¡Reloj que marcas las horas!
Son las 23:00. Eso marca mi ordenador. Seguro que no falla. He cenado en solitario lo que me ha venido en gana. Se nota, por los impolutos platos, las ausencias de Julián, Luis y Joaquín. La normativa cena la habrán tenido las cuatro esquinitas de la mesa. A las siete de la tarde ha comenzado la llamada «Fiesta de la Orla». En otros lugares creo se denomina «Fiesta de Graduación». Es el hecho que hemos tenido un evento festivo con alumnos/as de 2º de Bachillerato, familiares y amigos. A estas horas, quiero suponer, estarán de cena para proseguir, en larga noche, con bailoteo en alguna «disko» que habrán cerrado. De recogida de los locales hasta las 10:45. Impagable el trabajo de los responsables de la Junta Directiva de la APA. Se respira un profundo silencio. Aunque ha llovido ligeramente a última hora, no hace frío. Me alegro por la ligereza de algunos vestidos. Los tacones (super) desaparecieron al poco rato. Mucha fotografía. Alguna reflexión he dejado en el tradicional discursito. Mucho me temo que, de momento, habrán interiorizado menos que las «ovejas de mi tío Julianín».
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