¿Sana envidia?

Vicente01El artículo de Josico me ha refrescado la memoria y el deseo. La verdad que echo de menos el trabajo que durante muchos años se ha realizado desde la Comunidad de Boggiero, tanto en unión con la SSVP (Ozanam) como con el Colegio del Carmen. Echo de menos ese servicio integrador en esta barrio marginal y me da gozo continúen desarrollando hoy nuestros futuros paules.

Todos sabemos que cuando se colocó esta casa de Paúles en la calle Boggiero fue con la intención de que nos integráramos, “sin ser del mundo”, en este barrio donde reinan casi todas las pobrezas con un sentido de presencia servicial y misionera. El trabajo diario con niños y jóvenes, (tanto los marginados como los deseosos de compromiso social), ha sido una de las señas de identidad de esta casa. Y en este momento de renovación me parece bueno dejar constancia de ello no sólo como testimonio, sino, sobre todo, como reto de futuro evangelizador.

¿Sana envidia? Pues sí. Porque no sólo como miembro de esta comunidad; también como misionero siento por dentro una comezón que la podría decir con las palabras de san Pablo (reinterpretadas): ¡Ay de mi, ay de nosotros, si no acertamos a evangelizar a los pobres! San Vicente proclamaría con fuerza: ¡Que nos destruya Dios!

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