Fiesta de Santa Luisa de Marillac – Colegio Mª Inmaculada de Albacete
El viernes 9 de mayo, el Colegio María Inmaculada de Albacete fue el punto de encuentro para celebrar con alegría la solemnidad de santa Luisa de Marillac. La Eucaristía fue presidida por el P. Santiago Azcárate, C.M., donde se reunió toda la Familia Vicenciana de la ciudad: jóvenes de JMV, miembros de las Conferencias de San Vicente de Paúl, de la Asociación de la Medalla Milagrosa, voluntarias de AIC, Hijas de la Caridad y Misioneros Paúles, la comunidad educativa, feligreses de las parroquias vicencianas y amigos del carisma.
En su homilía, el P. Santi subrayó con fuerza que si hay algo que define a santa Luisa es su fortaleza espíritual. Una fuerza que nace de la fe, que se sostiene en la oración, que no se rinde ante el sufrimiento ni se encierra en el miedo. Una fortaleza que acoge, se entrega, y sigue adelante, confiando siempre en la Providencia.
Uno de los momentos más emotivos fue el compromiso de cuatro voluntarias de AIC, que recibieron la cruz vicenciana como signo de su decisión libre de vivir el Evangelio sirviendo a los más pobres, al estilo de Vicente de Paúl y Luisa de Marillac.
Y como en toda buena celebración de familia, la tarde terminó compartiendo un sencillo aperitivo porque el carisma vicenciano no se celebra solo con palabras, sino con vida compartida, con gestos pequeños que reflejan el amor grande de Dios.
Mª José Ruiz
(AIC – M. Inmaculada)








San Vicente de Paúl (de ahí el nombre de “misioneros paúles”), a pesar de las comprensibles limitaciones propias del tiempo en el que le tocó vivir (siglo XVII), tuvo un gran aprecio por la comunicación: llegó a escribir más de treinta mil cartas (alguna llegó a su destinatario varios meses después de su muerte). 


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