Fiesta de Santiago Apóstol – Honduras, C. A.
El día 25 de julio tuvimos la dicha de celebrar la fiesta del Apóstol Santiago con la presencia del arzobispo de San Pedro Sula, Monseñor Miguel Lenihan.
Los preparativos ya comenzaron en los primeros días de Julio en la reunión con los delegados dando la información de lo que se pedía a las comunidades para que pudieran compartir en la fiesta y el éxito y participación fueron grandes:
- Comidas
- Canciones
- Danzas
- Actividad complementaria
En la sede parroquial “Santiago Apóstol” se realizó un triduo de preparación a la fiesta para poder participar en ella júbilo y la alegría.
El mero día del patrón, Santiago Apóstol, comenzamos con la procesión a las 7 de la mañana con una relativa calma en lo que al tiempo se refiere. La lluvia no hacia acto de aparición hasta la tarde y eso posibilitaba mayor afluencia por parte de los fieles que venían de todas las comunidades de la montaña y la carretera. El patrón se portó muy bien y no nos defraudo en este día tan señalado de fiesta. Fue un día maravilloso.
La inmensa mayoría de las comunidades quedaron bien representadas en la participación en la fiesta, tanto en la celebración Eucarística como fuera del templo. Esto hizo posible que la logística fuera muy grande (carpas, mesas, etc.)
La Eucaristía daba comienzo a las 9 de la mañana presidida por Monseñor Miguel Lenihan y retransmitida por Radio Luz Cortes y la Voz del Atlántico.
Gracias a la retransmisión por Radio podemos llegar a muchas personas enfermas y mayores que no se han pueden hacerse presente en la fiesta patronal. Así nos lo decían algunos feligreses de las diferentes comunidades: “gracias por el esfuerzo que hacen desde la parroquia para que pudiéramos escuchar la celebración de la eucaristía”. Gratitud que queremos hacer extensible a los responsables que trabajan en la radio: Carlos, Noemí y al director de la Voz del Atlántico Francisco Griffin que de manera generosa ofrece su apoyo a nivel material y de asesoramiento. Según nos dijeron se oía “bien nítido” y estuvimos presentes en muchas de las comunidades de la parroquia Santiago Apóstol y también en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Puerto Cortes. Con lo que la radio Luz Cortes cumplió con uno de sus cometidos: hacer llegar la parroquia a través de las ondas de la radio para las comunidades parroquiales.
Cabe señalar que un grupo considerable de la parroquia Sagrado Corazón de Puerto Cortés vinieron a compartir con nuestra parroquia la fiesta de este día.
A la fiesta de Cuyamel estaban invitados los sacerdotes de la Zona pastoral “la Medalla Milagrosa” que se hicieron presentes en la celebración de la Eucaristía.
Nadie quiso perderse la fiesta del Patrón y participaron muchos fieles venidos de las comunidades de carretera y montaña abarrotaban el templo parroquial y no había espacio ni para una aguja. ¡Gracias al patrón que dejo la lluvia para la tarde!
El coro parroquial ponía sus voces y sus notas para animar la eucaristía tan solemne en la sede parroquial.
Monseñor Lenihan al comienzo de la eucaristía y en la homilía felicitaba a la parroquia por su fiesta patronal. Y concretamente en la homilía nos exhortó sobre la figura de Santiago Apóstol, el nacimiento y su familia, la muerte y sus restos, su importancia en la vida de la Iglesia (en el mundo y en España) sus referencias bíblicas (momentos importantes: Getsemaní, la Transfiguración, las apariciones del Resucitado, la pesca milagrosa en el Tiberiades). Para terminar diciendo “sigan a este gran santo, vivan su ejemplo, su seguimiento de Jesús, y su entrega”.
Pasamos un día hermoso de fiesta y celebración junto todos los fieles tanto en la Eucaristía como luego en las comidas, actuaciones musicales, danzas, etc.
Fue un éxito total a nivel espiritual y a nivel de logística en el que el patrón Santiago puso de su parte y las personas pusieron lo suyo.
Hasta el año que viene donde celebraremos con alegría y gozo nuestra fiesta patronal.
Solo queda dar gracias a todos los que hicieron posible que lo vivido fuera tan especial.
Félix Mariezkurrena, C.M.





San Vicente de Paúl (de ahí el nombre de “misioneros paúles”), a pesar de las comprensibles limitaciones propias del tiempo en el que le tocó vivir (siglo XVII), tuvo un gran aprecio por la comunicación: llegó a escribir más de treinta mil cartas (alguna llegó a su destinatario varios meses después de su muerte). 


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