Visita del Ángel de Aralar ~ 20/04/2023

El pasado 9 de abril, el Ángel de Aralar salió del Santuario con una plegaria por la lluvia. Arropado por cerca de cien fieles, la efigie de San Miguel inició su itinerario por 285 localidades para bendecir las cosechas de sus campos y a sus vecinos. El lunes 17 de abril, a las 19.30, fue recibida por los pamploneses en el portal de Taconera, y trasladada, por la calle de San Antón, como corresponde a los años impares, hasta la parroquia de San Nicolás, donde se ofreció para su veneración. En los días siguientes recorrió diferentes lugares entre parroquias, iglesias, colegios, instituciones y entidades de distintos tipos.

A nuestra Iglesia de la Milagrosa llegó la efigie del Ángel, el 20 de abril, jueves, a las 19.00 horas. Un buen grupo de fieles de nuestra Iglesia, de la familia vicencianay de otras parroquias de Pamplona la esperaban junto con el Rector de la Iglesia, Luis Miguel Medina, acompañado de los sacerdotes de la comunidad de la Iglesia. La imagen fue introducida en el templo por manos del Rector hasta el altar para dar comienzo a la oración amenizadamagníficamente por nuestro organista, Julián Montoya.

Venimos arrastrando unos años de muchas sequíapara nuestros campos y dicen los expertos que esto va a peor. Las posibilidades de que llueva en Pamplona en el mes de abril son muy altas. “Un repaso somero a la hemeroteca nos dice que la llegada del Ángel es sinónimo de borrasca, de paraguas abiertos, de cierzo frío. Este año, sin embargo, la tradición meteorológica parece haberse roto…». Al arrimo de «lo más actual» habrá quien piense que algo tendrá que ver el tan cacareado cambio climático. Las alteraciones meteorológicas se dejan sentir, pero también en el pasado, al respecto, el arzobispo Don Fernando Sebastián, en 1997, coincidiendo con la estancia del Ángel de Aralar en Pamplona, decretó que todos los sacerdotes rezaran en las misas la oración “ad petendam pluviam” (para pedir lluvia).

Pedimos a San Miguel su intercesión “para que Dios conceda a nuestros campos sedientos la lluvia necesaria” yuna “lluvia de bendiciones” para la Congregación de la Misión que el pasado lunes, 17 de abril, comenzamos las celebraciones del IV Centenario de nuestra fundación, para que “revestidos del Espíritu de Jesucristo” sea Él, siempre y en todas partes, la “Regla de la Misión”.

Todos los presentes pudieron acercarse a venerar la imagen que porta el “lignum crucis” para pedir su protección.

Llegó el momento de la bendición y de la despedida, sellada con el beso de las dos cruces en la puerta del templo, la cruz de la Iglesia y la del Arcángel San Miguel al grito unánime:

¿Quién cómo Dios? ¡Nadie como Dios!

Luis Miguel Medina, C.M.