Orar y servir – Familia Vicenciana de Albacete
El pasado jueves 22 de junio la Iglesia recodaba las memorias de los santos: Paulino de Nola, Juan Fisher y Tomás Moro. En esta encrucijada del santoral la Familia Vicenciana de Albacete eligió el momento para celebrar la fe, la vida y la alegría de sentirse comprometida al servicio del hermano sufriente en la ciudad manchega más relevante del momento.
El lugar escogido fue la emblemática “parcela” de la Casa de san José. Ahí es donde las Hijas de la Caridad del barrio de Las 600 desarrollan parte de su labor social, especialmente, en el proyecto de adolescencia. Dicho emplazamiento fue donado, a finales de 2019, por una buena señora para dedicarlo a la atención de los necesitados. Las hermanas, con la ayuda de las personas que atienden en sus diferentes proyectos la han ido acondicionando y poniendo a punto para buen disfrute de aquellos que la requieran. Por eso, aquella tarde, los miembros de la Asociación diocesana Familia Vicenciana de Albacete disfrutó de un agradable recurso, a la sombra de los pinos, a tan solo 7 Km. del centro de la capital.
Se celebró, sosegadamente, la Eucaristía. El P. Mikel, presidente actual de la Asociación, animó a continuar la gran labor desempeñada por los grupos en favor de los más excluidos, sobre todo, con las personas migrantes y con los internos del centro penitenciario La Torrecica. Además, señaló que la edad avanzada y la disminución de número no son excusas para dejar paso a la desesperanza y al desánimo, pues, nuestro apostolado va guiado por la Providencia del Dios de la Historia y de los Pobres.
Tras la “acción de gracias” vino un excurso basado en el diálogo en torno a centrar la mirada en nuevas perspectivas de atención a las necesidades de las pobrezas que se van percibiendo, como, por ejemplo, la posibilidad de emprender el servicio de piso tutelado para los internos de prisión que tienen derecho a disfrutar de sus permisos de libertad o necesitan un domicilio tras cumplir el periodo de su pena penitenciaria.
En ese coloquio se puso el acento en reforzar, conjuntamente, lo que ya se tiene: el economato, el Reparto Unificado de Alimentos, la atención caritativo-social de los barrios La Estrella-La Milagrosa y el servicio pastoral-catequético, los proyectos de las Hijas de la Caridad (infancia, adolescencia, madres jóvenes e inmigrantes), la pastoral penitenciaria…
Finalmente, cerramos la tarde con un sencillo ágape fraterno donde volvimos a la complicidad de aquellos que se sienten herederos de un mismo carisma. Con ello, nos despedimos hasta septiembre donde nos reuniremos para celebrar las fiestas vicencianas de nuestros grandes santos.
En verano, la Familia Vicenciana de Albacete, seguirá abierta por vacaciones, para continuar la labor que el Señor encomendó a nuestros fundadores allá por los albores del siglo XVII.
En dos palabras: orar y servir, como bien le gustaba sugerir a santa Luisa de Marillac.
Josico Cañavate, C.M.
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