Crónica de la 43ª Asamblea General de la Congregación de la Misión, 14 de julio
Como todos los días, hoy iniciamos la jornada poniendo en manos de Dios estos últimos momentos de nuestra Asamblea General.
Este día era especial ya que teníamos audiencia con el Papa Francisco y para ello partimos a las 9 para dirigirnos a la ciudad del Vaticano.
Dentro de la sala éramos 3 congregaciones que terminábamos conjuntamente las respectivas Asambleas Generales (o Capítulo General, en la terminología de los religiosos). Dichas Congregaciones eran la Orden de la Madre de Dios, la Orden Basiliana de San Josafat. Puntualmente a las 11 de la mañana, como estaba previsto, comenzó la audiencia con la llegada del Papa a la sala. Nuestro Superior General, el P. Tomaž Mavrič, dirigió unas palabras al Santo Padre donde le agradecía la oportunidad que nos daba para este encuentro. Seguidamente, el Padre Tomaž compartió la experiencia de San Vicente como «místico de la caridad», como aquel que construyó puentes entre los misterios de nuestra fe y el mundo, especialmente los pobres.
El Santo Padre nos exhortó a ser «evangelizadores y no como proselitistas», a ser verdaderos «testigos del Evangelio». Dijo, además, que desde el punto de vista de la evangelización no existen las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, como tampoco los discursos y prácticas pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón. Nos recordó la necesidad de una relación íntima con Dios y especialmente dedicar tiempo en «adorarlo». Sin este encuentro, las tareas se vacían de sentido y nos debilitamos con el cansancio y las dificultades. La pregunta que hizo a todos los que participábamos fue: «¿ustedes hacen oración de adoración o han olvidado lo que significa adorar?».
Antes de finalizar, exhortó a todos los presentes a tener «tolerancia cero» en relación a los abusos sexuales en la Iglesia.
Por último, cada uno pasó a saludar al Santo Padre y finalizamos con una foto grupal junto a él.
Al regresar a la Casa San Juan de Ávila se compartió el almuerzo y se dio por finalizada la primera parte del día.
Como ya es costumbre en estos días, los asambleístas retomaron el trabajo de la tarde a las 3:30 para continuar el compartir sobre el Documento Final.
Luego de varias intervenciones, podemos resaltar que la síntesis torna en la necesidad de incluir la reflexión del padre Campuzano al documento y que las líneas de acción deberían formar parte de dicho documento. Luego de este momento de la tarde se decide continuar y finalizar el trabajo en la mañana siguiente.
Con la oración de vísperas en la sala y luego la cena compartida podemos concluir esta jornada tan significativa.
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