Normas Provinciales 2003

msoCA37Congregación de la Misión

Provincia de Zaragoza

XII Asamblea Provincial

Normas Provinciales

Líneas Operativas

2003

12 de Octubre de 2003

A los misioneros de la Provincia

Queridos Padres y Hermanos:

La gracia del Señor esté siempre con nosotros.

El pasado 17 de septiembre fueron aprobados por el Supe­rior General con su Consejo los cambios propuestos a las Normas Pro­vinciales por la XII Asamblea (2003).

Me alegra presentaros ahora las Normas Provinciales junto con las Líneas Operativas para los tres próximos años.

Os invito a hacer de las Normas y de las Líneas Operativas criterio de programación y actuación en los diversos ministerios, cauce para la revisión y evaluación personal y comunitaria, tema de diálogo en los encuentros comunitarios e intercomunitarios.

Acabamos de iniciar las celebraciones del III Centenario de la llegada de los Misioneros Paúles a España. A1 tiempo que damos gra­cias a Dios por la fecunda historia de evangelización escrita por nues tros misioneros en estas tierras y en su irradiación por todo el mundo, esforcémonos por vivir una nueva presencia en fidelidad a los principios de nuestras Constituciones y documentos provinciales.

Que Santa María, la Virgen fiel, a quien invocamos como Milagrosa y del Pilar, anime a cada uno de los misioneros de la Provin­cia y robustezca la vitalidad de nuestras comunidades y ministerios.

Corpus Juan Delgado Rubio, c.m. Visitador

ACTIVIDAD APOSTÓLICA

Principios generales

1. Manifestamos nuestra condición de misioneros y estaremos dispuestos a partir a otros lugares.

a. La sugerencia de cambio puede venir del Obispo, de la Provincia o de la Comunidad local.

b. La decisión del cambio compete siempre a la Provincia, conforme a las Constituciones y Estatutos, teniendo en cuenta a la Comunidad local.

c. El Visitador, para los destinos, tenga en cuenta prioritaria­mente las Líneas Operativas.

2. Nuestros lugares de trabajo deberán ser los más adecuados para vivir el espíritu vicenciano: zonas rurales deprimidas económi­camente y escasas de clero, núcleos de inmigrantes, y donde existan nuevos pobres en la sociedad actual.

3. Revisaremos nuestras obras de manera que todas ellas respon­dan cada vez más plenamente a la vocación propia de la Con­gregación (Const. 12 y Est. 1 )

Misiones populares

4. La Provincia de Zaragoza considera la renovación de la Misión extraordinaria como la prioridad más urgente del momento ac­tual. En particular, se propone promover con empeño las Misio­nes Populares según Const. 14.

5. El Proyecto Provincial asumirá con claridad la forma de llevar a cabo de manera efectiva este ministerio, a tenor de las direc­trices expuestas en la Líneas Operativas de la Provincia.

Misiones “ad gentes”

6. Nuestra participación en el trabajo misional “ad gentes”, del que todos hemos de sentirnos solidarios, se orientará preferen­temente a la misión de Honduras.

7. La Provincia procurará contribuir con su personal, preferente­mente en forma temporal, a la evangelización de los pobres y al establecimiento del Reino de Dios en el territorio de dicha mi­sión. Sea generoso el Visitador en permitir ir a éste y a otros posibles países de misión a quien lo pida y reúna los requisitos necesarios.

8. Procuraremos mantener una alta estima del ideal misionero y fomentaremos las inquietudes misioneras en cuantos se relacio­nan con nosotros, colaborando en OO. MM. PP. y AMVE.

9. A cada uno de los miembros de la Provincia se le invita a que, tanto de sus bienes personales como de lo que percibe de la Provincia como asignación personal, sea generoso con las mi­siones.

Acción Social

10. Nos sensibilizaremos ante el fenómeno de la injusticia y de la violación de los derechos humanos. A la luz del Vaticano II, de los Sínodos Episcopales, de los Documentos de los últimos Papas y de la misma doctrina vicenciana, proclamaremos que la promoción integral del hombre y su liberación de toda injusta situación es parte de la evangelización.

11. Donde ejerzamos nuestro ministerio trataremos de conocer la situación concreta de los pobres, las causas concretas de la po­breza, las posibles violaciones de la justicia y derechos huma nos, y en colaboración con otras personas, grupos y organis­mos, nos esforzaremos en resolver los casos particulares y, so­bre todo, en instaurar la justicia social, el respeto sagrado a la dignidad de la persona y la paz, llegando hasta la denuncia pro­fética.

12. En esta línea de acción social, y por común espíritu vicenciano, colaboraremos de un modo especial con las Hijas de la Caridad v con las demás Asociaciones fundadas por San Vicente o pro­venientes de su espíritu.

13. La Comunidad Provincial y las locales, al elaborar sus respecti­vos Proyectos Comunitarios tendrán en cuenta la acción social que, en su aspecto económico, reflejarán en unas cantidades que dedicarán, incluso por medio de un proyecto propio, a la promoción social y a obras de caridad, de acuerdo con sus in­gresos y las necesidades de la zona.

14. Cada Comunidad de la Provincia dedicará cada mes el equiva­lente de los ingresos de un día de todos los misioneros para re­mediar las actuales formas de pobreza, como expresión de solidaridad. Esta aportación deberá proceder, no de la contribución a la Procura Provincial, sino de una mayor austeridad en el mo­do de vida de la Comunidad. La manera de llevar esto a la prác­tica se concretará en el Proyecto Comunitario anual.

Parroquias – Misión

15. Para la Evangelización en nuestras parroquias tendremos en cuenta los criterios y objetivos siguientes:

a. Trabajaremos por llegar a una Iglesia misionera, que busque y esté abierta a los alejados y no creyentes. Tendremos espe­cial empeño en potenciar siempre la dimensión evangeliza­dora de toda nuestra acción pastoral.

b. En las parroquias donde trabajamos intentaremos una cate­quesis sistemática orientada a formar comunidades.

c. Procuraremos que las comunidades parroquiales donde evan­gelizamos sean sensibles a las necesidades de los más pobres y marginados y estén animadas constantemente a vivir el amor y a compartir con los necesitados. Hemos de animar las instituciones caritativas de la Iglesia.

d. Promoveremos a los seglares de nuestras parroquias en res­ponsabilidades específicas y, en diálogo constructivo con los mismos, favoreceremos sus iniciativas y respetaremos su au­tonomía.

16. De acuerdo con el sentir evangélico y obedeciendo a la auténti­ca llamada de la Iglesia universal, los miembros de la Provincia de Zaragoza en U.S.A. se dedicarán al servicio pastoral y social de la Comunidad Hispana. Nuestro trabajo deberá organizarse teniendo en cuenta su constante movilidad y su mejor servicio.

Educación

17. Según los criterios del Est. 11, nuestro apostolado en el campo de la educación tendrá una real y eficaz dimensión evangeliza­dora de los pobres.

Inserción diocesana

18. Nos esforzaremos en lograr, personal e institucionalmente, una mayor proyección hacia las realidades diocesanas.

VIDA DE LA CONGREGACIÓN

Normas sobre la práctica de la Pobreza

19. La Provincia se guiará en el tratamiento de sus asuntos econó­micos a nivel provincial, local y personal, por los criterios con­tenidos en las Constituciones (nn. 31-35 y 148-155), en los Estatutos (nn.100-107) y en el Estatuto Fundamental de la pobre­za.

20. El estudio de los citados números y del Estatuto Fundamental de la pobreza deberán incluirse en el Programa de Formación Permanente y serán objeto de estudio y diálogo por parte de las Comunidades.

21. Según las Constituciones, el Estatuto Fundamental de la pobre­za y el espíritu de las Reglas Comunes, se establecen las si­guientes normas para la práctica de la pobreza:

a. Sujetos a la ley universal del trabajo, nuestra dedicación al mismo no ha de ser menor en horas a la de los hom­bres de modesta condición.

Las vacaciones de todos los miembros de la Provincia, cualquiera que sea su destino, comprenden un mes.

b. Todo fruto del trabajo personal pertenece a la Comuni­dad. Se considera fruto de este trabajo lo percibido in­cluso con ocasión del ministerio o por razón de oficio.

c. Nuestro estilo de vida en todos sus aspectos, tanto co­munitaria como personalmente, “sea como conviene a quien es pobre” (RC III, 7)

d. Todos observaremos gran moderación en viajes, vaca­ciones y gastos personales.

e. En la elaboración de los Proyectos Comunitarios y en las revisiones de vida comunitaria deberá tratarse del uso del teléfono y de los coches, a la luz del número 21,3 de estas Normas.

f. La asignación mensual lleva implícito el permiso para emplearla en los gastos que ella debe cubrir.

g. La compra de vehículos se limitará a las necesidades de la casa, siendo necesaria la autorización por escrito del Visitador. No se autorice ni la posesión ni el uso de co­ches particulares.

h. Periódicamente evaluaremos la práctica de la pobreza al revisar el Proyecto comunitario, según Est. 16.

Oración

22. Del tiempo señalado para la oración personal en las Const. 47,1 tendremos, al menos, media hora de oración en común en el tiempo más apropiado para la Comunidad.

23. Dedicaremos anualmente cinco días a una profundización de la vida espiritual, personal y comunitaria, mediante los Ejercicios Espirituales.

El Visitador y su Consejo organizarán tandas de Ejercicios para la Provincia, sin perjuicio de la programación y aceptación de otras formas de hacerlos.

MIEMBROS DE LA CONGREGACIÓN

Proceso de admisión e incorporación

24. En el Seminario Interno se recibe a quienes, habiendo alcanza­do una madurez humana y cristiana -a juicio de los moderado­res, oído el parecer de los estudiantes y teniendo en cuenta el Plan de Formación Inicial de la Provincia-, quieren ser admiti­dos en la Congregación, tras haber hecho la petición por escri­to.

25. Los Propósitos se hacen una vez para siempre y cada uno los reaviva en su corazón frecuentemente.

26. La emisión de los Votos se hará no antes de dos años ni des­pués de seis desde la admisión en el Seminario Interno.

Algunos derechos y obligaciones

27. El miembro simplemente admitido:

a. Tiene como normas rectoras de su vida las Constitucio­nes y Estatutos de la C.M. y las Normas Provinciales, según el Plan de Formación Inicial.

b. Participa de todos los bienes espirituales de la C.M.

c. Participa de los bienes materiales de la Comunidad a la que se encuentra adscrito, según se determine en la pro­gramación del grupo dentro del Proyecto Comunitario y de acuerdo con el Plan de Formación Inicial.

d. Participa activamente en la planificación y funciona­miento de la Comunidad local, salvo los derechos espe­cíficos de los formadores.

28.

a. Además de lo establecido en las Constituciones, cada misionero de la Provincia ofrecerá una misa por cada difunto de la misma, preferentemente en la concelebra­ción comunitaria.

b. Nos sentiremos muy cercanos a los misioneros en la pér­dida de sus padres, haciendo lo posible por acompañar a la familia en los funerales.

29. Cada miembro de la Provincia podrá ofrecer, o hacer que se ofrezcan, cuatro misas al mes sin estipendio por su propia in­tención.

FORMACIÓN

Pastoral Vocacional

30. La Provincia de Zaragoza dispone de un Plan de Pastoral Voca­cional, cuyo funcionamiento revisará anualmente el Visitador y su Consejo.

31. Los directores del Seminario Menor Vicenciano y de la Etapa de Acogida son nombrados por el Visitador con el consenti­miento de su Consejo.

Formación de los nuestros

32. La Provincia de Zaragoza cuenta con un Plan de Formación Inicial, que revisará periódicamente el Visitador y su Consejo con las propuestas de la Comisión de Formación.

33. El Plan de Formación Inicial de la Provincia de Zaragoza com­prende dos etapas:

Seminario Interno.

a.    Seminario Mayor Vicenciano.

b. Previamente, los candidatos a la Congregación deben vivir una experiencia de acogida entre nosotros, que permita un juicio suficiente de los moderadores y una opción madura de los pro­pios candidatos.

34. Nombramiento de los Directores:

a. Dado el carácter interprovincial del Seminario Interno, su Director es nombrado por la Conferencia de Visitadores, de acuerdo con lo establecido en los “Estatutos para el Se­minario Interno Interprovincial de la Congregación de la Misión en España”.

b. El Director del Seminario Mayor Vicenciano es nombra­do por el Visitador con el consentimiento de su Consejo.

Formación Permanente

35.

a. Según Const. 77.1, Est. 42 y el Plan Provincial de For­mación Permanente, el Visitador nombrará la Comisión que anime la formación continua de los nuestros.

b. Urja esta Comisión la lectura comunitaria de las Consti­tuciones, Estatutos y Normas Provinciales, de forma pe­riódica, y programe su estudio en las distintas comunida­des y zonas.

c. Cada individuo, cada Comunidad y aun el Visitador con su Consejo, procuren responder y favorecer estos pro­gramas, organizando la vida ministerial de modo que se pueda atender a ellos responsablemente.

ORGANIZACIÓN DE LA PROVINCIA

Régimen Provincial

36. El Visitador es elegido por la Provincia para cuatro años. Puede ser reelegido sólo para dos más.

37.

a. El Visitador, o quien haga sus veces, oído su Consejo, iniciará el proceso electoral el 15 de septiembre anterior al término del periodo para el que fue elegido.

El Visitador, o quien haga sus veces, nombrará una Co­misión de tres miembros para que ponga en marcha di­cho proceso electoral.

b.    Serán funciones de la Comisión: enviar listas de miem­bros con voz activa y pasiva, señalar el calendario de vo­taciones, hacer el recuento de los votos y comunicar al Superior General y a la Provincia los resultados.

Con el fin de no dilatar el proceso, la Comisión utilizará los modernos medios de comunicación.

La Comisión Electoral enviará a la casas, junto con las listas y el calendario, tres bloques de papeletas de distin­to color, señalando en cada una el número de votación a que corresponde. Cada bloque contendrá tantas papele­tas oficiales cuantos sean los miembros con voz activa en cada comunidad. Estas papeletas deberán diseñarse de manera que garanticen el secreto y eviten falsificacio­nes. Dentro del tiempo hábil y, convocados por el Supe­rior, al menos con una semana de antelación, los miem­bros de las casas se reunirán para efectuar la votación en acto comunitario. Si algún miembro de la comunidad está ausente, podrá hacer llegar su voto en un sobre ce­rrado dentro de otro sobre. El escrito exterior deberá ex­plicar que el sobre cerrado contiene su votación a incluir con las demás papeletas de la Comunidad.

El Superior y Secretario comprobarán que el proceso de votación ha sido correcto.

Una vez introducidos todos los votos en un sobre, será cerrado y sellado en presencia de todos. El Secretario lo enviará a la Comisión Electoral y levantará acta de la sesión.

La Comisión Electoral abrirá los sobres de las casas y contará los votos, comprobando que no sobrepasan el número de miembros con voz activa de cada casa. Los sobres de las casas sólo se podrán abrir en presencia de la Comisión en pleno. Una vez que han sido mezclados los votos se iniciará el escrutinio

c.    En cada una de las votaciones, cada elector podrá pre­sentar un solo candidato.

Será elegido, en primera votación, el candidato que ob­tuviere la mayoría absoluta de los votos válidos.

Si ninguno de los candidatos obtuviere la mayoría abso­luta, se procederá a una segunda votación, en la que ten­drán voz pasiva los cinco que hubieren obtenido mayor número de votos. Si hay varios empatados en el quinto lugar, todos ellos gozarán de voz pasiva en la segunda votación.

Será elegido, en la segunda votación, el candidato que obtuviere la mayoría absoluta de los votos válidos.

Si ninguno de los candidatos obtuviere mayoría absolu­ta, se procederá a una tercera y definitiva votación. Se­rán candidatos en la tercera votación únicamente los dos que hayan obtenido el mayor número de votos en la se­gunda. Los casos de empate se resolverán a favor del mayor de vocación y edad.

Resultará elegido el que obtuviere la mayoría absoluta de los votos válidos. En caso de empate, se tendrá por elegido el mayor de vocación y edad.

d.    Una vez elegido el Visitador, el Presidente de la Comi­sión electoral no lo comunicará a la Provincia hasta que el Superior General lo confirme en su oficio y el intere­sado haya aceptado. Si el Superior General no confirma al elegido o el interesado no acepta la elección aprobán­dolo el Superior General, se comenzará de nuevo el pro­ceso electoral después de haber publicado el resultado total de la elección.

e. El Visitador elegido, una vez confirmado por el Superior General, tomará posesión del cargo dentro de los quince días siguientes a la fecha de su confirmación.

38. En caso de muerte del Visitador o de cese en su cargo, gobierna la Provincia temporalmente el Asistente Provincial o, en su de­fecto, el Consejero más antiguo, debiendo convocar elecciones para Visitador en el plazo de quince días.

39. El Visitador tendrá un Asistente nombrado por el mismo Visi­tador de entre los Consejeros.

40. Los Consejeros serán cuatro, nombrados por el Visitador, pre­via consulta a la Provincia, para el mismo periodo de tiempo para el que haya sido elegido el Visitador.

El Consejo Provincial se reunirá, aproximadamente, una vez al mes.

41. El Visitador, con el consentimiento de su Consejo, nombrará Ecónomo Provincial. Puede ser uno de los Consejeros. En caso de que no lo fuera, podrá ser llamado a los Consejos cuando se trate de asuntos económicos.

42. El Visitador y su Consejo elaboren, mediante una Comisión si fuera necesario, un Proyecto Provincial.

Nuestras Casas en USA

43. Los misioneros de la Provincia de Zaragoza destinados a nues­tras casas de U.S.A. forman una Corporación: “PP. Paúles Community (Vincentians) Inc.”.

44. Es atribución de los miembros de la Corporación: nombrar por votación los cinco directivos exigidos para la Junta de Gobier­no.

45. Es obligación de la Junta de Gobierno de la Corporación:

a. Ejecutar los acuerdos que se tomen en la Asamblea de la Corporación y de las Juntas.

b. Celebrar la reunión anual prescrita por la ley civil en el lugar, tiempo y con la agenda aprobados por el Visita­dor.

c. Tener en el domicilio de la Corporación un archivo en el que se guarden los documentos, Reglamentos, sello y actas de las reuniones.

d. Preocuparse de que todos los miembros de la Corpora­ción estén asegurados contra enfermedad e invalidez, y tengan el seguro de jubilación.

e. Preocuparse de que todos los miembros de la Corpora­ción estén asegurados contra enfermedad durante sus estancias en España.

f. Informar anualmente al Visitador, al Ecónomo Provin­cial y a todos los miembros de la Corporación sobre el estado económico de la misma y de las casas de la Pro­vincia en U.S.A..

Régimen de las casas

46. El Superior local es nombrado por el Visitador para un trienio, previa consulta a los miembros de la comunidad. De la misma manera podrá ser nombrado para un segundo trienio y, con la aprobación del Superior General, hasta un tercero si fuera nece­sario.

47. El Asistente y el Ecónomo domésticos son elegidos anualmente por los miembros de la comunidad. Hecha la elección, se infor­mará al Visitador.

48. El Ecónomo doméstico informará mensualmente a la comuni­dad sobre el estado de las cuentas. Presentará a la comunidad el balance de fin de año, una vez firmado por el Superior y el Asistente.

49. Los oficios de los Colegios se nombran conforme a lo determi­nado por el Reglamento de Régimen Interior del propio Centro.

50. Todos los miembros de la comunidad son miembros del Conse­jo doméstico. Cuando el Visitador, con el consentimiento de su Consejo, lo juzgue necesario para alguna casa, constitúyase un Consejo Doméstico compuesto por el Superior, Asistente, Ecó­nomo y dos elegidos por la comunidad.

Asambleas

51. Asisten ala Asamblea Provincial:

a. Por oficio: el Visitador, Ecónomo y Asistente Provincia­les.

b. Un diputado elegido en cada casa por mayoría absoluta. Cada casa elegirá, además, en votación distinta, el susti­tuto del diputado, siendo suficiente en este caso la mayo­ría relativa.

c. Uno de cada diez miembros o fracción, computados se­gún el número 61 de las Constituciones, elegido por ma­yoría de votos en un único colegio electoral.

Esta votación se realizará después de que hayan sido de­signados los diputados de las casas.

Al enviar a las casas los resultados de esta votación, las listas contendrán los nombres y el número de votos ob­tenidos por los que han resultado elegidos diputados y por otros tantos sustitutos. De los demás, figurará el nombre, pero no el número de votos.

52. La Asamblea Provincial tiene su propio Directorio. La Comi­sión preparatoria envía una copia del Directorio aprobado en la última Asamblea a cada uno de los asambleistas para que lo estudien y se apruebe en la primera sesión con las modificaciones que parecieren oportunas.

ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES TEMPORALES

Principios generales

53. Es necesaria la diferenciación entre administraciones de la Obra y de la Comunidad. Esta diferenciación se ha de hacer, a ser po­sible, en todas nuestras actividades.

54. La gestión económica de la Provincia corresponde al Ecónomo Provincial, a los administradores de las obras y de las comuni­dades, debiendo haber una sola administración en cada obra y en cada comunidad.

55. Tanto los gastos como los ingresos de las obras, de las comuni­dades y de la Provincia han de ser presupuestados anualmente y con suficiente antelación, a fin de que sean examinados por el organismo competente antes de finalizar el ejercicio y, con las observaciones oportunas, los pase al Visitador y su Consejo pa­ra su aprobación si procede.

56. Las escrituras de nuestras propiedades, deudas, becas perpetuas y fundaciones estén en regla y consten en lugar identificable, tanto en el archivo doméstico como provincial. Las becas de fundación acompañan al seminarista hasta su ordenación.

57. Las comunidades y las obras deben tener al día un inventario de sus cargas y de sus bienes, que ha de ser examinado en la visita de oficio que hace el Visitador cada dos años.

58. Los préstamos y arrendamientos que se hicieren a los misione­ros y extraños, así como los que se reciban, efectúense con fór­mulas de valor legal. La cuantía de los préstamos no podrá su perar nunca el 50 por ciento de los gastos que puede hacer el Superior.

59. En orden a evitar una deuda considerable por acumulación re­petida de la cantidad que los diversos administradores pueden gastar sin consultar, una vez contraída una deuda igual a la can­tidad señalada para tal gasto, no podrán gastar o prestar nada sin consultar a la autoridad superior según derecho y normas.

60. Las cuentas bancarias de todas las administraciones de la C.M. han de tener como titular a la misrna y al menos dos firmas au­torizadas, normalmente las del Superior y Ecónomo, e indistin­tamente.

Nivel Provincial

61.

a. Gastos que puede hacer y permitir el Visitador­

Por sí mismo, 9.000 euros.

– Consultando al Ecónomo Provincial, hasta 40.000 euros.

– Oído el Consejo, hasta 80.000 euros.

– Con el consentimiento del Consejo, hasta 400.000 euros.

– Con el consentimiento unánime del Consejo, hasta 800.000 euros.

– Para gastos superiores a los 800.000 euros ha de con­sultar a la Provincia y ha de contar también con el permiso del Superior General.

b. El Visitador puede delegar al Ecónomo Provincial para que disponga por si mismo de la misma cantidad que él tiene asignada.

62.

a. El Ecónomo Provincial informará a la Provincia:

– Semestralmente, de su gestión administrativa.

– Anualmente, de la economía de las casas,

– Cada año, del estado de los bienes de la Provincia.

b. Cuídese de que la información sea discreta y de que no trascienda a los extraños.

63. Los ingresos de la Administración Provincial provienen:

a. De los bienes que directamente dependen del Ecónomo Provincial.

b. De las administraciones de las obras que se gestionan con independencia de la administración de la comuni­dad, salvo las de fundaciones.

c. De donaciones y fundaciones de carácter provincial.

d. De las aportaciones hechas por los individuos en régi­men especial.

e. De estipendios y binaciones.

f. De lo proveniente de las administraciones de las comu­nidades. Las comunidades de la Provincia contribuirán con el 75 por ciento del superávit anual.

Cuando el superávit no alcance los quince mil euros, po­drá la comunidad quedarse, para iniciar el ejercicio si­guiente, con la cantidad de hasta cinco mil euros.

g. De las aportaciones de otras Provincias por personal ce­dido.

64. La administración provincial cubre gastos de:

a. La Curia Provincial.

b. Las casas de formación y las comunidades que lo nece­siten, en la cuantía que marque el déficit del presupuesto y en el tiempo en que la comunidad lo precise.

c. Las obras extraordinarias de las casas, cuya aprobación corresponde al Visitador y su Consejo.

d. La contribución provincial a las misiones.

e. Las limosnas y obras pías de carácter provincial.

f. El coste inicial de los nuevos ministerios que se empren­dan.

g. La subvención de enfermos y ancianos de quienes no se puede hacer cargo la comunidad, mientras no existan seguros suficientes para ellos.

h. Las ayudas que necesiten los misioneros que viven en régimen especial.

i. Las cotizaciones a la Seguridad Social de los misioneros no incluidos en el régimen de trabajadores por cuenta aj ena.

j. La contribución a la Procura General.

65. La pensión o pensiones de jubilación o enfermedad que corres­ponden a cada misionero, provenientes de la Seguridad Social o de la aportación de otras Provincias, se harán efectivas en la cuenta bancaria de la comunidad a la que el misionero pertenece.

66. La Seguridad Social de los estudiantes se rige por los seguros actualmente en vigor en España. La Provincia suple los defec­tos de aquellos.

67. La ayuda a los familiares necesitados se ajustará a las necesida­des reales, a juicio del Visitador y su Consejo.

68.

a. En las administraciones especiales el Visitador con su Consejo determinará las normas propias.

b. Ningún misionero de la Provincia podrá llevar adminis­tración especial alguna o ser responsable de ella sin permiso expreso por escrito del Visitador o Superior res­pectivo.

c. De estas administraciones se presentarán los libros de cuentas al Superior local cada trimestre, según Est. 103,

69. Todos los vehículos de la C.M. deberán estar a nombre de la misma y con los siguientes seguros: seguro ilimitado contra ter­ceros, seguro personal del conductor y seguro de viajeros.

70. La Corporación U.S.A. dispondrá de una reserva suficiente, a juicio del Visitador y su Consejo, para cumplir sus obligacio­nes.

Administración de la Obra

71. Las funciones del administrador de una obra son:

a. Presupuestar los capítulos de ingresos y gastos de la misma.

b. Llevar el movimiento diario de unos y otros.

c. Rendir cuenta de su gestión a los organismos competen­tes.

d. Enviar al Ecónomo Provincial el estado de cuentas den­tro de los treinta días siguientes al término del ejercicio anual.

72. Los ingresos provienen de la naturaleza misma de la obra _y de las aportaciones de la Procura Provincial.

73. Los gastos de la administración de una obra son:

a. Los sueldos y cargas sociales anejos a ellos.

b. Los provenientes de la promoción profesional de los que en ella trabajan si están primordialmente en función de la misma.

c. La conservación de los edificios y seguros de éstos.

d. Los sueldos abonados por las obras a los misioneros. Es­tos han de ser iguales a los de nuestros paralelos profe­sionales conforme a la realidad en que se vive. Los suel dos abonados por las obras a los misioneros serán ajusta­dos a las horas reales de trabajo.

Administración de la Comunidad

74.

a. Gasto que puede hacer y permitir el Superior local.

– Por decisión propia, 400 euros.

– Con el consentimiento de la comunidad, hasta 1.500 euros.

– Con el consentimiento unánime de la comunidad, hasta 4.000 euros.

b. El Superior local puede delegar al ecónomo local para que disponga por sí mismo de la misma cantidad que él tiene asignada.

75. El Superior y Ecónomo doméstico de las casas de la Corpora­ción U.S.A. podrán gastar tres veces las cantidades señaladas en el número 74 de estas Normas Provinciales.

76. Las funciones del Ecónomo de la comunidad son:

a. Presupuestar anualmente el capítulo de gastos e ingre­sos de su administración.

b. Llevar el movimiento diario de los mismos.

c. Rendir cuentas de su gestión a los organismos compe­tentes.

d. Tener un libro de becas y de fundaciones.

e. Enviar anualmente el estado de cuentas de la casa al Ecónomo Provincial dentro de los veinte días siguientes al término del ejercicio anual.

f. Enviar también a la Procura Provincial, dentro del mis­mo plazo, el 75 por ciento del superávit anual.

g. Informar a la comunidad sobre el estado de cuentas en la forma y tiempos necesarios para la evaluación de la pobreza.

77. Los ingresos de la comunidad provienen:

a. De los emolumentos fijos que perciben de la obra a la que están adscritos los miembros de la comunidad.

b. De los estipendios de las misas.

c. De los réditos de las fundaciones y becas.

d. De las retribuciones por trabajos eventuales.

e. De las pensiones recibidas por ancianos y enfermos.

78. Los gastos de la administración de la comunidad son:

a. Habitación y alimento.

b. Médicos y medicinas.

c. Libros y cultivo profesional, dedicando al menos 100 euros por individuo y año.

d. Contribución a la Procura Provincial.

e. Contribución a las misiones en cuantía no inferior a 40 euros por persona y año.

f. Limosnas y obras sociales, pudiendo hacer uso del fon­do presupuestado para ellas, no sólo el Superior, sino también los demás componentes de la comunidad.

g. Asignaciones personales a cada uno de los miembros de la comunidad para sus gastos.

79. Nuestras casas en U.S.A. contribuyen a la Procura Provincial a través de 1a Corporación, en la forma señalada para el resto de la Provincia.

Administración de las Parroquias

80. Las parroquias, como todas nuestras casas, deben tener distinta administración para la comunidad y la obra.

81. Administración de la comunidad:

a. Son ingresos de la comunidad: las nóminas y cualquier otro tipo de complemento concedido por la Diócesis, los trabajos extra de los misioneros, los estipendios de misas o sus equivalentes, los donativos a la comunidad.

b. Son gastos de la comunidad:

– Todos los que se refieren al sustento de los que tra­bajan en la parroquia: alimentación, mantenimiento de la vivienda si es propiedad de la C.M., servicio, asignación personal de los misioneros pertenecien­tes a la comunidad con o sin nómina diocesana, contribución a la Procura Provincial y a las Misio­nes.

– Si la fábrica o parte de ella es de la CM. hay que fijar una parte de los ingresos de la obra parroquial para su conservación y amortización.

c. Se propone como nómina la determinada por la Dióce­sis, más una cantidad que, junto con la nómina, cubra los gastos citados en este mismo número 2.a). La cantidad total tiene que provenir de la nómina oficial, de la caja de compensación, de las aportaciones voluntarias y de las colectas. En su defecto, la Diócesis suplirá hasta completar esta cantidad.

82. Administración de la obra parroquial:

a. Son ingresos de la obra parroquial: la cantidad prove­niente de los servicios parroquiales, las colectas, las aportaciones voluntarias, los donativos a la obra parro­quial y las aportaciones de la Diócesis.

b. Son gastos de la obra parroquial:

– El edificio material y su mantenimiento, manteni­miento de la obra si es de la Diócesis y el servicio de la obra.

– Gastos de obras apostólicas de la parroquia, de ca­ridad, de catequesis, etc.

– Las contribuciones obligatorias a la Diócesis.

– Las nóminas y suplementos que se han de pagar a los sacerdotes de la parroquia y a otros colabora­dores y agentes de pastoral

83. Este apartado hay que tenerlo en cuenta al hacer contratos con la Diócesis.

Administración de los Colegios

84. El colegio se administrará de tal manera que la obra produzca para los gastos anuales y para su conservación y amortización, si fuera posible.

85. La comunidad presentará las pensiones al Visitador y su Conse­jo para su aprobación.

86. La obra pagará a todos los misioneros dedicados al colegio los seguros sociales de acuerdo con la legislación vigente.

Bienes de administración personal

87.

a. La comunidad local pondrá a disposición de cada uno de sus miembros, cada mes y con motivo de las vacaciones, una cantidad de dinero con la que pueda proveer a sus necesidades personales; esta cantidad se denomina “asignación personal”.

b. Con la asignación personal se cubrirán los siguientes gastos:

– Aseo, ropa, calzado y efectos personales.

– Viajes y diversiones personales.

– Vacaciones y aficiones.

– Limosnas personales.

c. El Visitador y su Consejo determinarán la cantidad co­rrespondiente a la asignación personal. Será revisada a comienzos de año, teniendo en cuenta la situación eco­nómica de la Provincia y el nivel de vida.

d. Como puede ocurrir que por circunstancias extraordina­rias un misionero tenga alguna necesidad que no puede cubrir con la asignación personal, esté la comunidad atenta a proveer esa necesidad.

e. El uso de este dinero que la comunidad pone al servicio de sus miembros será uno de los puntos de revisión pe­riódica en las comunidades locales.

f. La comunidad sufragará los viajes de vacaciones de los residentes en Canarias y de los canarios residentes en la península, cuando se desplacen de Canarias a la penínsu­la o viceversa.

g. La comunidad abonará a cada uno de los miembros de la Corporación U. S.A., cada año un tercio del coste real del viaje a España.

h. Vea el Visitador la forma de atender a los viajes de los misioneros destinados en Honduras.

88. Se suprime toda clase de asignaciones personales por parte de la comunidad: mensualidad -fuera de la asignación personal-, onomástica del Superior y particulares, Navidad y Reyes, fin de curso, clases de verano, etc.

Voluntariado

89.

a. La Provincia de Zaragoza, así como sus comunidades y obras, en el desarrollo de sus fines propios. favorecen la participación de personas voluntarias y la promoción del voluntariado.

b. Las obras y comunidades suscribirán un acuerdo con cada una de las personas voluntarias, a quienes otorga­rán su correspondiente acreditación.

c. Las obras y comunidades suscribirán, por sí mismas o en colaboración con otras organizaciones afines, las pólizas de responsabilidad civil, enfermedad y acciden­tes, de acuerdo con la legislación vigente en cada lugar y para cada situación.

d. Del acuerdo con las personas voluntarias y de las póli­zas se guardará copia en los correspondientes archivos de las obras y comunidades.

e. Desde la administración provincial se mantendrá sus­crita además una póliza de responsabilidad civil subsi­diaria.

90.       ESTAS NORMAS PROVINCIALES SON LAS ÚNICAS VIGENTES EN LA PROVINCIA DE ZARAGOZA.

LÍNEAS OPERATIVAS

Formación permanente

En respuesta a la llamada de Dios, que se inició en e1 bautismo, nos esforzamos por seguir a Cristo evangelizador de los pobres, dando for­ma en nosotros a las mismas actitudes de Cristo. En este dinamismo de fidelidad y conversión, se inscribe nuestra necesidad de formación per­manente (inicial y posterior).

En los próximos tres años nos proponemos:

1. Concretar y urgirnos en los Proyectos Comunitarios me­dios eficaces de formación en cuanto comunidades y para cada uno de los misioneros.

2. Esmerarnos en la preparación y realización de los ministe­rios y servicios que se nos confÍan.

3. Especializar a algunos misioneros para poder afrontar co­mo comunidad las nuevas respuestas que reclama la evan­gelización de los pobres.

4. Participar en los encuentros provinciales, interprovinciales e internacionales (CIF, SIEV, etc.), que nos ayuden a man­tenernos atentos a las situaciones cambiantes, sostenidos en las crisis, serenos en medio de las dificultades y creati­vamente comprometidos ante las llamadas de la Iglesia y de los pobres.

5. Cuidar los encuentros de zona (entre comunidades próxi­mas) de modo que favorezcan el conocimiento mutuo, la convivencia fraterna, el celo misionero, la sintonía con los pobres y 1a atención a los temas candentes del momento.

Pastoral vocacional

Nuestra fidelidad a Dios requiere el cultivo y extensión del carisma vi­cenciano en la Iglesia.

En los próximos tres años nos proponemos:

1.    Favorecer en todas nuestras obras y ministerios, así como en nuestras comunidades, 1a cultura vocacional: descubrir y funda­mentar el sentido de la vida en el Señor que llama a todos a ser hijos y hermanos, a hacer vida el Evangelio en la pluralidad de carismas y servicios.

2.    Potenciar la pastoral juvenil en todas nuestras obras y dedicar nuestras mejores fuerzas al acompañamiento de jóvenes y adul­tos en sus procesos de maduración en la fe.

3.    Impulsar la Comisión de Pastoral Vocacional en todas las comu­nidades e implicarnos personalmente, sin descargar esta respon­sabilidad únicamente en los delegados locales.

4.    Acercarnos a los jóvenes y su mundo, facilitando su encuentro con la vitalidad de la Iglesia y con la novedad del Evangelio.

5.    Abrir nuestras casas, ministerios y comunidades a experiencias de encuentro, oración, convivencia y trabajo, de modo que nues­tro carisma y forma de vida puedan ser conocidos y compartidos por otros.

Pastoral juvenil

A través de los distintos ministerios observamos que la Pastoral Juve­nil constituye, no sólo una línea transversal de nuestra actuación pasto­ral, sino también un auténtico reto a nuestra labor evangelizadora. Para responder a este reto nos proponemos:

1.    Activar el trabajo con los jóvenes reconociendo la diversidad de ámbitos en los que éste se desarrolla entre nosotros: parroquias, misiones populares, centros educativos, grupos juveniles, JMV, Feyda, 4R…

2.    Crear foros de comunicación y actuación en los que las diferen­tes formas de Pastoral Juvenil intercambien sus puntos de vista y sus actuaciones, a fin de enriquecernos mutuamente y de poder programar acciones conjuntas.

3.    Priorizar la dimensión vicenciana, atendiendo a los grupos que han nacido en el seno de la Familia Vicenciana y a todos los que potencian el compromiso con la justicia y la transformación de la sociedad.

4.    Favorecer procesos de crecimiento y maduración en la fe, a tra­vés de un acompañamiento personal adecuado, que ayude a des­embocar al joven en opciones de vida cristiana concreta.

5.    Urgir una preparación específica de los misioneros dedicados a la Pastoral Juvenil que ayude a entender, acompañar y responder a la cultura juvenil actual.

6.     Suscitar en los jóvenes a quienes acompañamos algunos de los rasgos más significativos del talante vicenciano para que:

6.1. Sean misioneros en sus propios ambientes

6.2. Se comprometan como Voluntarios al servicio de los más necesitados.

6.3. Y se impliquen en las distintas estructuras de transfor­mación de la sociedad.

Misión en Honduras

Nuestra presencia en Honduras es actualmente la forma más explícita Je nuestra participación en la Misión “ad gentes “.

Para llevar a cabo esta labor evangelizadora:

1.    Mantendremos el Equipo Misionero y elaboraremos un Plan Pas­toral de Evangelización para toda la Misión.

2.    Responderemos generosamente a los nuevos proyectos que se prepararán en la propia Misión y se enviarán a la Curia Provin­cial para su presentación en las instancias correspondientes. Las ayudas provenientes de los fondos económicos provinciales, de ayudas personales y de otras instituciones, servirán para el man­tenimiento de las obras sociales actuales y de los nuevos proyec­tos.

3.    Tendremos presentes en nuestras oraciones las misiones. En este sentido impulsaremos el Día de la Misión de Honduras; anima­remos y comprometeremos en esta tarea a las personas con quie­nes trabajamos.

4.    Trabajaremos en la Pastoral Vocacional, colaboraremos con los laicos cristianos y con la Familia Vicenciana, así como poten­ciaremos en nuestra Misión el trabajo de Voluntarios cristianos respaldados por nuestras Comunidades.

5.    Continuaremos la colaboración interprovincial con las Provin­cias de Barcelona y Colombia en Puerto Lempira.

6.    Mantendremos un intercambio mutuo y permanente entre la mi­sión y las demás comunidades de la Provincia a través de: la co­laboración temporal de misioneros en proyectos puntuales; el Boletín Provincial y el correo; la comunicación habitual y agra­decida con los bienhechores y personas afectas a la Misión.

Trabajo en parroquias

En fidelidad a nuestra vocación cristiana y vicenciana, queremos vivir y transmitir el carisma vicenciano en las parroquias en que los misio­neros ejercemos nuestro ministerio. Para ello:

1.    Trabajaremos para que la comunidad parroquial crezca y madure como comunidad misionera que vive, celebra y anuncia la Buena Nueva de Jesucristo al mundo.

2.    Para hacer efectivo el ideal vicenciano de evangelización, promoveremos la acción caritativo-social en favor de los pobres y el cambio de las estructuras sociales que impiden el desarrollo de las personas y de las comunidades humanas en justicia y liber­tad.

3.    Por fidelidad a Dios, que por su Espíritu distribuye sus carismas en la Iglesia, daremos a conocer y promoveremos, en la medida de lo posible, las asociaciones de la Familia Vicenciana.

4.    Intensificaremos nuestro esfuerzo en la consolidación de los Consejos de Pastoral y de Asuntos Económicos, de manera que los laicos tengan en ellos el protagonismo y la corresponsabili­dad que la Iglesia reclama para ellos. Para que esto sea posible, tendremos como tarea primordial la formación de los laicos y nuestra constante reflexión para evitar todo tipo de actitudes “clericales” que lo impidan.

5.    Trabajaremos con un Plan de Pastoral con objetivos y líneas de acción que favorezca la continuidad en el trabajo pastoral cuan­do haya cambios de personal en quienes atienden este ministerio.

6.    Siguiendo nuestra herencia vicenciana, favoreceremos con nues­tra participación e interés todas las tareas que lleven a una mejor pastoral de conjunto en las zonas y Diócesis en las que estamos presentes.

Misiones Populares

La Provincia de Zaragoza asume como una de sus prioridades las Misiones Populares tan entrañablemente queridas por san Vi­cente. Como la Provincia de Zaragoza favorece y estimula el mi­nisterio de las misiones:

1.    Mantendremos un Equipo de Paúles no inferior a 6 e incluso procuraremos que crezca.

2.    Adaptaremos el Proyecto de Misiones de la Provincia, para responder mejor a las distintas circunstancias de la Iglesia y de la sociedad, teniendo en cuenta de manera particular:

2.1 La adecuada estructuración del Equipo.

2.2 Las demandas que vienen de distintos ámbitos: rural, ba­rrio marginal, urbano…

2.3. La posibilidad de distintas formas de misión que puedan favorecer el pluralismo.

2.4. La preocupación por la justicia social y la organización de la caridad.

2.5. El desarrollo de la tercera fase de la misión: la continui­dad.

2.6. La apertura a las sugerencias de los misioneros.

3. El Equipo de misiones mantendrá una buena comunicación con las comunidades de la Provincia; las comunidades facilitarán, en la medida de sus posibilidades, la participación de alguno de sus miembros en el trabajo misionero.

4. Buscaremos cauces para una mayor colaboración en este campo con la Familia Vicenciana.

5. Intentaremos consolidar el grupo de seglares del Equipo.

6. Procuraremos igualmente aglutinar otras fuerzas eclesiales, sa­cerdotes y laicos .

7. Para reforzar el desarrollo de cauces de colaboración, concreta­remos la posibilidad de un compromiso temporal de uno o varios años de forma que posibilitemos que la colaboración de los lai­cos responda a las necesidades de este ministerio, procurando para ellos la adecuada cobertura y ayuda: espiritual, formativa y económica.

La aprobación de los posibles contratos corresponderá siempre a la administración provincial.

Educación

Entendemos que nuestra presencia en los centros educativos debe estar centrada en promover valores humanos, cristianos y vicencianos para cumplir el fin de la Congregación. Para ello:

1.    Proponemos que se preparen adecuadamente los misioneros en los ámbitos que hoy día pueden requerir nuestra intervención educativa.

2.    Respecto a nuestros Colegios, procuraremos la presencia de un número suficiente de misioneros que puedan, junto con el profe­sorado, mantener vivo nuestro Proyecto Educativo vicenciano. Centraremos nuestra presencia en los órganos de gestión y pasto­ral evangelizadora.

3.    En las contrataciones de personal se exigirá la aceptación del Proyecto educativo del centro y fomentaremos la implicación del profesorado en su elaboración, revisión y cumplimiento.

4.    Fomentaremos la colaboración y coordinación con los demás centros educativos vicencianos, con los movimientos juveniles y con los proyectos pastorales relacionados con la educación de los jóvenes.

Pastoral de migraciones

Ante el fenómeno masivo y creciente de la Inmigración en nuestro pa­;. la Provincia de Zaragoza y cada una de sus comunidades, en fideli­_:ad a su carisma vicenciano, se sienten urgidas a:

1.    Acoger a los inmigrantes aceptando sus diferencias culturales y religiosas, superando todo prejuicio desde el reconocimiento de la dignidad de toda persona humana.

2.    Ofrecer una atención pastoral integral, atentos a las necesidades que lleva ser emigrante.

3.    Cada comunidad, de acuerdo a su realidad social, plasmará en su proyecto Comunitario acciones concretas a favor de los inmi­grantes, en coordinación con los Planes pastorales de cada Dió cesis, programas sociales existentes, y en estrecha colaboración con la Familia Vicenciana.

4.    Conscientes de su riqueza cultural y religiosa, les abriremos las puertas a la participación activa en la pastoral parroquial y en los movimientos vicencianos.

5.    Colaboraremos con los movimientos de promoción humana que surgen en los distintos grupos de inmigrantes.

Nuestra presencia en Estados Unidos

Nuestro trabajo entre hispanos en los Estados Unidos responde plena­mente al carisma vicenciano y es tenido en gran estima. Por lo tanto mantendremos nuestra presencia apostando por la evangelización de los hispanos, principalmente:

1. implicando en el trabajo a los seglares y movimientos vicencia­nos.

2. participando en los programas de Justicia social de la Diócesis;

3. ayudando a los hispanos a la regularización de su residencia per­manente en USA y a la mejora de su situación social y económi­ca;

4. abriendo nuevos caminos de evangelización.

Colaboración con el laicado

La Provincia de Zaragoza asume con gozo la corresponsabilidad de todos los bautizados en la tarea de evangelización requerida por la Iglesia y urgida por la necesidad de aunar esfuerzos. Entendemos que esta mutua colaboración pertenece al carisma vicenciano. Por eso:

1.    Potenciaremos su identidad laical y secular. Colaboraremos con ellos a fin de que asuman responsable y efectivamente los traba­jos que les corresponden, tanto en la esfera de las decisiones y de la gestión como en las acciones concretas.

2.    Prestaremos, desde nuestra sensibilidad vicenciana, especial im­portancia a su formación en los distintos ámbitos a ellos confia­dos, en el espíritu del voluntariado.

Colaboración con la Familia Vicenciana

Asumimos con gozo las iniciativas llevadas a cabo por los correspon­dientes superiores y presidentes en relación con la creación y fortaleci­miento de la Familia Vicenciana. De nuestra parte:

1.    Haremos un notorio esfuerzo por conocer cada uno de los movi­mientos vicencianos, leyendo sus publicaciones, abriendo nues­tras comunidades a su presencia, relacionándonos en igualdad con ellos y potenciando momentos de encuentro.

2.    En la medida de lo posible, promoveremos los movimientos vi­cencianos desde nuestras comunidades.

3.    Apoyaremos toda iniciativa de formación conjunta.

4.    Intentaremos igualmente colaborar con la Familia Vicenciana en algún proyecto de acción social.

5.    Cada comunidad, en el proyecto comunitario, asignará los misio­neros más directamente implicados con cada grupo de la Familia Vicenciana.

Colaboración con las Hijas de la Caridad

1.    Convencidos de que compartimos el mismo carisma, los misio­neros de la provincia estaremos disponibles a la colaboración con las Hijas de la Caridad.

2.    Participaremos con ellas en proyectos concretos de servicio a los pobres y en la cercanía a los grupos de la Familia Vicenciana.

Mitxel Olabuénaga, C.M.

Sacerdote Paúl y Doctor en Historia. Durante muchos años compagina su tarea docente en el Colegio y Escuelas de Tiempo Libre (es Director de Tiempo Libre) con la práctica en campamentos, senderismo, etc… Especialista en Historia de la Congregación de la Misión en España (PP. Paúles) y en Historia de Barakaldo. En ambas cuestiones tiene abundantes publicaciones. Actualmente es profesor de Historia en el Colegio San Vicente de Paúl de Barakaldo.

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