Adiós emocionado a Luis Mari
Del diario «La Verdad», de Murcia, edición del 2 de febrero de 2015:
La pasada Nochevieja falleció en Zaragoza, donde residía, Luis María Martínez Sanjuan, el sacerdote y misionero que tantos corazones cautivó durante las innumerables visitas que a lo largo de los últimos años había realizado a la pedanía de La Hoya y a otros puntos de la Región de Murcia.
El sacerdote y misionero Luis María Martínez Sanjuan siempre supo transmitir a las gentes de La Hoya la alegría y el buen humor que le caracterizaba sin que nadie de los que le abrían las puertas de sus casas se sintieran jamás defraudados.
Coincidió en más de una ocasión con los vecinos de esta pedanía con motivo de la fiesta que hoy se celebra. Junto a su inseparable acordeón popularizó la canción titulada ‘Virgen de la Salud’, que niños, jóvenes y mayores coreaban para finalizar cualquiera de las actividades que organizaba.
Fue el 20 de noviembre de 2005 cuando un grupo formado por ocho misioneros y misioneras pertenecientes a la Congregación de la Misión Padres Paules e Hijas de la Caridad, llegaron por primera vez a La Hoya desde que el Padre Isidro, allá por la década de los años 60 del siglo XX visitase la pedanía con fines evangelizadores. A Luis Mari, como popularmente se le conocía, le acompañaban en aquella primera visita, entre otros, el también sacerdote José María Ibero, la Hija de la Caridad, Visitación Fernández y los seglares Asunción Gascón, Francisco Javier F. Chento, María Jesús Martínez y Begoña Obregozo.
Fue tal la simiente que dejaron que la misión se repitió pocos años después, extendiéndose a otras poblaciones de la comunidad murciana hasta donde periódicamente regresaba y organizaba encuentros con sacerdotes y seglares.
Luis Mari rebosaba alegría y ganas de vivir por los cuatro costados. Su corazón era muy grande, lo mismo que la estatura y cada persona que se acercaba a él encontraba siempre el consejo y la palabra de aliento que necesitaba.
Luis Mari se ha ido pero ha dejado una huella que no desaparecerá nunca. Fruto de las misiones que dirigía ha sido la creación de la oenegé denominada ‘Camino a la esperanza’, un exponente de generosidad integrado por un grupo de mujeres de la pedanía cuyo principal objetivo es poder seguir ayudando a personas que lo necesitan, ya sea en la propia localidad o a miles de kilómetros de aquí, allí donde alguien lo solicite.
Dicha oenegé instala cada dos de febrero junto a la entrada principal del santuario de la Salud, un chiringuito solidario, donde sus voluntarios venden churros y buñuelos con chocolate, café y bolitas de bacalao con cuya iniciativa pretenden recaudar fondos que se destinan luego a obras humanitarias.
La presidenta de la oenegé es Inmaculada Bravo Arcas; la vicepresidenta, Dolores Moya Carrasco; secretaria, María Sánchez Pascual; tesorera, Verónica Bravo Arcas; y vocales, Rosario Ruiz Vera y Agueda de San Mateo Martínez.
Por: Paco Gómez
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