Inauguración del Seminario Interno Interprovincia (Nápoles)
Con ilusión y algo de nervios en nuestros rostros, emprendimos el viaje a Italia. Viajamos Juan Enrique, Ricardo y Aarón, estudiantes de las diferentes provincias españolas, junto con el P. Antonio Ruiz, uno de los formadores que nos acompañará este curso. A la llegada al aeropuerto de Nápoles, nos esperaba con una sonrisa el P. Guerra, director del Seminario. Nápoles es una ciudad muy ruidosa, donde el tráfico es muy característico y con una gran afluencia de turistas.
La gran riqueza de este Seminario es que asistimos los estudiantes de buena parte de Europa. Se unen también la provincia de Oriente y, en este año, la de Irlanda. La diversidad de espiritualidad, formación y cultura de cada uno de los estudiantes hace que conozcamos mejor la realidad de nuestra Congregación. Pero sin olvidar lo que dice el P. Guerra: que el Seminario es un tiempo fuerte del Espíritu.
El día de San Vicente lo celebramos en la Basílica Nuestra Señora de Loreto, el pequeño San Pedro como dicen aquí. Celebró la Eucaristía el cardenal Crescenzio Sepe. La presencia de la Familia Vicenciana aquí en Nápoles se hizo sentir. Monseñor Cresecenzio nos habló de en la homilía sobre la caridad. Trazó tres objetivos bien claros: la caridad como camino, la caridad sensibilidad-testimonio y la caridad como justicia. Nos invitó por último a ser misioneros de la Caridad.
Al día siguiente, celebramos la Eucaristía con el P. Superior General en la capilla de la comunidad. El P. Gregory Gay mencionó tres actitudes a trabajar, haciéndose eco de la lectura de libro de la profecía de Zacarías: la humildad, la construcción de la comunidad y el impulso del Reino de Dios. Después de un breve descanso, retomamos nuestro encuentro con el Superior General. El P. Gregory Gay nos dio unas pautas para una buena formación. Propuso como primer punto el idioma, tan importante en nuestra Congregación; como segundo, abrirnos a la internalización y ser miembros de la Congregación; y como tercero, la meditación y oración a la luz de la Palabra de Dios para este tiempo.
El día de la festividad de San Miguel y San Rafael celebramos la admisión a la Congregación de la Misión. Desde bien temprano se hizo notar un ambiente festivo. La jornada comenzó con una reunión de los Visitadores con el P. Superior General. Más tarde, nos unimos los seminaristas y compartimos experiencias de lo que esperamos de este Seminario. Ya por la tarde, celebramos la Eucaristía con unos cantos animados por las Hijas de la Caridad y una liturgia muy propia del lugar.
Al día siguiente hicimos una peregrinación a pie al Santuario de Lourdes en Nápoles. Una hora de camino con las explicaciones del P. Guerra sobre los monumentos más importantes de esta ciudad. Tras una breve explicación de la historia de la casa, donde San Justino de Jacobis hizo el Seminario Interno, celebramos la Santa Misa, a la que siguió una buena comida. Terminamos rezando el rosario.
Para terminar la semana, nos trasladamos a Pompeya, célebre ciudad del antiguo Imperio Romano. El P. Visitador de Roma ha dirigido el retiro en esto bello sitio. Las jornadas de reflexión se han dividido en tres partes. La mañana del jueves meditamos sobre la experiencia de vida y la motivación a la luz del evangelio de Juan. Ya por la tarde, el P. Nicola nos dirige la atención a la figura de la fe de María en la Iglesia. Al día siguiente, visitamos las ruinas de Pompeya, lugar emblemático y digno de ver. Para cerrar el retiro nos centramos en la Congregación como el centro de la misión de Jesucristo para nosotros.
Aarón Delgado Méndez, C.M.
(Provincia de Zaragoza)
Simpáticos. :)
Espero que la ilusion y nervios no se les hayan quedado en el alzacuellos… y demás. ¡Pena!
La ilusión se vive desde Jesucristo y la evangelización a los pobres.Intentando formarnos cada día en ser buenos Misioneros Paúles al estilo de San Vicente. No queda otra sino aguantar este chaparrón.
muchas felicidades queridos hermanos!
Enhorabuena Aarón!!! Espero que te este gozando bastante esta nueva etapa de tu vocación.
Muchas gracias Daniel