Tiempo de convivencias en el Colegio San Vicente de Paúl de Barakaldo
Desde el lunes 16 de enero hasta el viernes 20, los alumnos del colegio San Vicente de Paul han tenido la alegría de pasar un buen tiempo de convivencia con un grupo constituido por dos misioneros del equipo provincial de pastoral vocacional, José Luis Cañavate, CM y Aarón Esaú Delgado, CM y tres estudiante paules: Gyldas Mette, CM, José Pedro López Gabarrete, CM y Athanase Mvondo, CM. Junto a nosotros, se hicieron presentes algunos profesores y monitores que acompañaban a cada grupo de alumnos, desde sexto de primaria hasta cuarto de ESO. Durante este tiempo, hemos trabajado juntos en el valor de este curso en los Centros Educativos Vicencianos, que este año es la Paz.
Los alumnos y profesores se han entregado a varias actividades que permitían reflexionar sobre la paz con varias orientaciones: familiar, escolar, eclesial, social, etc. El tiempo no ha permitido cambiar de lugar como estaba previsto, por eso hemos realizado las convivencias todos los días en la parroquia de Cruces, saliendo del colegio por la mañana y volviendo por la tardes después de las actividades.
Todo empezaba por la mañana con la oración inicial, a la que seguían algunos videos sobre la paz y las preguntas a propósito de los mismos videos. Luego se formaban los grupos para una dinámica que ha movido tanto los corazones como las mentes de los alumnos. Se trataba de la ruleta de la paz, conocida habitualmente como la ruleta de la suerte. Esta dinámica ha permitido reflexionar sobre varias cosas, como la catequesis, la cultura bíblica, el conocimiento eclesial y los valores del carisma vicenciano, etc. Después de esta dinámica, y un tiempo de descanso, los grupos se reunían en las salas para la reflexión sobre un tema de la paz, reflexión que sintetizaban de alguna manera en los carteles que presentaban luego entre todos. Cada jornada se terminaba con la celebración eucarística que Gyldas animaba con la guitara y nosotros cantábamos con algunos alumnos.
Fue un tiempo muy importante para todos. Para nosotros, que hacíamos estas convivencias con tantos jóvenes, por primera vez; y también para ellos, que dejaban ver la libre alegría de su corazón. Una alegría de vivir, de buscar y de amar la paz.
Athanase Mvondo, C.M.
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