Nota de prensa sobre el P. Emilio Molina Ríos, CM
PERIÓDICO LA PROVINCIA – DIARIO DE LAS PALMAS
OBITUARIO
Lunes, 21 de mayo de 2018
Emilio Molina Ríos, sacerdote paúl
La trayectoria de don Emilio Molina Ríos podría describirse de manera inequívoca con los siguientes términos: sacerdocio, deporte y docencia.
Éstas fueron las grandes vocaciones que conmovieron a este incansable prelado desde que, a muy temprana edad, abandonara su pueblo natal en las medianías de Gran Canaria y se trasladase con su familia al barrio capitalino del Lomo Apolinario.
Nació Emilio Molina Ríos el día 10 de abril de 1931 en el seno de una familia humilde afincada en San José del Caidero de Gáldar, hijo de don Gregorio Molina quien regentaba por entonces un pequeño molino más tarde reconvertido en carpintería y de doña Francisca Ríos, campesina y madre de ocho hijos que se repartían a la par (cuatro varones y cuatro mujeres) de entre los cuales Emilio ocupaba por orden de nacimiento el tercer lugar.
Pocos años después de su nacimiento, la familia se trasladó al completo hasta el barrio del Lomo Apolinario, concretamente al cauce del barranco Guiniguada, donde don Gregorio había encontrado trabajo como maquinista y encargado de un pozo cuya propiedad pertenecía a doña Pino Apolinario Placeres -noble benefactora del barrio y la parroquia de San Vicente de Paúl-, que posteriormente pasaría a pertenecer a la congregación religiosa y misionera afincada en la zona.
En el fondo del barranco, a caballo entre los barrios de La Matula y Lomo Apolinario, Emilio pasó su niñez recorriendo los senderos que, desde el cauce más bajo, ascendían por la ladera y comunicaban la vivienda familiar con la parroquia de San Vicente de Paúl, ya fuera para realizar los quehaceres cotidianos, bien para ir a la escuela de don Nicolás o para asistir a misa a las seis de la mañana.
Ya desde estos primeros años de escuela, Emilio comenzó a despuntar sobre el resto de alumnos por sus aptitudes para el estudio, cualidades que obligaron al maestro a recomendar el ingreso del niño en el seminario de San Vicente de Paúl para que completara allí su formación.
Recuerdan sus familiares que, desde muy pequeño, Emilio tenía muy clara y definida cuál sería su vocación; a la edad de 14 años comenzó su periplo por el Archipiélago Canario, Munguía y Salamanca, donde completaría sus estudios universitarios.
Regresó a su tierra natal a los 20 años, ordenándose sacerdote el 1 de julio de 1956 y celebrando el acto de primera misa en la parroquia de san Vicente de Paúl.
Fue destinado a Roma, donde se doctoró en Teología (Catálogo de la Biblioteca de la Universidad Gregoriana Pontificia. Roma), comenzó a partir de entonces su labor como docente, dedicándose, en lo sucesivo, por entero a la enseñanza en distintas provincias y localidades de España.
Poco después sería nombrado Superior del Seminario San Vicente de Paúl de Salamanca, nombramiento muy notorio del cual se hizo eco en su momento la prensa nacional con titulares como el que sigue: “Un canario, nombrado Superior de la Apostólica de San Vicente de Paúl de Salamanca”.
Junto con su labor como docente, Emilio Molina Ríos nunca abandonaría la que fuera su gran pasión: el deporte, pudiéndose encontrar al joven sacerdote en torneos de tiro, caza, pesca, tenis y fútbol, pues comentaba de forma jocosa entre sus círculos más cercanos: “Si no hubiese sido sacer-dote, hubiese sido futbolista”.
A su regreso a Gran Canaria tomó el rumbo y la dirección del Colegio San Vicente de Paúl, cargo que ejercería con total dedicación durante varios años, fomentando el deporte entre los jóvenes y escolares, con los cuales organizaba Olimpiadas anuales así como promoviendo un amplio abanico de deportes.
Por su incansable labor tanto como sacerdote, deportista y docente, los vecinos del barrio de Lomo Apolinario y del resto de barrios cercanos recuerdan a Emilio Molina Ríos como una persona entrañable recalcando su paciencia e incansable labor para captar la atención de los niños y los jóvenes de entonces e inculcarles los valores personales y la ética de las disciplinas deportivas.
En el año 2012 dejó la dirección del Colegio. Tras su jubilación pasó a vivir en la residencia que los Padres Paúles tienen en Zaragoza a raíz del mal estado de su cadera. En las últimas semanas fue aprobado en el pleno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria cambiar la denominación de la calle Paraná a Emilio Molina Ríos en reconocimiento a su incansable e incondicional tarea educativa.
Comunidad educativa
San Vicente de Paúl
Las Palmas de Gran Canaria
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