Convivencia vocacional
Quienes vivimos en la casa de Pamplona haciendo la etapa del Seminario Menor (Rodrigo, de Zaragoza, y Tomás, de Tenerife) tenemos programada con el P. Luis Santana, nuestro Director, una convivencia durante un fin de semana una vez al mes. Tocó hacerla el último fin de semana de Enero (22 a 24) y nos acompañaron otros tres chicos venidos de la ciudad: Manuel y Johnny, de Berriozar, y Sergio, de Pamplona. Fuimos, por tanto, un total de cinco los que participamos en la convivencia preparada y dirigida por el P. Luis Santana.
En la convivencia hacemos un poco de todo: rezamos, reflexionamos, jugamos, salimos por la ciudad y convivimos entre nosotros. Esta vez el P. Luis eligió para la reflexión ese texto del Evangelio en el que la gente va poniendo excusas para no seguir a Jesús: ir primer a despedirse de la familia, tener que arar el campo, enterrar al padre difunto… Nos lo proponía a nosotros de otra manera: tener que jugar un partido, terminar con la “play station”, navegar un rato por Internet… Veíamos que a Jesús no hay que ponerle excusas. Se trata de escucharle y de poner todo lo demás a su servicio. Ese texto pensado por nosotros, y también orado, nos ayudó mucho a entender la vocación y lo que supone concretamente para cada uno.
Como nos fue algo difícil encontrar la manera de realizar una excursión a algún sitio interesante de Navarra, nos dimos una vuelta por Pamplona y nos resultó muy divertida. Estuvimos en la Bolera, tomamos algo y nos llegamos al cine a ver la película de Asterix. Nos reímos mucho con sus aventuras y aún comentamos después muchas de las cosas de la peli.
Aunque nosotros estamos acostumbrados a vivir en la casa, el hecho de que pasaran el fin de semana con nosotros otros tres chicos, nos gusta mucho. El tiempo estaba bastante bueno y el ambiente nos ayudaba a la convivencia. Como siempre, Luis había preparado todo bien y no nos faltó de nada.
El resto de la semana y del mes lo pasamos con normalidad. Vamos cada día a clase (a Santa Catalina o a los maristas) y allí nos juntamos con otros compañeros y hacemos amigos con los que pasamos buenos ratos. Cuando estamos en la casa, hacemos las tareas y tenemos también ratos de formación con el P. Luis.
Los fines de semana que no tenemos convivencia (o sea, tres al mes) vamos a Zaragoza: Rodrigo a su casa y Tomás a la comunidad de Casablanca. Convivimos así de forma diferente y cambiamos de casa y de ambiente, que siempre viene bien.
Ahora, en Semana Santa, tenemos las vacaciones y vamos cada uno con nuestra familia. A mí me espera el viaje a Tenerife, a Los Realejos, donde estaré desde el 19 al 27 de Marzo. Con los aires del Teide en los pulmones será más fácil afrontar la última etapa de Curso y seguir estudiando hasta el verano.
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