Colonias infantiles de verano en Zaragoza

“¿DÓNDE HABITA NUESTRO SEÑOR?
EN LOS SENCILLOS DE CORAZÓN”. (SVP, IX, 726)

Luego de un año cargado de estudios y servicio, los estudiantes de la Etapa de Acogida (Manuel Mora, Diosvany Ortiz y José Miguel Ortega) comenzamos una nueva experiencia de servicio junto a los monitores y niños del proyecto de colonias urbanas del colegio “El Carmen y San José”. 

Con el tema “Bienvenidos al circo”, la Villa Santa Luisa abrió sus puertas del 23 de junio al 18 de julio a más de 60 niños para los cuales, durante 4 semanas, las colonias se convierten en una opción de verano única en la que poder compartir y disfrutar de un tiempo de juegos y refuerzo educativo, pero también de piscina. 

Este ha sido un espacio de servicio, pero también de trabajo en equipo e integración, en el que cada miembro abre su tiempo al “otro”, que mira las realidades de cada niño para planificar y actuar conforme a ellas. El verdadero centro de las colonias son los chicos, para ellos y por amor a ellos nos entregamos. 

“El amor es inventivo hasta el infinito” (SVP, XI, 146). No es posible encontrar unos rostros alegres en los chicos, sin que detrás existan unos monitores que trabajen verdaderamente por ellos. Bien decía San Vicente: “La perfección no consiste en la multitud de cosas hechas, sino en el hecho de estar bien hechas” (SVP, X, 353). Y estar bien hechas envuelve precisamente el que se hacen por amor.

Para nosotros este periodo ha sido un nuevo encuentro con el Señor en el rosto de estos chicos. A pesar de las travesuras propias de los más peques, se nos ha quedado la alegría de que, de una u otra forma, en ellos queda algo que hace que luego cuando menos lo imaginamos recibamos un abrazo que nos sorprende, y hace que cobre sentido nuestra entrega. 

Agradecemos al Colegio del Carmen y San José y a las Hijas de la Caridad por su acogida durante estos días de colonias, a los monitores por integrarnos y trabajar juntos como equipo haciendo posible una amistad que dio frutos en los pequeños. Y bueno no puede faltar agradecer también a las voluntarias en cocina que tan bien nos cuidaron así como a Sonia y su familia que bien resguardaron la villa para la acogida de los chicos y nuestra. 

Nos llevamos no solo recuerdos, sino también la certeza de que el amor, cuando se entrega con sencillez, transforma. Muchas gracias a todos. 

Estudiantes Etapa acogida

Zaragoza