Novena a la Milagrosa en Pamplona: La Pascua de María
Todos los años, en el mes de noviembre, se celebra la Novena de la Virgen Milagrosa como tiempo fuerte de evangelización, para Pamplona y su comarca.
Este año la pandemia del “covid19” ha impuesto restricciones (30% de aforo en las misas, distancia social, gel …), sin embargo, el coronavirus no ha podido con el fervor mariano de los navarros. Es mucha la devoción a la Milagrosa de los pamplonicas y, su entorno, como para dejarse vencer por contratiempos, aunque en este caso de alta envergadura,
La impronta imborrable de la novena es el fruto maduro de innumerables celebraciones en honor de la Virgen Milagrosa desde una liturgia cuidada y celebrada con esmero. La dinámica es siempre la misma, pero renovada, combinación de textos bíblicos y litúrgicos, recogidos en un cuaderno, preparado con celo y de gran difusión.
El tema elegido para este año ha sido, “María, mujer de la Pascua”. La línea homilética se ha ceñido al fin propuesto, es decir, hacer camino evangélico acompañando a María en su Pascua. El Misterio Pascual encierra, en cierto modo, todo el misterio cristiano. Los diversos temas están asociados y aplicados a la Pascua de María, de hecho, Ella, estuvo presente en los tres grandes Misterios: Encarnación, Cruz y Pentecostés.
Al hacer balance de la Novena de este año, damos gracias a Dios:
-Por los que han podido participar en ella.
-Por aquellos que queriendo no han podido venir por diversas razones, muchas relacionadas con el coronavirus, y a la que se han unido a ella desde la oración personal o familiar.
-Por aquellos que nos han encomendado a sus enfermos, muchos con Covid19 y que, algunos se han curado, y otros han partido a la Jerusalén celeste, como nuestro querido, Don Francisco Sanz, larragués y bienhechor de nuestra Iglesia.
-Gracias también a nuestro Equipo de Pastoral que ha estado en todo momento a disposición de la Comunidad de los Padres y de los fieles, desde su cálida acogida, para que todo transcurriera sin problemas.
-Gracias a todos nuestros fieles que, con paciencia, compresión y buena cara, han facilitado el servicio pastoral y que, en muchos momentos, con buen temple, han aceptado no poder estar en la eucaristía por tener el aforo completo y la han seguido desde el umbral de la Iglesia.
-Gracias a nuestro Arzobispo, Don Francisco Pérez, que culminó la novena invitándonos a la imitación y propagación del mensaje de la Medalla Milagrosa, como Maestra del Evangelio.
Concluyo la crónica haciendo esta observación: no han sido este año miles las personas que han pasado por nuestro Templo, como es obvio, miles las medallas, calendarios y estampas repartidas, miles las comuniones… pero lo más importante es que, esta Virgen nuestra y en esta ciudad de Pamplona, sigue llegando y tocando los corazones de muchas personas y familias, y esa es la mejor Gracia que recibimos anualmente en cada novena.
“Oh María, mujer de la Pascua, vela sobre este mundo nuestro, en este tiempo difícil y de prueba. Asístenos y haz que caminemos seguros hacia la patria celeste”.
Martín Burguete, C.M.
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