Novena de La Milagrosa (Pamplona)
Comenzaré esta crónica con palabras del Papa Francisco en su carta apostólica a todos los consagrados, les dice: “Mirar al pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza”. Bajo esta idea se comenzó a preparar la Novena en la Comunidad de Pamplona-Iglesia. Entre las propuestas apareció la sugerencia de invitar a distintas Congregaciones con residencia en Pamplona a que presidieran las Eucaristía de las 19:30 de cada día. Además se les pidió que prepararan un esquema de homilía. No fue fácil localizar a algunos. Al final se consiguió que algunos (5) nos acompañaran, agradecidos por la invitación. Así tuvimos entre nosotros al claretiano P. Carlos Pagola, al jesuita P. Ángel Ortiz de Urbina, al salesiano P. Iñaki Lete, al carmelita P. Antonio Viguri y al dominico Mons. Juan José Larrañeta, hermano de nuestro compañero P. Jesús. También nos presidió la víspera de la Milagrosa Mons. Francisco Pérez, Arzobispo de la Diócesis.
El tema central de toda la Novena fue: “MARÍA EN LA VIDA CONSAGRADA Y SU PROYECCIÓN EN EL PUEBLO”. Cada Congregación fue presentando, desde su carisma, la presencia de María en la vida propia y en la acción pastoral. Resultó interesante ir descubriendo cómo en los fundadores siempre la presencia de María motivaba a su espiritualidad y a su ministerio pastoral.
Como todos los años teníamos siete eucaristías diarias y por dos veces al día se rezaba el Rosario, siete de la mañana y siete de la tarde. En todas las celebraciones había organista, lectores, monitores, ministros extraordinarios de la Eucaristía. Con gran entrega, la AMM estaba atenta a cualquier imprevisto. Toda la Comunidad y la presencia del P. José F. Riol celebrábamos las Eucaristías diarias. Los días que no hubo predicador extraordinario el P.Pablo y el P.Julíán suplían esa ausencia. El domingo de Cristo Rey celebramos la colecta pro Honduras (Puente de Fraternidad).
Los tres últimos días de la Novena estuvieron dedicados a la Familia Vicenciana y a las Apariciones. Pensábamos que, en los lugares donde no hubiera nada más que Triduo, pudieran celebrarlo con lo preparado para esos días..
La asistencia y participación de los fieles ha sido como siempre, generosa y fiel. Si en algunas de las Eucaristías se resentía el número, se dejó notar más la participación en los cantos, ayudados por las presentaciones de los cantos de cada día en la pantalla.
La experiencia ha resultado interesante. Ha habido intercomunicación con los religiosos en el año dedicado a la Vida Consagrada. También, el día 27, día de la Milagrosa, participamos en una comida de fraternidad en la comunidad con los predicadores y el Sr. Arzobispo junto con sacerdotes de las Parroquias vecinas.
Como fin de la Novena, y como manda la tradición, el día 28 celebramos a Santa Catalina con la participación de la Familia Vicenciana de Pamplona, presidida por el que esto escribe.
Acabada esta fiesta y ya por la tarde dimos inicio al tiempo del Adviento.
Desde Pamplona, pensando ya en la próxima Novena 2016, decimos una vez más: “Oh María son pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos”.
Tomás Chocarro, CM
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