Provincial, sino de una mayor austeridad en el mo­do de vida de la Comunidad. La manera de llevar esto a la prác­tica se concretará en el Proyecto Comunitario anual.

Parroquias – Misión

15. Para la Evangelización en nuestras parroquias tendremos en cuenta los criterios y objetivos siguientes:

1. Trabajaremos por llegar a una Iglesia misionera, que busque y esté abierta a los alejados y no creyentes. Tendremos espe­cial empeño en potenciar siempre la dimensión evangeliza­dora de toda nuestra acción pastoral.

2. En las parroquias donde trabajamos intentaremos una cate­quesis sistemática orientada a formar comunidades.

3. Procuraremos que las comunidades parroquiales donde evan­gelizamos sean sensibles a las necesidades de los más pobres y marginados y estén animadas constantemente a vivir el amor y a compartir con los necesitados. Hemos de animar las instituciones caritativas de la Iglesia.

4. Promoveremos a los seglares de nuestras parroquias en res­ponsabilidades específicas y, en diálogo constructivo con los mismos, favoreceremos sus iniciativas y respetaremos su au­tonomía.

16. De acuerdo con el sentir evangélico y obedeciendo a la auténti­ca llamada de la Iglesia universal, los miembros de la Provincia de Zaragoza en U.S.A. se dedicarán al servicio pastoral y social de la Comunidad Hispana. Nuestro trabajo deberá organizarse teniendo en cuenta su constante movilidad y su mejor servicio.

Educación

17. Según los criterios del Est. 11, nuestro apostolado en el campo de la educación tendrá una real y eficaz dimensión evangeliza­dora de los pobres.

Inserción diocesana

18. Nos esforzaremos en lograr, personal e institucionalmente, una mayor proyección hacia las realidades diocesanas.

VIDA DE LA CONGREGACIÓN

Normas sobre la práctica de la Pobreza

19. La Provincia se guiará en el tratamiento de sus asuntos econó­micos a nivel provincial, local y personal, por los criterios con­tenidos en las Constituciones (nn. 31-35 y 148-155), en los Estatutos (nn.100-107) y en el Estatuto Fundamental de la pobre­za.

20. El estudio de los citados números y del Estatuto Fundamental de la pobreza deberán incluirse en el Programa de Formación Permanente y serán objeto de estudio y diálogo por parte de las Comunidades.

21. Según las Constituciones, el Estatuto Fundamental de la pobre­za y el espíritu de las Reglas Comunes, se establecen las si­guientes normas para la práctica de la pobreza:

1. Sujetos a la ley universal del trabajo, nuestra dedicación al mismo no ha de ser menor en horas a la de los hom­bres de modesta condición.

Las vacaciones de todos los miembros de la Provincia, cualquiera que sea su destino, comprenden un mes.

2. Todo fruto del trabajo personal pertenece a la Comuni­dad. Se considera fruto de este trabajo lo percibido in­cluso con ocasión del ministerio o por razón de oficio.

3. Nuestro estilo de vida en todos sus aspectos, tanto co­munitaria como personalmente, «sea como conviene a quien es pobre» (RC III, 7)

4. Todos observaremos gran moderación en viajes, vaca­ciones y gastos personales.

5. En la elaboración de los Proyectos Comunitarios y en las revisiones de vida comunitaria deberá tratarse del uso del teléfono y de los coches, a la luz del número 21,3 de estas Normas.

6. La asignación mensual lleva implícito el permiso para emplearla en los gastos que ella debe cubrir.

7. La compra de vehículos se limitará a las necesidades de la casa, siendo necesaria la autorización por escrito del Visitador. No se autorice ni la posesión ni el uso de co­ches particulares.

8. Periódicamente evaluaremos la práctica de la pobreza al revisar el Proyecto comunitario, según Est. 16.

Oración

22. Del tiempo señalado para la oración personal en las Const. 47,1 tendremos, al menos, media hora de oración en común en el tiempo más apropiado para la Comunidad.

23. Dedicaremos anualmente cinco días a una profundización de la vida espiritual, personal y comunitaria, mediante los Ejercicios Espirituales.

El Visitador y su Consejo organizarán tandas de Ejercicios para la Provincia, sin perjuicio de la programación y aceptación de otras formas de hacerlos.

MIEMBROS DE LA CONGREGACIÓN

Proceso de admisión e incorporación

24. En el Seminario Interno se recibe a quienes, habiendo alcanza­do una madurez humana y cristiana -a juicio de los moderado­res, oído el parecer de los estudiantes y teniendo en cuenta el Plan de Formación Inicial de la Provincia-, quieren ser admiti­dos en la Congregación, tras haber hecho la petición por escri­to.

25. Los Propósitos se hacen una vez para siempre y cada uno los reaviva en su corazón frecuentemente.

26. La emisión de los Votos se hará no antes de dos años u des­pués de seis desde la admisión en el Seminario Interno.

Algunos derechos y obligaciones

27. El miembro simplemente admitido:

1. Tiene como normas rectoras de su vida las Constitucio­nes y Estatutos de la C.M. y las Normas Provinciales, según el Plan de Formación Inicial.

2. Participa de todos los bienes espirituales de la C.M.

3. Participa de los bienes materiales de la Comunidad a la que se encuentra adscrito, según se determine en la pro­gramación del grupo dentro del Proyecto Comunitario y de acuerdo con el Plan de Formación Inicial.

4. Participa activamente en la planificación y funciona­miento de la Comunidad local, salvo los derechos espe­cíficos de los formadores.

28.

1. Además de lo establecido en las Constituciones, cada misionero de la Provincia ofrecerá una misa por cada difunto de la misma, preferentemente en la concelebra­ción comunitaria.

2. Nos sentiremos muy cercanos a los misioneros en la pér­dida de sus padres, haciendo lo posible por acompañar a la familia en los funerales.

29. Cada miembro de la Provincia podrá ofrecer, o hacer que se ofrezcan, cuatro misas al mes sin estipendio por su propia in­tención.

FORMACIÓN

Pastoral Vocacional

30. La Provincia de Zaragoza dispone de un Plan de Pastoral Voca­cional, cuyo funcionamiento revisará anualmente el Visitador y su Consejo.

31. Los directores del Seminario Menor Vicenciano y de la Etapa de Acogida son nombrados por el Visitador con el consenti­miento de su Consejo.

Formación de los nuestros

32. La Provincia de Zaragoza cuenta con un Plan de Formación Inicial, que revisará periódicamente el Visitador y su Consejo con las propuestas de la Comisión de Formación.

33. El Plan de Formación Inicial de la Provincia de Zaragoza com­prende dos etapas:

1. Seminario Interno.

2. Seminario Mayor Vicenciano.

Previamente, los candidatos a la Congregación deben vivir una experiencia de acogida entre nosotros, que permita un juicio suficiente de los moderadores y una opción madura de los pro­pios candidatos.

34. Nombramiento de los Directores:

1. Dado el carácter interprovincial del Seminario Interno, su Director es nombrado por la Conferencia de Visitadores, de acuerdo con lo establecido en los «Estatutos para el Seminario Interno Interprovincial de la Congregación de la Misión en España».

2. El Director del Seminario Mayor Vicenciano es nombra­do por el Visitador con el consentimiento de su Consejo.

Formación Permanente

35.

1. Según Const. 77.1, Est. 42 y el Plan Provincial de For­mación Permanente, el Visitador nombrará la Comisión que anime la formación continua de los nuestros.

2. Urja esta Comisión la lectura comunitaria de las Consti­tuciones, Estatutos y Normas Provinciales, de forma pe­riódica, y programe su estudio en las distintas comunida­des y zonas.

3. Cada individuo, cada Comunidad y aun el Visitador con su Consejo, procuren responder y favorecer estos pro­gramas, organizando la vida ministerial de modo que se pueda atender a ellos responsablemente.

ORGANIZACIÓN DE LA PROVINCIA

Régimen Provincial

36. El Visitador es elegido por la Provincia para cuatro años. Puede ser reelegido sólo para dos más.

37.

1. El Visitador, o quien haga sus veces, oído su Consejo, iniciará el proceso electoral el 15 de septiembre anterior al término del periodo para el que fue elegido.

El Visitador, o quien haga sus veces, nombrará una Co­misión de tres miembros para que ponga en marcha di­cho proceso electoral.

2. Serán funciones de la Comisión: enviar listas de miern­bros con voz activa y pasiva, señalar el calendario de votaciones, hacer el recuento de los votos y comunicar al Superior General y a la Provincia los resultados.

Con el fin de no dilatar el proceso, la Comisión utilizará los modernos medios de comunicación.

La Comisión Electoral enviará a la casas, junto con las listas y el calendario, tres bloques de papeletas de distin­to color, señalando en cada una el número de votación a que corresponde. Cada bloque contendrá tantas papele­tas oficiales cuantos sean los miembros con voz activa en cada comunidad. Estas papeletas deberán diseñarse de manera que garanticen el secreto y eviten falsificacio­nes. Dentro del tiempo hábil y, convocados por el Supe­rior, al menos con una semana de antelación, los miem­bros de las casas se reunirán para efectuar la votación en acto comunitario. Si algún miembro de la comunidad está ausente, podrá hacer llegar su voto en un sobre ce­rrado dentro de otro sobre. El escrito exterior deberá ex­plicar que el sobre cerrado contiene su votación a incluir con las demás papeletas de la Comunidad.

El Superior y Secretario comprobarán que el proceso de votación ha sido correcto.

Una vez introducidos todos los votos en un sobre, será cerrado y sellado en presencia de todos. El Secretario lo enviará a, la Comisión Electoral y levantará acta de la sesión.

La Comisión Electoral abrirá los sobres de las casas y contará los votos, comprobando que no sobrepasan el número de miembros con voz activa de cada casa. Los sobres de las casas sólo se podrán abrir en presencia de la Comisión en pleno. Una vez que han sido mezclados los votos se iniciará el escrutinio

3. En cada una de las votaciones, cada elector podrá pre­sentar un solo candidato.

Será elegido, en primera votación, el candidato que ob­tuviere la mayoría absoluta de los votos válidos.

Si ninguno de los candidatos obtuviere la mayoría abso­luta, se procederá a una segunda votación, en la que ten­drán voz pasiva los cinco que hubieren obtenido mayor número de votos. Si hay varios empatados en el quinto lugar, todos ellos gozarán de voz pasiva en la segunda votación.

Será elegido, en la segunda votación, el candidato que obtuviere la mayoría absoluta de los votos válidos.

Si ninguno de los candidatos obtuviere mayoría absolu­ta, se procederá a una tercera y definitiva votación. Se­rán candidatos en la tercera votación únicamente los dos que hayan obtenido el mayor número de votos en la se­gunda. Los casos de empate se resolverán a favor del mayor de vocación y edad.

Resultará elegido el que obtuviere la mayoría absoluta de los votos válidos. En caso de empate, se tendrá por elegido el mayor de vocación y edad.

4. Una vez elegido el Visitador, el Presidente de la Comi­sión electoral no lo comunicará a la Provincia hasta que el Superior General lo confirme en su oficio y el intere sado haya aceptado. Si el Superior General no confirma al elegido o el interesado no acepta la elección aprobán­dolo el Superior General, se comenzará de nuevo el pro­ceso electoral después de haber publicado el resultado total de la elección.

5. El Visitador elegido, una vez confirmado por el Superior General, tomará posesión del cargo dentro de los quince días siguientes a la fecha de su confirmación.

38. En caso de muerte del Visitador o de cese en su cargo, gobierna la Provincia temporalmente el Asistente Provincial o, en su de­fecto, el Consejero más antiguo, debiendo convocar elecciones para Visitador en el plazo de quince días.

39. El Visitador tendrá un Asistente nombrado por el mismo Visi­tador de entre los Consejeros.

40. Los Consejeros serán cuatro, nombrados por el Visitador, pre­via consulta a la Provincia, para el mismo periodo de tiempo para el que haya sido elegido el Visitador.

El Consejo Provincial se reunirá, aproximadarnente, una vez al mes.

41. El Visitador, con el consentimiento de su Consejo, nombrará Ecónomo Provincial. Puede ser uno de los Consejeros. En caso de que no lo fuera, podrá ser llamado a los Consejos cuando se trate de asuntos económicos.

42. El Visitador y su Consejo elaboren, mediante una Comisión si fuera necesario, un Proyecto Provincial.

Nuestros Misioneros en U.S.A.

43. Los misioneros de la Provincia de Zaragoza destinados en U.S.A. forman una Corporación: «PP. Paúles Community (Vincentians) Tnc.».

44. La Corporación celebra la, reunión anual prescrita por la ley civil en el lugar, tiempo y con la agenda aprobados por el Visi­tador. Los documentos, reglamentos, sello y actas de las reu­niones de la Corporación se conservan en el archivo propio.

45. Los misioneros destinados en U.S.A. se atienen en la adminis­tración de los bienes económicos a lo establecido en las Nor­mas Provinciales para todos los miembros de la Provincia de Zaragoza.

Régimen de las casas

46. El Superior local es nombrado por el Visitador para un trienio, previa consulta a los miembros de la comunidad. De la misma manera podrá ser nombrado para un segundo trienio y, con la aprobación del Superior General, para más de un segundo trie­nio, si fuera necesario (C. 130, 1°).

47. El Asistente y el Ecónomo domésticos son elegidos anualmente por los miembros de la comunidad. Hecha la elección, se infor­mará al Visitador.

48. El Ecónomo doméstico informará mensualmente a la comuni­dad sobre el estado de las cuentas. Presentará a la comunidad el balance de fin de año, una vez firmado por el Superior y el Asistente.

49. Los oficios de los Colegios se nombran conforme a lo determi­nado por el Reglamento de Régimen Interior del propio Centro.

50. Todos los miembros de la comunidad son miembros del Conse­jo doméstico. Cuando el Visitador, con el consentimiento de su Consejo, lo juzgue necesario para alguna casa, constitúyase un Consejo Doméstico compuesto por el Superior, Asistente, Ecó­nomo y dos elegidos por la comunidad.

Asambleas

51. Asisten a la Asamblea Provincial:

1. Por oficio: el Visitador, Ecónomo y Asistente Provincia­les.

2. Un diputado elegido en cada casa por mayoría absoluta. Cada casa elegirá, además, en votación distinta, el susti­tuto del diputado, siendo suficiente en este caso la mayo­ría relativa.

3. Uno de cada diez miembros o fracción, computados se­gún el número 61 de las Constituciones, elegido por ma­yoría de votos en un único colegio electoral.

Esta votación se realizará después de que hayan sido designados los diputados de las casas.

Al enviar a las casas los resultados de esta votación, las listas contendrán los nombres y el número de votos ob­tenidos por los que han resultado elegidos diputados y por otros tantos sustitutos. De los demás, figurará el nombre, pero no el número de votos.

52. La Asamblea Provincial tiene su propio Directorio. La Comi­sión preparatoria envía una copia del Directorio aprobado en la última Asamblea a cada mo de los asambleistas para que lo estudien y se apruebe en la primera sesión con las modificacio­nes que parecieren oportunas.

ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES TEMPORALES

Principios generales

53. Es necesaria la diferenciación entre administraciones de la Obra y de la Comunidad. Esta diferenciación se ha de hacer, a ser posible, en todas nuestras actividades.

54. La gestión económica de la Provincia corresponde al Ecónomo Provincial, a los administradores de las obras y de las comuni­dades, debiendo haber una sola administración en cada obra y en cada comunidad.

55. Tanto los gastos como los ingresos de las obras, de las comuni­dades y de la Provincia han de ser presupuestados anualmente y con suficiente antelación, a fin de que sean examinados por el organismo competente antes de finalizar el ejercicio y, con las observaciones oportunas, los pase al Visitador y su Consejo para su aprobación si procede.

56. Las escrituras de nuestras propiedades, deudas, becas perpetuas y fundaciones estén en regla y consten en lugar identificable, tanto en el archivo doméstico como provincial. Las becas de fundación acompañan al seminarista hasta su ordenación.

57. Las comunidades y las obras deben tener al día un inventario de sus cargas y de sus bienes, que ha de ser examinado en la visita de oficio que hace el Visitador cada dos años.

58. Los préstamos y arrendamientos que se hicieren a los misione­ros y extraños, así como los que se reciban, efectúense con fór­mulas de valor legal. La cuantía de los préstamos no podrá superar nunca el 50 por ciento de los gastos que puede hacer el Superior.

59. En orden a evitar una deuda considerable por acumulación re­petida de la cantidad que los diversos administradores pueden gastar sin consultar, una vez contraída una deuda igual a la cantidad señalada para tal gasto, no podrán gastar o prestar nada sin consultar a la autoridad superior según derecho y normas.

60. Las cuentas bancarias de todas las administraciones de la C.M. han de tener corno titular a la misma y al menos dos firmas au­torizadas, normalmente las del Superior y Ecónomo, e indistin­tamente.

Nivel Provincial

61

1. Gastos que puede hacer y permitir el Visitador:

– Por sí mismo, 9.000 euros.

– Consultando al Ecónomo Provincial, hasta 40.000 euros.

– Oído el Consejo, hasta 80.000 euros.

– Con el consentimiento del Consejo, hasta 400.000 euros.

– Con el consentimiento unánime del Consejo, hasta 800.000 euros.

– Para gastos superiores a los 800.000 euros ha de con­sultar a la Provincia y ha de contar también con el permiso del Superior General.

2. El Visitador puede delegar al Ecónomo Provincial para que disponga por si mismo de la misma cantidad que él tiene asignada.

62.

1. El Ecónomo Provincial informará a la Provincia:

a) Semestralmente, de su gestión administrativa.

b) Anualmente, de la economía de las casas.

c) Cada año, del estado de los bienes de la Provincia.

2. Cuídese de que la información sea discreta y de que no trascienda a los extraños.

63. Los ingresos de la Administración Provincial provienen:

1. De los bienes que directamente dependen del Ecónomo Provincial.

2. De las administraciones de las obras que se gestionan con independencia de la administración de la comuni­dad, salvo las de fundaciones.

3. De donaciones y fundaciones de carácter provincial.

4. De las aportaciones hechas por los individuos en régi­men especial.

5. De estipendios y binaciones.

6. De lo proveniente de las administraciones de las comu­nidades. Las comunidades de la Provincia contribuirán con el 75 por ciento del superávit anual.

Cuando el superávit no alcance los quince mil euros, podrá la comunidad quedarse, para iniciar el ejercicio siguiente, con la cantidad de hasta cinco mil euros.

7. De las aportaciones de otras Provincias por personal ce­dido.

64.       La administración provincial cubre gastos de:

1. La Curia Provincial.

2. Las casas de formación y las comunidades que lo nece­siten, en la cuantía que marque el déficit del presupuesto y en el tiempo en que la comunidad lo precise.

3. Las obras extraordinarias de las casas, cuya aprobación corresponde al Visitador y su Consejo.

4. La contribución provincial a las misiones.

5. Las limosnas y obras pías de carácter provincial.

6. El coste inicial de los nuevos ministerios que se empren­dan.

7. La subvención de enfermos y ancianos de quienes no se puede hacer cargo la comunidad, mientras no existan seguros suficientes para ellos.

8. Las ayudas que necesiten los misioneros que viven en régimen especial.

9. Las cotizaciones a la Seguridad Social de los misioneros no incluidos en el régimen de trabajadores por cuenta ajena.

10. La contribución a la Procura General.

65. La pensión o pensiones de jubilación o enfermedad que corres­ponden a cada misionero, provenientes de la Seguridad Social o de la aportación de otras Provincias, se harán efectivas en la cuenta bancaria de la comunidad a la que el misionero pertene­ce.

66. La Seguridad Social de los estudiantes se rige por los seguros actualmente en vigor en España. La Provincia suple los defec­tos de aquellos.

67. La ayuda a los familiares necesitados se ajustará a las necesida­des reales, a juicio del Visitador y su Consejo.

68.

1. En las administraciones especiales el Visitador con su Consejo determinará las normas propias.

2. Ningún misionero de la Provincia podrá llevar adminis­tración especial alguna o ser responsable de ella sin per­miso expreso por escrito del Visitador o Superior res­pectivo.

3. De estas administraciones se presentarán los libros de cuentas al Superior local cada trimestre, según Est. 103, 3-4.

69. Todos los vehículos de la C.M. deberán estar a nombre de la misma y con los siguientes seguros: seguro ilimitado contra terceros, seguro personal del conductor y seguro de viajeros.

Administración de la Obra

70. Las funciones del administrador de una obra son:

1. Presupuestar los capítulos de ingresos y gastos de la misma.

2. Llevar el movimiento diario de unos y otros.

3. Rendir cuenta de su gestión a los organismos competen­tes.

4. Enviar al Ecónomo Provincial el estado de cuentas den­tro de los treinta días siguientes al término del ejercicu) anual.

71. Los ingresos provienen de la naturaleza misma de la obra y de las aportaciones de la Procura Provincial.

72. Los gastos de la administración de una obra son:

1. Los sueldos y cargas sociales anejos a ellos.

2. Los provenientes de la promoción profesional de los qtle en ella trabajan si están primordialmente en función de la misma.

3. La conservación de los edificios y seguros de éstos.

4. Los sueldos abonados por las obras a los misioneros. Estos han de ser iguales a los de nuestros paralelos pro­fesionales conforme a la realidad en que se vive. Los sueldos abonados por las obras a los misioneros serán ajustados a las horas reales de trabajo.

Administración de la Comunidad

73.

1. Gasto que puede hacer y permitir el Superior local.

a) Por decisión propia, 400 euros.

b) Con el consentimiento de la comunidad, hasta 1.500 euros.

c) Con el consentimiento unánime de la comunidad, hasta 4.000 euros.

2. El Superior local puede delegar al ecónomo local para que disponga por sí mismo de la misma cantidad que ei tiene asignada.

74. Las funciones del Ecónomo de la comunidad son:

1. Presupuestar anualmente el capítulo de gastos e ingre­sos de su administración.

2. Llevar el movimiento diario de los mismos.

3. Rendir cuentas de su gestión a los organismos compe­tentes.

4. Tener un libro de becas y de fundaciones.

5. Enviar anualmente el estado de cuentas de la casa al Ecónomo Provincial dentro de los veinte días siguientes al término del ejercicio anual.

6. Enviar también a la Procura Provincial, dentro del mis­mo plazo, e175 por ciento del superávit anual.

7. Informar a la comunidad sobre el estado de cuentas en la forma y tiempos necesarios para la evaluación de la pobreza.

75. Los ingresos de la comunidad provienen:

1. De los emolumentos fijos que perciben de la obra a la que están adscritos los miembros de la comunidad.

2. De los estipendios de las misas.

3. De los réditos de las fundaciones y becas.

4. De las retribuciones por trabajos eventuales.

.           5. De las pensiones recibidas por ancianos y enfermos.

76. Los gastos de la administración de la comunidad son:

1. Habitación y alimento.

2. Médicos y medicinas.

3. Libros y cultivo profesional, dedicando al menos 100 euros por individuo y año.

4. Contribución a la Procura Provincial.

5. Contribución a las misiones en cuantía no inferior a 40 euros por persona y año.

6. Limosnas y obras sociales, pudiendo hacer uso del fon­do presupuestado para ellas, no sólo el Superior, sino también los demás componentes de la comunidad.

7. Asignaciones personales a cada uno de los miembros cíe la comunidad para sus gastos.

Administración de las Parroquias

77. Las parroquias, como todas nuestras casas, deben tener distinta administración para la comunidad y la obra.

78. Administración de la comunidad:

1. Son ingresos de la comunidad: las nóminas y cualquier otro tipo de complemento concedido por la Diócesis, los trabajos extra de los misioneros, los estipendios de misas o sus equivalentes, los donativos a la comunidad.

2. Son gastos de la comunidad:

a) Todos los que se refieren al sustento de los cIue tra­bajan en la parroquia: alimentación, mantenimienlo de la vivienda si es propiedad de la C.M., servicio, asignación personal de los misioneros pertenecien­tes a la comunidad con o sin nómina diocesana, contribución a la Procura Provincial y a las Misio­nes.

b) Si la fábrica o parte de ella es de la C.M. hay que fijar una parte de los ingresos de la obra parroquial para su conservación y amortización.

3. Se propone como nómina la determinada por la Dióce­sis, más una cantidad que, junto con la nómina, cubra los gastos citados en este mismo número 2.a). La cantidad total tiene que provenir de la nómina oficial, de la caja de compensación, de las aportaciones voluntarias y de las colectas. En su defecto, la Diócesis suplirá hasta completar esta cantidad.

79. Administración de la obra parroquial:

1. Son ingresos de la obra parroquial: la cantidad prove­niente de los servicios parroquiales, las colectas, las aportaciones voluntarias, los donativos a la obra parro­quial y las aportaciones de la Diócesis.

2. Son gastos de la obra parroquial:

a) El edificio material y su mantenimiento, manteni­miento de la obra si es de la Diócesis y el servicio de la obra.

b) Gastos de obras apostólicas de la parroquia, de caridad, de catequesis, etc.

c) Las contribuciones obligatorias a la Diócesis.

d) Las nóminas y suplementos que se han de pagar a los sacerdotes de la parroquia y a otros colabora­dores y agentes de pastoral

80. Este apartado hay que tenerlo en cuenta al hacer contratos con la Diócesis.

Administración de los Colegios

81. El colegio se administrará de tal manera que la obra produzca para los gastos anuales y para su conservación y amortización, si fuera posible.

82. La comunidad presentará las pensiones al Visitador y su Conse­jo para su aprobación.

83. La obra pagará a todos los misioneros dedicados al colegio los seguros sociales de acuerdo con la legislación vigente.

Bienes de administración personal

84.

1. La comunidad local pondrá a disposición de cada uno de sus miembros, cada mes y con motivo de las vacaciones, una cantidad de dinero con la que pueda proveer a sus necesidades personales; esta cantidad se denomioa «asignación personal».

2. Con la asignación personal se cubrirán los siguieutes gas­tos:

a) Aseo, ropa, calzado y efectos personales.

b) Viajes y diversiones personales.

c) Vacaciones y aficiones.

d) Limosnas personales.

3. El Visitador y su Consejo determinarán la cantidad co­rrespondiente a la asignación personal. Será revisada a comienzos de año, teniendo en cuenta la situación eco­nómica de la Provincia y el nivel de vida.

4. Como puede ocurrir que por circunstancias extraordina­rias un misionero tenga alguna necesidad que no puede cubrir con la asignación personal, esté la comunidad atenta a proveer esa necesidad.

5. El uso de este dinero que la comunidad pone al servicio de sus miembros será uno de los puntos de revisión pe­riódica en las comunidades locales.

6. La comunidad sufragará los viajes de vacaciones de los residentes en Canarias y de los canarios residentes en la península, cuando se desplacen de Canarias a la penínsu­la o viceversa.

7. La comunidad cubrirá los viajes de vacaciones de los mi­sioneros destinados en otro país a su país de referencia.

85. Se suprime toda clase de asignaciones personales por parte de la comunidad: mensualidad -fuera de la asignación personal-, onomástica del Superior y particulares, Navidad y Reyes, fin de curso, clases de verano, etc.

Voluntariado

86.

1. La Provincia de Zaragoza, así como sus comunidades y obras, en el desarrollo de sus fines propios, favorecen la participación de personas voluntarias y la promoción del voluntariado.

2. Las obras y comunidades suscribirán un acuerdo con cada una de las personas voluntarias, a quienes otorgarán su correspondiente acreditación.

3. Las obras y comunidades suscribirán, por sí mismas o en colaboración con otras organizaciones afines, las pólizas de responsabilidad civil, enfermedad y accidentes, de acuerdo con la legislación vigente en cada lugar y para cada situación.

4. Del acuerdo con las personas voluntarias y de las polizas se guardará copia en los correspondientes archivos de las obras y comunidades.

5. Desde la administración provincial se mantendrá suscrita además una póliza de responsabilidad civil subsidiariu.

87.       ESTAS NORMAS PROVINCIALES SON LAS IJNICAS VI~ GENTES EN LA PROVINCIA DE ZARAGOZA

Líneas Operativas

TRABAJO EN PARROQUIAS

En fidelidad a nuestra vocación cristiana y vicenciana, queremos vivir y transmitir el carisma vicenciano en las parroquias en que los misioneros ejercemos nuestro ministerio, atentos a los nuevos planeamientos pastora­les y a las realidades socioculturales nuevas.

1.- Cada parroquia elaborará un Plan de Pastoral que favorezca la continui­dad en el trabajo,

2.- Trabajaremos para que la comunidad parroquial crezca y madure como comunidad misionera que acoge, vive, celebra y anuncia la Buena Nueva de Jesucristo al mundo.

3.- Para hacer efectivo el ideal vicenciano de evangelización, promoveremos la acción caritativo-social a favor de los pobres, con proyectos concretos.

4.- Por fidelidad al espíritu vicenciano, daremos a conocer y promoveremos, en la medida de lo posible, las asociaciones de la Familia Vicenciana.

5.- Tendremos como tarea primordial la formación de los laicos, mediante procesos catequéticos que lleven a la maduración en la fe, a la participación y corresponsabilidad en los órganos parroquiales y al compromiso socio­político.

6.- Favoreceremos con nuestra participación e interés todas las tareas que lleven a una mejor pastoral de conjunto en las zonas y Diócesis en las que estamos presentes, según nuestro carisma vicenciano.

7.- Implantaremos en nuestras parroquias un grupo de evangelización que anime la dimensión misionera.

MISIONES POPULARES

La Provincia de Zaragoza asume como una de sus prioridades las Misiones Populares tan entrañablemente queridas por san Vicente. Como la Provincia de Zaragoza favorece y estimula el ministerio de las misiones:

1.- Se mantendrá un Equipo de Misiones formado por un número de miem­bros de la Provincia no inferior a 6, e incluso procuraremos que crezca.

2.- El Equipo de misiones y las casas de la Provincia mantendrán una buena comunicación entre sí.

3.- Las comunidades facilitarán, en la medida de sus posibilidades, la partici­pación de alguno de sus miembros en las misiones populares.

4.- Promoveremos el compromiso temporal o permanente de laicos en el Equipo, procurando para ellos la adecuada cobertura y ayuda: espiritual, formativa y económica. La aprobación de los posibles contratos correspon­derá siempre a la administración provincial.

Se intentará la incorporación de seglares como integrantes del Equipo de Misiones.

5.- Buscaremos cauces para una mayor colaboración en este campo con la Farnilia Vicenciana.

6.- Animaremos la participación en nuestras misiones de sacerdotes dioce­sanos, buscando su posible incorporación en el Equipo.

MISIÓN EN HONDURAS

Nuestra presencia en Honduras es actualmente la forma más explícita de nuestra participación en la Misión «ad gentes». Para llevar a cabo esta labor evangelizadora:

1.- Mantendremos el Equipo Misionero y procuraremos desarrollar el Plan de Evangelización para toda la Misión.

2.- Responderemos generosamente a los nuevos proyectos que se prepa­rarán en la propia Misión y se enviarán a la Curia Provincial para su pre­sentación en las instancias correspondientes. Las ayudas provenientes de los fondos económicos provinciales, de ayudas personales y de otras insti­tuciones, servirán para el mantenimiento de las obras sociales y otros pro­yectos evangelizadores.

3.- Implicaremos en la elaboración, ejecución y evaluación de los nuevos proyectos a los agentes de pastoral y a los miembros de las comunidades cristianas.

4.- Tendremos presente en nuestra oración la Misión de Honduras. En este sentido impulsaremos el día dedicado anualmente a esta Misión; anima­remos e interesaremos en esta tarea a las personas con quienes trabaja­mos.

5.- Trabajaremos en la Pastoral Vocacional, colaboraremos con los laicos cristianos y con la Familia Vicenciana, así como potenciaremos en nuestra Misión el trabajo de Voluntarios cristianos respaldados por nuestras Comu­nidades.

6.- Fomentaremos la colaboración con las provincias vicencianas que tra­bajan en Centroamérica en proyectos de misión, formación, pastoral voca­cional, acción pastoral, etc.

7.- Mantendremos un intercambio permanente entre la misión y las demás comunidades de la Provincia a través de la colaboración temporal de misio­neros en proyectos puntuales, el Boletín Provincial y el correo, la comuni­cación habitual y agradecida con los bienhechores y personas afectas a la Misión.

COLABORACIÓN CON LA FAMILIA VICENCIANA

Asumimos con gozo las iniciativas llevadas a cabo en relación con la crea­ción y el fortalecimiento de la Familia Vicenciana. De nuestra parte:

1.- Continuaremos conociendo y estimando a cada uno de los grupos vicen­cianos. Para ello estaremos atentos a sus publicaciones, participaremos en sus encuentros cuando se nos invite y fomentaremos momentos de en­cuentro.

2.- Seguiremos promoviendo los movimientos vicencianos desde nuestras comunidades y ministerios. Para ello, seremos acogedores y compartire­mos momentos de nuestra vida comunitaria.

3.- Conoceremos los planes de formación de los diversos grupos. Apoyare­¡nos los que se organicen conjuntamente, y participaremos activamente si se nos invita.

4.- Cada comunidad impulsará, si es posible, algún proyecto común de ac­ción social a favor de los pobres, de los inmigrantes, de los marginados (presos, transeúntes, enfermos de sida,…). Para ello, nos implicaremos personal, comunitaria y también, económicamente,

5.- Cada comunidad, en el Proyecto comunitario, reflejará los nombres de los misioneros que van a colaborar con los grupos de la Familia Vicenciana que lo requieran.

Formación permanente

En respuesta a la llamada de Dios, que se inició en el bautismo, nos esforzamos por seguir a Cristo evangelizador de los pobres, dando forma en nosotros a las mismas actitudes de Cristo. En este dina­mismo de fidelidad y conversión, se inscribe nuestra necesidad de formación permanente.

En los próximos tres años nos proponemos:

1.- Concretar y urgirnos en los Proyectos Comunitarios medios efi­caces de formación en cuanto comunidad y para cada uno de los misioneros.

2.- Esmerarnos en la preparación y realización de los ministerios y servicios que se nos confían.

3.- Especializar a algunos misioneros para poder afrontar como co­munidad las nuevas respuestas que reclama la evangelización de los pobres.

4.- Participar en los encuentros provinciales, interprovinciales e in­ternacionales (CIF, SIEV, etc), que nos ayuden a mantenernos atentos a las situaciones cambiantes, sostenidos en las crisis, sere­nos en medio de las dificultades y creativamente comprometidos ante las llamadas de la Iglesia y de los pobres.

5.- Cuidar los encuentros de zona (entre comunidades próximas) de modo que favorezcan el conocimiento mutuo, la convivencia frater­na, el celo misionero, la sintonía con los pobres y la atención a los temas candentes del momento.

Pastoral vocacional

Nuestra fidelidad a Dios requiere del cultivo y extensión del carisma vicenciano en la Iglesia.

En los próximos tres años nos proponemos:

1.- Favorecer en todas nuestras obras y ministerios, así como en nuestras comunidades, la cultura vocacional: descubrir y fundamen­tar el sentido de la vida en el Señor que llama a todos a ser hijos y hermanos, a hacer vida el Evangelio en la pluralidad de carismas y Servicios.

2.- Potenciar la pastoral juvenil en todas nuestras obras y dedicar nuestras mejores fuerzas al acompañamiento de jóvenes y adultos en sus procesos de maduración en la fe.

3.- Inipulsar una comisión de pastoral vocacional en todas las comu­niclades, en la que se integren el delegado local de pastoral vocacio­nal, otros miembros de la comunidad y agentes laicos que participan eimuestros ministerios.

4.- Acercarnos a los jóvenes y su mundo, facilitando su encuentro con la vitalidad de la Iglesia y con la novedad del Evangelio.

5.- Abrir nuestras casas, ministerios y comunidades a experiencias de encuentro, oración, convivencia y trabajo, de modo que nuestro caris­ma y forma de vida puedan ser conocidos y compartidos por otros.

Pastoral juvenil

A través de los distintos ministerios observamos que la pastoral juve­nil constituye, no sólo una línea transversal de nuestra actuación pas­toral, sino también un auténtico reto a nuestra labor evangelizadora. I’ara responder a este reto nos proponemos:

1.- Activar el trabajo con los jóvenes reconociendo la diversidad de ámbitos en los que éste se desarrolla entre nosotros.

2.- Crear foros de comunicación y actuación en los que las diferentes furmas de Pastoral Juvenil intercambien sus puntos de vista y sus ac­tuaciones, a fin de enriquecernos mutuamente y de poder programar acciones conjuntas.

3.- Priorizar la dimensión vicenciana, atendiendo a los grupos que han nacido en el seno de la Familia Vicenciana y a todos los que po­tencian el compromiso con la justicia y la transformación de la socie­dad.

4.- Favorecer procesos de crecimiento y maduración en la fe, a través de un acompañamiento personal adecuado, que ayude a desembocar al joven en opciones de vida cristiana concreta.

5.- Urgir una preparación específica de los misioneros dedicados a la Pastoral Juvenil que ayude a entender, acompañar y responder a la cultura juvenil actual.

6.- Suscitar en los jóvenes a quienes acompañamos algunos de los rasgos más significativos del talante vicenciano para que:

6.1. Sean misioneros en sus propios ambientes

6.2. Se comprometan como Voluntarios al servicio de los maís necesitados.

6.3. Y se impliquen en las distintas estructuras de transforma­ción de la sociedad.

Educación

Entendemos que nuestra presencia en los centros educativos debe estar centrada en promover valores humanos, cristianos y vicencia­nos para cumplir el fin de la Congregación. Para ello:

1.- Proponemos que se preparen adecuadamente los misioneros en los ámbitos que hoy día pueden requerir nuestra intervención educa­tiva y pastoral.

2.- Respecto a nuestros Colegios, procuraremos la presencia de m número suficiente de misioneros que puedan, junto con el profesora­do, mantener vivo nuestro Proyecto Educativo vicenciano. Centrare­mos nuestra presencia en los órganos de gestión y pastoral evangeli­zadora.

3.- En las contrataciones de personal se exigirá la aceptación del Proyecto educativo del centro y fomentaremos la implicación del profesorado en su elaboración, revisión y cumplimiento.

4.- Fomentaremos la colaboración y coordinación con los demás centros educativos vicencianos, con los movimientos juveniles y con los proyectos pastorales relacionados con la educación de los jóvenes.

Pastoral de migraciones

Ante el fenómeno masivo y creciente de la inmigración en nuestro pa­ís la Provincia de Zaragoza y cada una de sus comunidades, en fideli­dad a su carisma vicenciano, se sienten urgidas a:

l.- Acoger a los inmigrantes aceptando sus diferencias culturales y religiosas, superando todo prejuicio desde el reconocimiento de la dig­nidad de toda persona humana.

2.- Ofrecer una atención pastoral integral, atentos a las necesidades yuc lleva ser emigrante.

3.- Cada comunidad, de acuerdo a su realidad social, plasmará en su proyecto Comunitario acciones concretas a favor de los inmigrantes, cu coordinación con los Planes pastorales de cada Diócesis, progra­mas sociales existentes, y en estrecha colaboración con la Familia Vi­ccnciana.

4.- Conscientes de su riqueza cultural y religiosa, les abriremos las puertas a la participación activa en la pastoral parroquial y en los mo­vimientos vicencianos.

S.- Colaboraremos con los movimientos de promoción humana que surgen en los distintos grupos de inmigrantes.

Nuestra presencia en Estados Unidos

Nuestro trabajo entre hispanos en los Estados Unidos responde plena­mente al carisma vicenciano y es tenido en gran estima. Por lo tanto mantendremos nuestra presencia apostando por la evangelización de los hispanos, principalmente:

1.- Implicando en el trabajo a los seglares y movimientos vicencianos.

2.- Participando en los programas de Justicia social de la Diócesis.

3.- Ayudando a los hispanos a la regularización de su residencia per­manente en U.S.A. y a la mejora de su situación social y económica.

4.- Abriendo nuevos caminos de evangelización por medio de algún proyecto concreto para emigrantes.

Colaboración con el laicado

La Provincia de Zaragoza asume con gozo la corresponsabilidad de todos los bautizados en la tarea de evangelización requerida por la Iglesia y urgida por la necesidad de aunar esfuerzos. Entendemos elue esta mutua colaboración pertenece al carisma vicenciano. Por eso:

1.- Potenciaremos su identidad laical y secular. Colaboraremos con ellos a fin de que asuman responsable y efectivamente los trabajos que les corresponden, tanto en la esfera de las decisiones y de la gestión como en las acciones concretas.

2.- Prestaremos, desde nuestra sensibilidad vicenciana, especial im­portancia a su formación en los distintos ámbitos a ellos confiados en el espíritu del voluntariado.

Colaboración con las Hijas de la Caridad

1.- Convencidos de que compartimos el mismo carisma, los misione­ros de la provincia estaremos disponibles a la colaboración con las Hijas de la Caridad.

2.- Participaremos con ellas en proyectos concretos de servicio a los pobres y en la cercanía a los grupos de la Familia Vicenciana.

Mitxel Olabuénaga, C.M.

Sacerdote Paúl y Doctor en Historia. Durante muchos años compagina su tarea docente en el Colegio y Escuelas de Tiempo Libre (es Director de Tiempo Libre) con la práctica en campamentos, senderismo, etc… Especialista en Historia de la Congregación de la Misión en España (PP. Paúles) y en Historia de Barakaldo. En ambas cuestiones tiene abundantes publicaciones. Actualmente es profesor de Historia en el Colegio San Vicente de Paúl de Barakaldo.

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