Reunión de zona: 30 de noviembre en Teruel

El pasado viernes 30 de noviembre nos juntamos en Teruel los misioneros de Zaragoza y Teruel para la habitual reunión de zona. Se acercaron hasta nuestra comunidad de Teruel los padres Alfredo Eslava (de Boggiero), José Manuel Goicoechea, Santiago Azcárate y Javier Barrera (de Casablanca). Por nuestra parte participamos en la reunión los cinco padres de la comunidad: José Riol, Luis Moleres, Jesús María Muneta, Corpus Delgado y Luis Alberto Vinuesa, recientemente llegado de Ecuador; y los diez seminaristas: Michele, Isaac, Adrián Andrei, Israel, Paolo, Vincenzo, Francesco, Iván, Adrián Matei y Tonin. El tema propuesto para esta ocasión era “la pobreza”.

Tras un pequeño aperitivo para que los que venían de la ciudad del Ebro repusieran fuerzas tras el viaje, nos reunimos a mediodía en la sala de comunidad. Mediante un powerpoint fuimos repasando algunos puntos de las Reglas Comunes, las Constituciones y los Estatutos que trataban sobre “la pobreza”. A continuación se abrió un diálogo a partir de unas preguntas que se proponían. De forma espontánea pudimos opinar y compartir alguna reflexión, siempre con el objetivo de ayudarnos y animarnos unos a otros a vivir mejor este aspecto importante de nuestra vocación misionera. De ello resultó un diálogo animado y enriquecedor. A modo de conclusión, resumimos los aspectos más destacados del diálogo:

1. Nuestra referencia para vivir la pobreza es Jesucristo. Sólo mirándonos una y otra vez en Él podemos avanzar en una vida evangélica.
2. Como señalan nuestras Constituciones y Estatutos, debemos revisar personal y comunitariamente nuestra manera de vivir la pobreza para vivir según los criterios del Evangelio.
3. El trabajo entregado, la dedicación diaria y responsable a nuestra Misión, semejante a los buenos trabajadores en cuanto a tiempo y esfuerzo, será una de las expresiones de nuestra pobreza.

Acabamos la mañana con una comida fraterna, para celebrar la fraternidad y la alegría de pertenecer a la misma Misión. Luego algunos demostraron sus habilidades con la petanca, mientras otros prefirieron charlar amigablemente aprovechando el sol que daba en el patio. Hacia las cuatro de la tarde despedimos a los zaragozanos y nosotros nos volvimos a nuestros quehaceres cotidianos. Fue sin duda un bonito día en comunidad.

Iván Juarros, C.M.