Promoción de Vocaciones Vicencianas (1978)
Acepté con ilusión y sumo interés, hace meses, el nombramiento de promotor de vocaciones a nivel provincial. El problema vocacional de nuestra Provincia de Zaragoza es algo que me preocupa seriamente. Soy, no obstante, consciente de la responsabilidad y de las dificultades que lleva consigo, y por eso os pido a todos vuestra más decidida colaboración y vuestra oración. Trabajar solo o aisladamente en este campo sería condenarse a la frustración y a quemarse a muy corto plazo.
No creo en «milagritos» y ojalá que nadie los espere de mí: nuestros centros de filosofía y teología no se van a llenar de la noche a la mañana. Entiendo más bien que mi misión es un proyecto a largo plazo, que va a exigirme mucha paciencia y estar siempre dispuesto a comenzar de nuevo, cuando el camino emprendido resulte una falsa pista. Eneste ir a tientas lo único que os puedo garantizar es mi entusiasmo, mi buena voluntad y mi entrega incondicional.
He aquí los primeros balbuceos que estoy dando en el cargo:
— Mantengo un contacto especial con varios jóvenes más comprometidos de los numerosos grupos juveniles con los que me relaciono. A algunos de ellos les he planteado ya directamente el problema vocacional. En estos momentos hay ciertas esperanzas sobre dos o tres. Pretendemos cultivar con especial cariño en la línea vocacional nuestros propios centros de estudio: Baracaldo, Pamplona, Murguía, Teruel. Ellos deben constituir la prime ra y más importante cantera vocacional.
Con esta misma fecha escribo a todas aquellas casas de Hermanas dentro de nuestra demarcación territorial interesándoles por el problema.
— A lo largo del año tendremos varias convivencias de orientación vocacional, a distintos niveles (algunas ya se han celebrado en Navidad). En hoja aparte os incluyo la programación general de estas convivencias, con objeto de que la pongáis en lugar visible y sepáis en todo momento el lugar y fechas fijadas, así como las condiciones de inscripción.
La colaboración en este campo puede adoptar diversas formas:
- Ayudar a plantearse el problema vocacional a aquellos niños y jóvenes, al alcance de nuestro celo pastoral, que ofrezcan más fundadas esperanzas de futura vocación Vicenciana.
- Mantener con estos niños y jóvenes un contacto especial, orientando su vida espiritual, estimulando su inquietud vocacional y animándoles a participar en nuestras convivencias de orientación vocacional.
- Comunicarme el nombre y dirección de estos niños y jóvenes con el fin de establecer algún contacto directo con ellos, bien por carta, bien personalmente.
- Hacerme cuantas sugerencias se crean convenientes para un más eficaz cultivo y promoción de vocaciones vicencianas.
- Orar diariamente por nuestras vocaciones.
Agradeciéndoos de antemano vuestra entusiasta colaboración os saluda cordialmente vuestro hermano en S. Vicente.
P. Félix Villafranca C.M.
Comentarios recientes