Campaña vocacional en la Apostólica de Las Palmas (1965)
Acabamos de terminar en esta apostólica una campaña para conseguir vocaciones de misioneros. El P. Visitador, al saber el resultado obtenido, nos invita a que relatemos en ANALES nuestra experiencia.
Esta apostólica de Las Palmas (y digo de Las Palmas porque jamás esta Casa estuvo enclavada en el barrio de Las Rehoyas, como erróneamente se la denomina) estrenó edificio nuevo el 25 de enero de 1980. De aquella antigua Comunidad solamente quedan los Padres Langarica y Tardón. El edificio tiene capacidad para unos 70 seminaristas aproximadamente, si bien no está del todo equilibrado en todas sus dependencias.
Desde esta fecha la apostólica venía recogiendo al principio de cada curso un número cercano a esa fecha límite. Intentando buscar vocaciones, aunque hubiera que ampliar la Casa, podíamos elevar esa cifra y sin ser demasiado optimistas se podría hasta doblar esa cifra. Para ello organizamos una campaña vocacional.
A nadie se le escapa pensar que esto resulta un problema que habría que tratar con suma delicadeza para no herir la susceptibilidad de los señores párrocos y no dar en general la impresión, como ha podido ocurrir en otras partes, de una organizada cacería humana. Para ello visitamos previamente a los señores párrocos notificándoles el fin de nuestra misión, que era recorrer las escuelas de su Parroquia para explicarles a los niños, a través de unas dispositivas, la maravilla y grandeza del sacerdocio. Esto redundaría indudablemente en un mayor aprecio de la labor del sacerdote en el pueblo, no siempre comprendido exactamente por los fieles. En segundo término y a través de las imágenes de la pantalla intentaríamos despertar en los muchachos el noble ideal de la vocación al sacerdocio, sin darle a todo esto un carácter exclusivamente congregacionista y respetando cualquier otra vocación ya orientada. De hecho, en todos los pueblos nos reciben bien.
En esta empresa de tipo sobrenatural era necesario otro preparativo. Asegurarse antes de salir por los pueblos una buena intendencia espiritual de oraciones y sacrificios. Para ello el P. Superior, Jerónimo Cuevas, dirigió una circular invitando a las 18 Casa de Hermanas que hay en Las Palmas a que asistieran a una paraliturgia sacerdotal en nuestro seminario. Fue el día 25 de enero. Nuestra capilla apenas podía cobijar el número de Hermanas que se presentó. Desarrollamos una de las paraliturgias sacerdotales publicadas en el Instituto de Pastoral de Pio X de Tejares, repartiendo hojitas con las preces colectivas a toda la concurrencia.
Ese día, al entrar en casa, sorprendería contemplar en las paredes artísticos cuadros murales con diversos motivos vocacionales. Desde la portería hasta el improvisado salón de actos se ordenó una exposición sacerdotal en cinco mesas repletas de libros, oficios, banderines, tarjetas postales y sellos vocacionales.
Después de la interpretación de la obra de teatro «El sacristán de la aldea», se proyectaron las filmadas. A las imágenes acompañaban tres guiones radiofónicos dialogados preparados en cinta magnetofónica. En un total de 50 diapositivas se recogían diversos aspectos de la vida en el seminario y su culminación en el sacerdocio. Las diapositivas están sacadas aquí y en Salamanca. La proyección entusiasmó a las Hermanas. Ellas y las almas encomendadas a su dirección nos acompañarían con sus oraciones en nuestra empresa. De hecho, en algún centro dirigido por ellas durante esos días se organizaron cruzadas incesantes de oraciones.
Nuestras salidas por los pueblos duraron catorce días no consecutivos. Salíamos tres Padres. Padres Langarica, Eslava e Iparaguirre, alternándonos. En total, tres veces por semana. Así no perdíamos.
Desde el primer día suprimimos el magnetofón con sus guiones radiofónicos por ser más interesante para el público infantil que las cosas de viva voz, dando lugar de esta forma al chiste oportuno, al diálogo, al canto y, en general, a darle una mayor credibilidad y acomodación en cada caso. Los muchachos atendían encandilados durante la hora que aproximadamente duraba la proyección.
Hubo algunas dificultades que superar. En unos sitios, al no tener luz, era necesario llevar un cable de cien metros. El cambio de voltaje nos hizo proveernos de un elevador reductor para impedir que se fundiesen las lámparas del proyector. Otro día, en medio del itinerario se desencadenó una tormenta que hizo girar al chófer del microbús, Hermano Limia, hacia otros lugares, pues hasta había árboles desgajados en medio de la carretera.
El resultado de la campaña ha sido bueno. Intentamos traer 60 vocaciones nuevas para el próximo curso y lo hemos conseguido. De seguir visitando más pueblos y extendiendo nuestra campaña a otras islas, el número de peticiones podía haber ascendido al centenar. Pero de momento la Casa no está preparada para recoger semejante cosecha. Habría que ampliar los graneros del Señor. Y en eso andamos ahora.
P. Luis Iparraguirre
yo fuí uno de los niños captados en esa campaña pro vocaciones donde esta el padre LUIS IPARRAGUIRRE GRACIAS
?Que fue del padre Luis Iparraguirre¿ Como es que su memoria ha sido borrada por la congragación de la misión. que pena. Hay señores. hijos de San vicente que saber perdonar pues vosotros no sois mejores.
POR QUE ESE ENSAÑAMIENTO CON EL PADRE LUIS IPARRAGUIRRE HASTA EL PUNTO DE BORRARLO DE LA HISTORIA DE LA C.M. QUE HAREMOS CON EL CAPELLAN DROGADICTO DE LA PRISION DE ALBACETE?