Romería del Carmen (16 de Julio) (Barakaldo)
La Romería del Carmen no es la más antigua, pero sí la más popular por ser la Patrona de Barakaldo.
No sabemos cuándo tuvo su origen esta popular romería, pero debemos suponer que data de 1854, fecha en que los hermanos Ibarra instalaron en el barrio del Desierto una fábrica a la que llamaron “Fábrica de Nuestra Señora de El Carmen” que, con el paso de los años, se convertiría en Altos Hornos de Vizcaya.
Polémica fue esta romería, pues los sestaoarras alegaron que tenían preferencia, ya que con anterioridad celebraban esta fiesta en la llamada Campa del Carmen o de San Francisco, en el lugar denominado La Punta de San Nicolás, donde los Carmelitas se instalaron el año 1719 y, cómo no, también tuvieron su iglesia dedicada a la Virgen del Carmelo.
Poco a poco la romería de Sestao fue perdiendo popularidad debido a que Barakaldo era un lugar más cómodo para todos aquellos que llegaban de la Zona Minera y pueblos adyacentes. Ésta fue la razón de que los sestaotarras terminaran por no celebrarla.
Lo más importante en las romerías de antaño era el baile. Cuando caía la tarde se formaban corrillos sentados en la hierba y, en familia, se meren¬daban buenas y suculentas cazuelas de caracoles o de bacalao. El vino se servía en botas y éstas corrían de mano en mano para libar el “tintorro”, refrescando así los resecos gaznates que se desgañitaban cantando al son de la guitarra. Después se bailaba al son de los “pianillos de manubrio” o bien de acordeones. No faltaban las barcas de madera que funcionaban a empu¬jones, ni las casetas donde, pagando unas monedas de cobre, se podía ver a “La mujer barbuda”, “El crucificado Taimu” o algún otro espectáculo, co-mo aquel que se anunciaba: “Sólo para hombres”, y en su interior única¬mente había unos picos y palas.
Tras la Guerra Civil Española las fiestas barakaldesas de Nuestra Se¬ñora del Carmen siguieron siendo familiares, pero con un estilo más abierto y señorial. Las tómbolas eran el mayor acontecimiento debido a los sorteos de cazuelas y pucheros, así como el de un jamón, pieza preciada en aquellos tiempos. No faltaba el circo, tiovivos de cadenas y caballitos, así como algunos toboganes. También pudimos ver cina, barracas, novilladas, regatas de botes, cucaña y suelta de patos en el río Galindo.lo
Solían celebrarse verbenas, pero éstas sólo duraban hasta las 12 de noche. El último día, como broche final, se celebraba una biribilketa desde la campa del Carmen hasta la Plaza de Abajo (Plaza de Desierto) y, tras Ia quema de una traca, la gente se iba a dormir. Pobre de aquel que pretendiera hacer la fiesta por su cuenta: terminaba en la perrera.
NOTA FINAL: ayer, día 16 ¡cómo no!, se reiteró la fiesta. Con una Iglesia repleta de fieles y un agobiante calor, varios sacerdotes (diocesanos, salesianos y PAÚLES) concelebraron la Eucaristía, presidida por el párroco, P. Ander Arregi. Puede verse una amplia galería de fotografías en www.barakaldodigital.com
Texto: exagutubarakaldo.com
Fotografia: barakaldodigital.com
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