Visita al Seminario Interno en Guatemala

La semana del 29 de julio al 2 de agosto tuve la oportunidad de visitar el Seminario Interno de CLAPVI-Norte en Guatemala, donde se encuentran nuestros seminaristas Ever y Wilmer. Me acompañó en el viaje nuestro estudiante José Pedro López.

Son un total de 11 los jóvenes que realizan este año el Seminario Interno, 7 mexicanos y 4 hondureños (dos de cada provincia). El padre Irving Amaro, director del SI y único formador que reside con ellos, está realizando un gran trabajo con ellos. Ahora mismo se encuentran estudiando la historia de la Congregación. Anteriormente han estudiado la biografía de san Vicente (tomando como fuente principal el libro de Román), la vida de santa Luisa, las Constituciones, los votos y las virtudes. En algunos de estos temas han colaborado algunos padres venidos de fuera, como el padre José Luis López, de Honduras, o el padre Gregorio Gay, que llevó a cabo un taller sobre la vida comunitaria. También tuvieron la visita de una hija de la caridad que expuso la vida de santa Luisa de Marillac.

La vida en el Seminario Interno es tranquila. El horario se sigue escrupulosamente. Los jóvenes seminaristas colaboran, según las asignaciones, en las diferentes tareas comunitarias. El lugar ayuda: un oasis de paz alejado del bullicio de la ciudad y del famoso (por lo intenso) tráfico de Guatemala. Pedro y yo sufrimos en nuestras carnes los problemas del tráfico, que hacen que un trayecto de 30 minutos pueda alargarse durante varias horas. El clima es bastante agradable. Al ser montaña, el termómetro marca siempre unos grados menos que en la ciudad. Con todo, las mañanas son frescas.

La oración matinal y la eucaristía diaria, celebrada con sosiego y devoción, sirven para centrar la vida en lo importante, Jesucristo, nuestro centro, y dan sabor al resto del día. Cada día uno de los seminaristas prepara una pequeña reflexión para compartir tras las lecturas. 

El deporte y los tiempos comunitarios amenizan la vida del seminario, y sirven para la convivencia. Se percibe un buen ambiente. El trato entre los seminaristas es afable, y son acogedores con los visitantes. 

En los días que permanecí allí tuve la oportunidad de compartir con ellos un taller sobre la santidad vicenciana. Tras conocer a los santos y beatos de la familia, realizamos una reflexión sobre la llamada a la santidad en nuestros días, y la necesidad de una pastoral de la santidad que lleve a cada cristiano a tomarse en serio la vocación de ser santo. Las reflexiones compartidas por cada seminarista fueron un enriquecimiento para todos.

Aprovecho estas líneas para agradecer al padre Irving y a cada uno de los seminaristas su acogida y hospitalidad en estos días.

Iván Juarros, C.M.

 

David Carmona, C.M.

David Carmona, Sacerdote Paúl, es canario y actualmente reside en la comunidad vicenciana de Casablanca (Zaragoza).

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