El Visitador regresa de Honduras
Accedo gustoso a la petición que me hace el P. Julio Suescun, director de la página Web de Zaragoza, para escribir un pequeño relato sobre mi visita canónica a Honduras,.
Salimos de Zaragoza el Padre Getahum Fanta , Visitador de la Provincia de Etiopia y un servidor el día 18 de enero, a primera hora de la mañana. Llegamos a Madrid, donde nos esperaba el Padre Juan Bautista Iborra, Superior de la Casa de Colmenares. Lo primero que hicimos, después de saludar a los Padres, fue visitar la sede de Manos Unidas, sita en la calle Barquillo, 30. Allí el Padre Getahun fue muy bien recibido por esas buenas damas de Manos Unidas que, con su trabajo voluntario exento de gastos de administración, pueden dedicar todas las ayudas que reciben a ayudar a los necesitados.
Al día siguiente, 19 de enero, despedimos al Padre Getahun, que había venido a visitar al Padre Sisay Sisto Abdo, que estudia en nuestra Provincia. El 20 de enero, a primera hora de la mañana, acompañado siempre del P. Juan Bautista Iborra, fui muy temprano al aeropuerto. Después de arreglar el billete, fui a la Capilla donde me encontré con Don Alberto, celoso Capellán del aeropuerto de Barajas, que me permitió concelebrar con él, y que me presentó al puñado de fieles que participaban en la Misa.
El viaje fue muy bueno. Llegamos primero a Panamá y de allí embarqué para Guatemala, donde me estaba esperando nuestro seminarista Wilmer con algunos seminaristas más de la Provincia de América Central. Saludé al Padre José Francisco Ramos, Visitador de la Provincia de América Central y al Padre Rafael, director del Seminario Mayor de Filosofía. El mismo Domingo, día 22 de enero, partí hacia Honduras. Era importante llegar el Domingo, porque los Padres se reúnen el lunes y así podíamos comenzar la visita canónica, todos juntos.
Desde Ciudad de Guatemala, hice el viaje en autobús a Puerto Cortés, base de nuestra Misión de Honduras. Allí me esperaba el P. Superior, P. José María Ibero. El lunes nos reunimos todos los Padres en una jornada de descanso y comienzo de la Visita Canónica. En la Visita, además de los aspectos que siempre tocamos, por ser constitucionales, como el seguimiento a Cristo evangelizador de los pobres y el trabajo en nuestra propia perfección, estuvimos reflexionando sobre el trabajo con las vocaciones y la necesidad urgente que tenemos de un Padre más para trabajar en la Misión.
En Puerto Cortés estaban arreglando el Colegio Sagrado Corazón. Pude hablar con el Ingeniero Denis Ramos, que trabaja en nuestras obras. Visité también a las Hermanas, y allí supe que Sor Mercedes, que se ocupa de los niños va a ser destinada. Que Dios la acompañe siempre. Deja en todos nosotros la verdadera imagen de una Hija de la Caridad, preocupada siempre por el bien espiritual y material de los niños. Que el Señor la bendiga siempre.
Mi lugar de residencia en estos días, era Puerto Cortés. Sin embargo, de jueves a sábado, como otras veces, me desplacé a Cuyamel, para estar con los Padres Ángel Echaide y Félix Mariezcurrena. En Cuyamel tuve la suerte de hablar primero con los que reciben las ayudas para el estudio: los saludé y los animé a aprovechar esas ayudas que la Provincia de Zaragoza y nuestros bienhechores les facilitan generosamente. Les señalé que su esfuerzo es la mejor manera de agradecer nuestra ayuda. También hablé con los delegados de la Palabra de Dios, que estaban reunidos; al ver ese plantel de hombres y mujeres que dirigen las comunidades de la parroquia y que se preparan, día a día, para servir mejor a las comunidades, valoré una vez más el trabajo de nuestros misioneros y le di gracias a Dios por todo.
Hablé también con el Señor Obispo, don Ángel Garachana, y le agradecí sus atenciones para con los misioneros. En estos días, la diócesis de San Pedro Sula, a la que pertenece nuestra parroquia, ha sido dividida, con la creación de una nueva diócesis, en una ciudad llamada La Ceiba. Los Misioneros me hicieron notar que, al ser menor el territorio, las reuniones diocesanas serán más fáciles.
Terminada la visita en Honduras, fui a la nación Salvadoreña, siempre en autobús. Allí, en San Salvador, tienen los Padres de América Central el seminario de San Jacinto, con 5 estudiantes teólogos, uno de los cuales es de nuestra Provincia, Moisés Alemán. Estuve con ellos y me llevé una impresión inmejorable. Agradezco la cordial bienvenida que me dieron el Padre Daniel Antonio Chacón, anterior Visitador y actual Director de estudiantes teólogos, y el Padre José Edilberto Lazo, cariñosamente llamado P. Beto, que es el Superior. Estuve saludando a Don Constantino Barrera Morales, Director del Seminario de San José de la Montaña, donde estudian los teólogos. También visité el lugar donde mataron a Monseñor Óscar Arnulfo Romero, donde estuve rezando un buen rato.
Terminada la visita tomé de nuevo el autobús camino de Ciudad de Guatemala. Ya en Guatemala, hablé de nuevo con nuestro estudiante Wilmer que está en segundo de filosofía, y después tuvimos un largo cambio de impresiones con el Visitador de la Provincia de América Central, P. José Francisco Ramos, que tan bien nos acoge siempre y tanto nos ayuda. Además del tema de las vocaciones, tratamos el tema de la reconfiguración, en respuesta a la carta que hemos recibido del Superior General, los Visitadores y Vice-Visitadores con casas en América Central.
En el viaje de vuelta me encontré con Don Silverio Velasco, que venía de Panamá. Don Silverio es de Aranda de Duero y es el Capellán de las Hermanas de Sor Verónica de las que habla con gran entusiasmo. Como el viaje, Guatemala – Panamá – España, es largo, tuvimos tiempo para una conversación abundante y amena. Llegado a Madrid, después de dar gracias a Dios, llamé al Padre Juan Bautista Iborra, Superior de la casa de Colmenares, que me recibió con la cordialidad de siempre y me permitió asearme y descansar, para recuperarme de los estragos de una larga noche de viaje aéreo.
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