Textos para la Historia de la CM en España (5 de febrero de 1722)
Carta del Dr. D. Miguel Sastre, arcediano de Mallorca, al P. Barrera, anunciándole el propósito de fundar una casa de la Misión en Palma
Con toda ingenuidad certifico a V. R. un buen informe que tenía de su Congregación mi amado Padre el Sr. D. Pedro Bersotti, Pbro. de la franca Condea de Borgoña, con quien frecuentemente me confesé por espacio de treinta años; porque veinticuatro años habitamos juntos en la casa del arcedienato de Mallorca, y seis años fuimos amigos carísimos en Roma, Este buen siervo de Dios feneció en Mallorca sus días en 28 de enero de 1717. Pero pocos años antes que muriese, fue de parecer que yo hiciese mi testamento y que dejase más de la mitad de mi hacienda a Vs. Ss.Rs. para que fundasen su santo Instituto y Congregación en Mallorca; porque como el dicho Sr. D. Pedro, hallándose en Roma, fue algún tiempo convictor en dicha Congregación, tuvo bastante tiempo de informarse del buen reglamento de dicha Congregación. Y puedo asegurar a V. R. que era muy querido de todos aquellos Padres de Montecitorio, y que le habrían admitido en su Congregación, a no haber sobrevenido algunos achaques y enfermedades que después por toda su vida le martirizaron. El dicho Sr. D. Pedro estimaba mucho aquellos PP. y con razón, porque sin exageración puedo certificar a V. R. que los PP. de la Congregación de la Misión de Montecitorio de Roma son un verdadero espejo de todos los religiosos por lo raro de la ejemplaridad de la vida que profesan, de que puedo yo dar buen testimonio, habiendo tenido la dicha de haber hecho con ellos los santos ejercicios diez días en dicha casa.
Asentado todo lo dicho sepa V. R. que en mi testamento, está expresado que seguida mi muerte, luego se dé una copia auténtica al Ilmo. Sr. Obispo, para que con su santo celo procure se ponga en ejecución (si yo viviendo no lo hubiese hecho) la fundación de la Congregación de los PP. de la Misión. Y si dentro de tres años, después: de mi muerte, no se ejecutase mi voluntad, luego entreguen dicho legado pío a los PP. de San Felipe Neri de Mallorca. Y para que V. R. quede más informado, sepa que el legado pío que dejo para la fundación consiste en 300 libras de renta, moneda mallorquina, que son siete reales de plata castellana por cada libra. Mas les dejo casas para su habitación muy buenas, una librería con buenos libros que compré muy escogidos, cuando me hallaba en Roma, que con corta diferencia valdrán mil reales de ocho y todos muy a propósito para el Instituto que profesan. Mas les dejo un predio o retiro con buena habitación en donde he fabricado un oratorio que es singular en la isla de Mallorca, y muy apropósito para retirarse allí ad tempus los PP. antes de salir a misiones, y me fruta al año 120 libras. A más de lo dicho, después de mi muerte y de unas legatarias, dejo a los PP. de la Misión la mayor parte de mi hacienda, y la otra parte a la parroquia de San Miguel, en donde tengo mi sepultura. La mayor parte de mi hacienda que dejo a dichos PP., muertas las legatarias, subirá a 32 libras con las 300 de renta, lanería, casas y predio. Y si Dios me diese un poco más die vida sobre los 64 años que cumplí ya en 4 de julio de 1721, podría aumentarse mi hacienda y patrimonio que es de la Iglesia y de los pobres.
Este es un borrón con que he dado noticia a V. R. de mis píos sentimientos y afectos que tengo a su Congregación, que si se ejecutan, esperaría una buena reforma de los eclesiásticos en nuestra isla de Mallorca, de que tanto necesitamos. Confío que V. R. conservará el secreto de mis sentimientos entre los PP. de su Congregación, y me avise por correo de lo que será del agrado de V. R., y me encomiende a Dios, que yo haré lo mismo.
DR. MIGUEL SASTRE.
Mallorca y febrero 5, de 1722.
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