Proyecto C.M. para los años 1986-1992

1. Evangelización de los pobres

Las Provincias de la Congregación de la Misión atestiguan que, en los recientes años, pero sobre todo a partir de Bogotá, se ha suscitado un nuevo interés por las misiones populares. Más aún, a la luz particular de nuestras Constituciones, las Provincias se han esforzado en centrar sus pun­tos de mira y canalizar más y más sus energías hacia los pobres. Para man­tener estos renovados esfuerzos, la Congregación de la Misión se compro­mete a perseguir los siguientes objetivos durante los seis próximos años.

1.1 Primer objetivo: Cada Provincia elaborará un plan de misiones popu­lares de alguna forma renovadas.

1.1.2 Motivación:

San Vicente nos dice que las misiones populares son nuestra «primera y más importante obra» (RC XI, 10). Nuestras Constituciones (C. 14) esta­blecen que esta obra, tan entrañablemente querida por San Vicente, debe ser promovida con celo. Un compromiso activo en esta obra ayudará a dis­cernir las intuiciones que están en el fondo de todas nuestras obras.

1.1.3 Medios:

El Proyecto provincial concretará cómo deberá elaborarse el plan de la misión renovada, y el Visitador nombrará a aquellos que quieran for­mar parte del equipo misionero.

Los Visitadores alentarán a los equipos misioneros a que aprendan de las nuevas experiencias de misiones populares en otras Provincias, a estu­diar los modos cómo las misiones populares pueden ser llevadas adelante eficazmente en ambientes urbanos, y colaborar con otros, tanto clérigos como laicos, en dar misiones.

1.2 Segundo objetivo: Cada Provincia optará preferentemente por los pobres. Tal opción deberá influir en la elección de las obras, en la distribución del personal y de los otros recursos.

1.2.2 Motivación:

San Vicente dijo a la Congregación: «Nuestro Señor nos pide que evangelicemos a los pobres. Esto es lo que El hizo y lo que desea continuar haciendo por medio de nosotros» (SV XII, 79; ES XI, 386). Nuestras Cons­tituciones urgen que nos caractericemos por «la preferencia clara y expresa por el apostolado entre los pobres» (C. 12, 1°). Ningún nombre está tan ínti­mamente unido a la opción por los pobres como el de San Vicente de Paúl.

1.2.3 Medios:

Cada Casa y la próxima Asamblea provincial concretarán cómo la opción preferente por los pobres deberá influir en las obras y en la distribución del personal y de los otros recursos de las Casas y de la Provincia.

1.3 Tercer objetivo: Cada Casa y cada Provincia buscarán caminos y medios para formar a los laicos, a fin de que colaboren con nosotros en la evangeli­zación de los pobres.

1.3.2 Motivación:

San Vicente comprometió activamente a laicos, hombres y mujeres, para que trabajaran con él en la evangelización de los pobres, v.g.: Las Cofra­días de la Caridad, las Señoras de la Caridad, etc. Nuestras Constitucio­nes nos piden formar laicos y «llevarlos a una participación más plena en la evangelización de los pobres» (C. 1, 3′). Así les guiamos para que unidos a nosotros experimenten gozosamente la obra que Christo vino a hacer (Cf. SV XII, 80; ES XI, 387).

1.3.3 Medios:

Cada Casa especificará los medios por los que el laicado podrá colabo­rar con nosotros en la evangelización de los pobres y formulará un plan de formación a fin de que pueda llevar a cabo la misión. El Proyecto pro­vincial animará a las Casas para que comprometan más a los laicos en sus obras de apostolado.

2. En Comunidad para la Misión

Después de varios años de búsqueda y experiencia, muchas Provin­cias quieren que se haga un esfuerzo importante y generalizado de revita­lización de las comunidades. No una vuelta al pasado. Nuestra comunidad es para la misión y se debe adaptar a las exigencias de la evangelización de los pobres de hoy, en fidelidad a San Vicente (cf. C. 19).

2.1 Primer objetivo: La comunicación fraterna entre las personas, las casas y las Provincias.

2.1.2 Motivos:

  • El ejemplo de Jesucristo y de la comunidad apostólica (cf. RC VIII, 1-2)
  • La palabra de Jesús: «Que todos sean uno, para que el mundo crea» (Jn. 17, 21).
  • «El Espíritu de Jesucristo es un espíritu de unión y de paz: Cómo podríais vosotros llevar las almas a Jesucristo, si no estáis unidos entre vosotros y con El? Eso no es posible» (Abelly, II, 145).
  • La entrega de las personas al servicio de la misión.
  • El testimonio de una comunidad unida y fraterna. 2.1.3 MEDIOS:
  • Afirmar nuestra identidad con la práctica de las cinco virtudes, sobre todo la sencillez.
  • Profundizar la reflexión sobre el artículo 24 de los Constituciones: hacer de él como una clave para la revisión de la vida comunitaria.
  • Participar en los encuentros entre casas y, si es necesario, suscitarlos.
  • Asegurar mejor la información sobre la vida de la CM y sobre los estudios vicencianos en el mundo.

2.2 Segundo objetivo: la coparticipación comunitaria

2.2.1 Motivos:

  • El ejemplo de las primeras comunidades cristianas (cf. Act. 2, 42-47).
  • Exigencia de la misión: «… preparar la actividad apostólica, fomen­tarla y ayudarla constantemente» (C. 19).
  • «… si hemos de inflamar con él a todas las naciones, si tenemos la vocación de ir a encender este fuego divino por toda la tierra… cuánto he de arder yo mismo con este fuego divino! Cómo he de inflamarme en amar a aquellos con quienes vivo, edificando a mis propios hermanos por el ejer­cicio del amor e impulsándoles a que practiquen los actos que de él dima­nan!» (SV XII, 263: ES XI, 554).
  • Necesidad de estructuras, lugar y tiempo para la comunicación sobre la misión y la vida en conjunto.

2.2.2 Medios:

  • La elaboración y revisión regular del proyecto comunitario, que abar­que todos los aspectos de nuestra vida como pide el artículo 16 de los Esta­tutos.
  • Buscar la unidad por encima de la diversidad, de la especialización pastoral y del individualismo.
  • Un tiempo fuerte en cada comunidad (cada ocho o quince días), que sería como el «tiempo de unidad» en la CM, con la participación de la ora­ción, la comunicación sobre algún texto de S. Vicente y la revisión apostó­lica y comunitaria.

2.3 Tercer objetivo: Animación y corresponsabilidad en la comunidad.

2.3.1 Motivos:

  • El Evangelio: «… el que dirige (iguálese) al que sirve» (Lc. 22, 27); des­pués de lavar los pies: «Comprendéis lo que he hecho con vosotros?» (Jn. 13.13).
  • «… de forma que, cediendo de su superioridad se una usted a él en caridad» (San Vicente: consejo a un superior. (SV I, 112: ES I, 174).
  • En espíritu de corresponsabilidad (cf. C. 37).

2.3.2 Medios:

  • Hacer una reflexión seria sobre la obediencia como se ha hecho en relación a la autoridad, sobre todo después del Vaticano II.
  • Ayudar al superior a buscar el tiempo necesario para la escucha y el diálogo.
  • Aceptar la distribución de tareas en la comunidad.
  • Formación de superiores.

3. Formación para la Misión

Muchas Provincias acentúan con insistencia el tema de la identidad y manifiestan al mismo tiempo la preocupación porque la formación de los nuestros no se lleve a cabo en centros propios, sino en Facultades Eclesiás­ticas o Institutos de otras Congregaciones. Para salvaguardar la unidad e identidad de la Congregación se cree necesario tener un plan de formación propio que abarque todo el proceso, desde la promoción vocacional hasta la formación permanente. En esta línea, para un posible Proyecto de la CM, se proponen los tres objetivos siguientes:

3.1 Primer objetivo: la promoción de vocaciones.

3.1.2 Motivos:

  • «Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe operarios a su mies» (Mt. 9, 38).
  • El cuidado y cultivo que se ha de tener de la vocación cristiana en general, y en particular de las vocaciones religiosas y sacerdotales (cf. LG 9; OT 2-3; PC 24; Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, n. 5-10).
  • «Esta activa colaboración de todo el Pueblo de Dios en el fomento de las vocaciones responde a la acción de la divina Providencia» (OT 2).
  • Es una exigencia de los Estatutos (art. 36-37), y asegura la continui­dad de la misión.

3.1.3 Medios:

  • La oración tradicional vicenciana.
  • Abrir la comunidad a los jóvenes en el servicio de los pobres, en la vida comunitaria y en experiencias de oración.
  • El ejercicio activo del acompañamiento espiritual.
  • Plan provincial de promoción y acompañamiento en el que se señale coordinador provincial, equipo provincial y la labor de cada comu­nidad y su representante según el proyecto comunitario.

3.2 Segundo objetivo: Potenciar la formación propia.

3.2.1 Motivos:

  • «Para que esta Congregación consiga con la ayuda de la gracia de Dios, el fin que ha elegido para sí misma, es menester que trate con todas sus fuerzas de revestirse del espíritu de Cristo» (RC I, 3).
  • Los principios de formación vicenciana (C. 77-80) y las orientacio­nes de los Estatutos (art. 40-41) se encaminan a hacernos vivir la vocación vicenciana, es decir, su fin naturaleza y espíritu.
  • El cumplimiento y la determinación de lo señalado en los princi­pios del Vaticano II y la reciente «Ratio Fundamentalis Institutionis Sacer­dotalis» (cfr. OT proemio; RF 2).
  • «La adecuada renovación de los Institutos depende en grado máximo de la formación de sus miembros» (PC 18).

3.2.2 Medios:

  • Plan de estudios sistemáticos de la vida y escritos de San Vicente, de la historia de la CM y de las Constituciones.
  • «Ratio Formationis» del Seminario Mayor de la CM y una «Ratio For­mationis» propia para los Hermanos.
  • Preparar un equipo de formadores a nivel provincial, interprovin­cial o regional.
  • Creación de un Centro regional o internacional de Estudios Vicen­cianos para formadores y formandos.

3.3 Tercer objetivo: Ponerse en estado de formación permanente.

3.3.1 Motivos:

  • «La formación sacerdotal, sobre todo en las condiciones de la socie­dad moderna, debe proseguir y completarse aun después de terminados los estudios en el seminario» (OT 22; cf. PO 19; PC 18; etc.).
  • La formación permanente es necesaria para ponerse en estado de conversión continua, que se requiere para alcanzar el fin de la CM (C. 78 § 1), y es característica de la evangelización en la Congregación (C. 12, 6).
  • «La formación de los nuestros ha de prolongarse y renovarse todo el tiempo de la vida» (C. 81; cf. C. 77, 1).
  • Promueve el equilibrio de mentalidades, facilita la aproximación de criterios y potencia la unidad.

3.3.2 Medios:

  • Vivir la formación permanente a partir del conocimiento y asimila­ción de las Constituciones.
  • Crear una comisión a nivel general y provincial que prepare temas para estudiarlos en la comunidad local y encuentros a diversos niveles.
  • Crear un Centro de formación permanente para la CM.

Mitxel Olabuénaga, C.M.

Sacerdote Paúl y Doctor en Historia. Durante muchos años compagina su tarea docente en el Colegio y Escuelas de Tiempo Libre (es Director de Tiempo Libre) con la práctica en campamentos, senderismo, etc… Especialista en Historia de la Congregación de la Misión en España (PP. Paúles) y en Historia de Barakaldo. En ambas cuestiones tiene abundantes publicaciones. Actualmente es profesor de Historia en el Colegio San Vicente de Paúl de Barakaldo.

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