Cincuentenario de la Provincia en las Comunidades de Tenerife
BODAS DE ORO DE LA PROVINCIA DE ZARAGOZA
EN LA DIÓCESIS NIVARIENSE
El día once de Noviembre, festividad de San Martín de Tours, las dos Comunidades de la isla de Tenerife, nos hemos reunido en La Laguna con nuestro Visitador, para celebrar el cincuentenario de nuestra Provincia.
Así es, desde 1970 que empezó a rodar nuestra andadura, hasta el día de hoy, recordamos con agradecimiento, las obras que Dios ha hecho a través de sus misioneros, durante todos estos años.
Desde el P. Jaime Corera, primer Visitador, hasta hoy, hemos recordado las casas, Comunidades y obras que se han ido sucediendo. Y también los grandes misioneros que la levantaron y lucharon para tener lo que tenemos hoy. Una Provincia tremendamente misionera, con un talante y una forma de hacer seria, organizada, y entregada a la Congregación y a la Iglesia.
Una Provincia que, en sus inicios, tenía una media de edad muy joven, que integraban 132 misioneros, así como hermanos y estudiantes. Y que con el paso del tiempo, se ha ido envejeciendo y perdiendo activos de personal que, por edad, han pasado a misionar desde el Cielo, pero sin perder su frescura y ganas de trabajar en favor de la Evangelización.
Como ha glosado el P. Azcárate, nuestro Visitador actual, no fueron precisamente momentos fáciles, sino que con las arcas vacías, pero con el corazón lleno, se puso manos a la obra porque estaban convencidos de que era obra de Dios, y de Dios, ciertamente, sacaron las fuerzas y la inspiración para ir extendiéndose y asumiendo los retos: eclesiales, sociales, políticos o económicos en las diferentes épocas.
No era necesario ser felices, sino de ser fieles a los votos asumidos. Y con esta fidelidad, no desviarse ni a izquierda ni a derecha de los planes trazados en las 16 Asambleas Provinciales, actualizando nuestras Constituciones y Estatutos.
Tras la charla, fuimos a la Iglesia de Los Dolores a celebrar la Eucaristía de Acción de Gracias, y a rezar por nuestros misioneros, padres y hermanos, fallecidos.
Tras la Eucaristía, nos obsequiaron con una comida excelente (el P. Hernán hizo una carne al horno que estaba para morirse!!!).
Y como recordatorio, el Visitador nos regaló el Libro Aniversario de la Provincia, y un estuche con un bolígrafo precioso.
Dios nos anime a todos a no sucumbir ante los retos que se nos abren ahora, sino a buscar ser inventivos hasta el infinito, pues cada generación posee la herencia, la tradición y el mismo espíritu que ha movido a nuestros cohermanos a hallar soluciones y a crecerse ante las dificultades. Nadie lo ha tenido fácil en estos cincuenta años, pero tampoco nadie ha desistido porque somos conscientes de que hemos de trabajar como si todo dependiera de nosotros, sabiendo que, en último término, todo depende de Dios que nos da fuerza para seguir adelante.
Muchas felicidades a todos y, por lo menos, a por otros cincuenta años!!!
Joaquín Estapé, C.M.
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