San Francisco (USA): la Parroquia de San Carlos Borromeo (1976)

Querido P. Abaitua: En la reciente visita de los PP. Martinez San Juan y Fernandez Casanova, me pidieron que le enviase unas notas acerca de esta parroquia. Acepto la invitación con gusto.

Estas notas sobre la ciudad pueden dar una pista acerca de la psicología social de la parroquia, que este a nuestro cargo, Se llama SAN CARLOS BORROMEO aun que el nombre propio esté en inglés y suena un poco distinto. Está encuadrada en medio del distrito de la Misión, como a un kilómetro de la que fundó el P. junípero Serra. Quizá una de las notas más visibles es la movilidad de las familias, que habitan en este distrito. Aproximadamente, (con  la legalidad, que el movimiento migratorio constan­te permite) hay en la parroquia un 10% de filipinos, 8% de irlandeses e italianos, 80% latinoamericanos (mejicanos, nicaragüenses, salvadoreños y guatemaltecos) y un 2% pro­cedentes de Samoa, Tahití y otras islas del Pacifico. En la última encuesta, que hicimos entre los que acuden a nuestra parroquia el 51,6% habla solamente español; el 30,4% ha­bla los dos idiomas (español e ingles y el 18% restante solamente inglés. Si al 30,4%, que habla los dos idiomas se añaden a los que hablan inglés se quedarían casi mitad por mitad. De hecho no pueden arbitrariamente añadirse ni a unos, ni a otros. Nacidos aquí de padres extranjeros tienen su psicología propia con rasgos, que los identifican más a los anglos y con características, que los arrastran a la cultura, que trajeron sus pro genitores.

En 1965 la ciudad financió un estudio del distrito de la Misión, con el fin de ver si era aconsejable transformarlo y convertirlo en centro de oficinas, corner­cios y pisos lujosos. En ese estudio descubrieron que, aunque la mayoría de los residentes eran latinos, los filipinos y orientales iban aumentando en un porcentaje superior al de los demás grupos. Esto les hizo predecir que la inmigración latina habla llegado a su culmen y que se avecinaba un cambio demográfico en esta parte de la ciudad. Esta proyección se cumplió hasta el año 70, en que se notó una vuelta hacia lo latino. Gru­pos de habitantes de este barrio se organizaron, se negaron a vender propiedad, acudie­ron a los tribunales para impedir la Manhatanización de este distrito y ganaron la batalla. Hoy todavía vienen a vivir familias filipinas, pero parecen ser más las que se van, que las que vienen, y son los latinos los que ocupan las casas que dejan los otros grupos.

Ante esta perspectiva la Provincia C.M. americana decidió atender debidamente esta parroquia, reconociendo que, para ello, los sacerdotes tengan que ser bilingües. Como ellos carecían de Padres, que hablasen español, nos ofrecieron la parroquia a nosotros. Después de algunas peripecias y obstáculos, detallados en cartas al P. Rafael Villarroya, Visitador per aquel entonces, el día 1 de diciembre de 1975 nos hicimos cargo de esta parroquia el P. Benigno Presa, como párroco, y los PP. Cándido Arizurieta y un servidor, como coadjutores.

La parroquia tiene una sección de fábricas al este de la iglesia y otra sección residencial, con una o dos calles comerciales. Entre los parroquianos, la mayoría son trabajadores sin cualificación especial. Hay un buen número, que viven de la asistencia del gobierno, y otro número, también importante, de ilegales venidos de Méji­co y Centro América, agazapados con familiares en espera de encontrar trabajo y de eva­dir la deportación en el anonimato de la masa.

Tenemos una escuela católica para la formación humana y religiosa de los niños. Estados Unidos toma muy en serio la separación completa de la Iglesia y el Estado, hasta al punto de que está prohibido como «anticonstitucional» el hablar de religión en la escuela pública. Actualmente tenemos 260 niños y niñas, desde los 6 hasta los 14 años. Las maestras son cuatro religiosas—dominicas filipinas— y cuatro tituladas segla­res. Los sacerdotes no enseñamos. Lo que se cobra a los alumnos es aproximadamente el 40% de le que gasta. Eso quiere decir que la escuela tiene anualmente un déficit de u nos 31.000 $. La parroquia se hace cargo de esa deuda y para elle, todos los sábados, de 8 a 10 de la noche, hay un juego de bingo. Sin esta actividad la escuela habría que cerrarla en tres meses.

Para completar la formación religiosa hay clases de doctrina cristiana para todos los que acuden a la escuela pública. Este año hemos tenido unos 270. Para esta importante actividad parroquial alquilamos a otra monjita, como coordinadora, con salaria completo y coche. Le ayudan en la enseñanza ocho señoras buenas y voluntarias.

La actividad, que, sin ningún género de dudas, más tiempo ocupa al sa­cerdote es la de consejero. A diferencia de España de los años 40, cuando yo crecí en Aibar, donde los problemas familiares quedaban en la familia y el último en enterarse de ellos era el cura, a no ser que se tratase de confesión, la influencia irlandesa y latinoamericana han lanzado aquí al sacerdote al papel ineludible de confidente y con­sejero de la vida familiar. Problemas morales, legales o de simple convivencia, se des­cubren, antes que a nadie, al sacerdote en espera de solución, o, por lo menas, de aliento.

Calcula que dentro de los limites de la parroquia viven unas 1.100 fa­milias y alrededor de 4.000 personas. Para servirles, los domingos y días festivos tenemos 7 misas, tres en español y cuatro en ingles. Desde el día uno de diciembre de 1975 en que nos hicimos cargo de la parroquia, hasta hoy, 58 primeras comuniones y 68 con­firmaciones. Se han celebrado, más de 67 bautizos, 18 matrimonios, 47 entierros. Las confirmaciones se administran solo cada dos años. Los candidatos tienen que tener, por lo me­nos, 12 años y tienen que haber acudido a las clases especiales durante un año completo, como preparación para el sacramento.

Espero que estas notas le sirvan para hacerse una idea de la parroquia de San Carlos en San Francisco (USA), que acaba de convertirse en la casa más recien­te de la Provincia C.M. de Zaragoza con el nombramiento del P. Benigno Presa, como su primer superior.

S. afmo. en S. Vicente

P. LUIS MOLERES C.M.

Tomado literalmente del BPZ, 1976

Mitxel Olabuénaga, C.M.

Sacerdote Paúl y Doctor en Historia. Durante muchos años compagina su tarea docente en el Colegio y Escuelas de Tiempo Libre (es Director de Tiempo Libre) con la práctica en campamentos, senderismo, etc… Especialista en Historia de la Congregación de la Misión en España (PP. Paúles) y en Historia de Barakaldo. En ambas cuestiones tiene abundantes publicaciones. Actualmente es profesor de Historia en el Colegio San Vicente de Paúl de Barakaldo.

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