Ordenación de Diácono de José Luis Cañavate (Josico)

“Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”. Con estas palabras del salmo 117 comenzó la acción de gracias. La Iglesia y la Congregación hemos de dar las gracias al Señor también por la vida de Josico entregada a la Evangelización de los Pobres. En medio de un barrio muy sencillo (las seiscientas) el sábado veintisiete de Enero en la Iglesia de la Milagrosa de Albacete fue ordenado diácono nuestro compañero Josico.

En la primera lectura pudimos escuchar la vocación del profeta Jeremías: “irás donde yo te envíe y dirás lo que te mande”. Más tarde, por boca del apóstol Pablo, se nos exhortaba en su carta a la comunidad de Corinto: “nosotros no nos predicamos a nosotros mismos, predicamos que Cristo es el Señor”. Y en la lectura  del Evangelio de Juan escuchábamos: “nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos”.

Don Ciriaco, obispo de Albacete, en la homilía destacó los rasgos más importantes de las lecturas e hizo bastante referencia de una forma implícita al Papa Francisco. El obispo también subrayó la dimensión que tiene el orden del diaconado: servidor de la Palabra, servidor de los Pobres y servidor de la Mesa. Hizo bastante alusión a la figura de San Vicente, que no solo buscaba la salvación material de aquellos pobres, sino también la espiritual. Subrayó cómo había ido a evangelizar a las zonas rurales. Y destacó los cuatrocientos años del Carisma Vicenciano, como don del Espíritu a la Iglesia y al mundo, y concretamente a la misma Diócesis de Albacete. Con la presencia del P. Visitador, de todos los misioneros de la Comunidad de Albacete, algunos de Cartagena y Barakaldo y algunos sacerdotes de la Diócesis de Albacete, celebramos la ordenación de Josico.

¡Zorionak, compañero! ¡Que tu ministerio sea fecundo en medio de los pobres! ¡Que tu presencia sencilla y alegre entre aquella gente sea signo del amor de Dios a los pobres y de tu vida entregada como Misionero Paúl!

Aarón Delgado Méndez, C.M.