El mapa de la pobreza cambia en Bizkaia
La crisis ha cambiado el mapa de la pobreza en Bizkaia. Por una parte, ha extendido sus contornos: 12.084 personas recibieron atención de Cáritas el pasado año; es decir, 2.580 más que en 2007, cuando el desplome de la economía ya se empezaba a sentir en las familias. Por otra, ha modificado el perfil de los ciudadanos que requieren ayuda para sobrevivir en el día a día: aunque los inmigrantes siguen siendo mayoritarios (52%), aumentan los autóctonos en situación límite. Ya rozan los 5.800. Entre ellos, cada vez más ciudadanos que hace apenas unos años pertenecían a la clase media, gozaban de un buen nivel de vida y que jamás sospecharon, ni en la peor de sus pesadillas, que el vendaval de la recesión les empujaría a una situación límite: sin un techo bajo el que dormir, sin comida que ofrecer a sus hijos, sin dinero para cubrir sus necesidades más elementales.
La organización atendió el último año a 800 ciudadanos menos que el anterior.
No sólo son más. Las personas apoyadas por la ONG de la Iglesia Católica permanecen cada vez más tiempo bajo su cobijo. Muchas de ellas -3.599 el pasado ejercicio, casi el 30% del total- superan los cinco años de tutela al no haber encontrado un empleo que les permita superar su precaria situación. «La pobreza se está cronificando», advierten los responsables de Cáritas.
La organización atendió el último año a 800 ciudadanos menos que el anterior. Pero el dato no refleja una mejora en sí, sino simplemente que el traspaso de los programas de empleo a Lanbide ha reducido el cómputo total. De hecho, los proyectos de acción social, que constituyen la piedra angular de Cáritas, congregaron a 10.800 personas en 2013, frente a las 8.280 de 2008.
Los extranjeros atendidos por Cáritas el pasado año sumaron 6.283; es decir, 790 menos que el precedente. Su presencia ha disminuido de forma paulatina por el traslado de una parte de ellos a sus países de origen o a otras comunidades autónomas en busca de las condiciones de estabilidad que no encuentran en Euskadi.
Los ciudadanos con otra nacionalidad eran 8.638 en 2010. Entonces representaban más del 67,5% del total. Ahora rozan el 52%. Su descenso se ha visto compensado en parte con una creciente presencia de autóctonos, que han pasado de ser una tercera parte del total a casi la mitad.
Antiguos empresarios
La ONG prestó sus servicios el pasado año a 5.801 personas con nacionalidad española que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza. Su perfil ha cambiado de forma notable en la última década. Ya no se trata sólo de ciudadanos que arrastran una larga vida de penurias y acostumbrados a vivir al filo del alambre. A Cáritas también acuden ahora antiguos empresarios que tuvieron que cerrar las puertas de sus negocios por la crisis, parejas que antes de la recesión pertenecían a la clase media y que ‘naufragaron’ ahogadas por las altas hipotecas que solo pudieron afrontar mientras ambos trabajaban; gentes que jamás sufrieron agobios y que ahora, con sus familias exhaustas y sin apenas capacidad para echarles un cable, se ven obligadas a pedir alimentos; para ellos o para sus hijos.
Responsables de la organización explican que más de la mitad de las personas que atienden piden ayuda para la vivienda o comida. En muchos casos, se ven incapaces de hacer frente a «los asfixiantes gastos diarios, el pago de suministros, el alquiler del piso o la hipoteca bancaria”, añaden las mismas fuentes.
Cientos de desempleados se han convertido en asiduos de los servicios de Cáritas
Las mujeres son mayoría: 6.988, el 57,83% del total. De ellas, 2.001 tienen personas a su cargo; por lo general, hijos.
Además, cientos de desempleados se han convertido en asiduos de los servicios de Cáritas. Ya no acuden de forma excepcional, sino que han ‘cronificado’ su petición de ayudas. Ese proceso les lleva, en ocasiones, a que se acentúe el desgaste social que sufren y su desesperanza; incluso puede conducirles a procesos de aislamiento que no hacen sino enquistar su precariedad y la de sus propias familias.
Casi un tercio de las personas atendidas por la ONG de la Iglesia llevan más o cinco años dependiendo de ella: 3.599 residentes en Bizkaia. Un 43% del total son parejas de entre 20 y 40 años, y con hijos a su cargo. Un 18% son familias monoparentales.
Clara Aguilar. Tomado de ELCORREO.COM
Comentarios recientes