Las Constituciones de la Congregación de la Misión interpretadas a la luz del canon 731

Las sociedades de vida apostólica son explicadas por la iglesia en el código de derecho canónico 731, el cual nos dice lo siguiente: 

731 § 1.    A los institutos de vida consagrada se asemejan las sociedades de vida apostólica, cuyos miembros, sin votos religiosos, buscan el fin apostólico propio de la sociedad y, llevando vida fraterna en común, según el propio modo de vida, aspiran a la perfección de la caridad por la observancia de las constituciones.

Entre éstas existen sociedades cuyos miembros abrazan los consejos evangélicos mediante un vínculo determinado por las constituciones.

Para tal fin, hicimos un análisis de las constituciones de la Congregación de la Misión, ubicando los aspectos fundamentales que el CIC nos menciona e identificando qué artículos de las constituciones nos dice algo al respecto.

Perfección de la caridad

Este objetivo central está enraizado en el artículo 1, que destaca el compromiso de sus miembros de revestirse del espíritu de Cristo, alcanzar la perfección acorde a su vocación y dedicarse a la evangelización de los pobres y a la formación de clérigos y laicos.

Al aspecto de la perfección, está el artículo 97. El artículo 97, que está en la tercera parte Organización sección I. Gobierno, se habla de todos los miembros de la Congregación y de su forma de proceder en la misma, según el art. 97, deben ser servidores de la comunidad, para promover el mismo fin según el espíritu del Fundador. De tal modo, estarán trabajando en su perfección.

Fin apostólico

La Congregación adopta una actitud de renovación constante, como se expresa en el artículo 2. Esto implica atender al Evangelio, leer los signos de los tiempos y responder a las necesidades urgentes de la Iglesia, asegurando que sus obras se mantengan actualizadas y relevantes, de acuerdo con los principios de apertura y adaptabilidad de las Constituciones.

La inserción apostólica en el mundo, la vida comunitaria y la experiencia de Dios por medio de la oración se complementan mutuamente en la vida del misionero y se funden en un todo… Por la íntima unión de la oración y el apostolado el misionero se hace contemplativo en la acción y apóstol en la oración (C, 42).  

En el capítulo VI. Formación de los nuestros, en las Constituciones, el artículo 78 §1 y § 4, se hace mención del fin que tiene la misma Congregación, pues se habla de la formación sea llevada hacia la caridad de Cristo. Así se logrará conseguir el fin, que mientras más preparación, se comprenderá mejor el fin apostólico. 

Así mismo, por una parte, en el artículo 87 dedicado a la formación en el Seminario Mayor, que aquellos movidos por el espíritu de la formación, en vistas a la predicación, a celebrar y a pastorear a los pobres, tal como lo hizo Nuestro Señor Jesucristo. Y por otra, en el artículo 89, se habla de una característica que es parte del fin de la CM, pero se añade otra característica; la perfección que deben tener los misioneros. Pues se habla de las cualidades que deben tener los que se están formando con la doble faceta, a decir, tanto el fin como la perfección están presentes: «la capacidad de suscitar y dirigir comunidades, la responsabilidad, el espíritu y la acción crítica, la generosidad pronta, la fuerza para comprometerse con firmeza a realizar el fin de la Congregación». (C, 89)

 En el art. 123 §2 nos menciona que el superior provincial celoso por la vida y el apostolado dedique misioneros y bienes al servicio de la iglesia, según el fin de la congregación.  Art. 135 Las asambleas generales tienen como fin velar por la espiritualidad y vida apostólica de la congregación.  El art.148 nos dice que la Congragación de la misión posee bienes temporales por exigencias pastorales y los administra como patrimonio de los pobres

Vida comunitaria

La Congregación descrita en el artículo 19, constituye un pilar fundamental de su misión. San Vicente ideó una nueva forma de vida en común orientada a fomentar y apoyar la actividad apostólica, lo que permite a sus miembros vivir en un entorno de continua renovación y dedicación a la evangelización de los pobres. Esta comunidad fraterna no solo facilita el progreso personal y comunitario, sino que también aumenta la eficacia de la obra misionera, como explica el artículo 22, promoviendo la comunión de bienes y el respeto a la vida privada y a los carismas individuales.

Celebraremos en común Laudes y Vísperas (C, 45, § 3). En la oración comunitaria encontramos la mejor forma de animar y renovar nuestra vida,(C, 46)

La vida comunitaria consta de muchos elementos, en el artículo 123 §2 nos habla de la viva en unión entre todos. El art. 129 §2 nos dice que el superior local es quien debe animar la vida fraterna de la comunidad local.  El art. 134 nos recalca que el ecónomo administra los bienes con la dirección del superior y la ayuda de sus compañeros. El art. 148 nos menciona que la Congregación de la misión posee bienes temporales por exigencias comunitarias y por último el art. 153 nos recuerda que los bienes son medios necesarios para la actividad apostólica

Asunción de los consejos evangélicos

La castidad, pobreza y obediencia, mencionadas en el artículo 28, constituyen los compromisos centrales para realizar la misión de Cristo en la Congregación. La castidad en celibato, la renuncia a la propiedad personal, y la obediencia a la autoridad eclesiástica representan los medios por los cuales los misioneros demuestran una dependencia total de Dios y un compromiso radical con el Reino. Esta forma de vida busca reflejar a Cristo que “no tenía dónde reclinar su cabeza” y que vivió en obediencia y pobreza como sus apóstoles (artículo 31).

Nuestros votos son perpetuos, no religiosos, reservados, de tal modo que sólo el Romano Pontífice y el Superior General pueden dispensarlos…(C, 55).

Respecto al voto de pobreza en la congregación, el art. 148 §2  nos dice que la pobreza evangélica que la congregación abraza consiste en que todos los bienes son comunes para procurar y conseguir su propio fin.

Wilmer Danilo Barrera Paz, C.M.
Francisco Javier Hernández Santiago, C.M.
Carlos Vidal Pablo Montes, C.M.
Iván Alejandro Arévalo Martínez, C.M.
(Seminario Interno Interprov.)

David Carmona, C.M.

David Carmona, Sacerdote Paúl, es canario y actualmente reside en la comunidad vicenciana de Casablanca (Zaragoza).

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.