Formación permanente – Zona Norte

ENCUENTRO DE ZONA EN BARAKALDO

Las comunidades de Barakaldo, Pamplona y San Sebastián habíamos acordado celebrar el primer encuentro de zona de este curso en Barakaldo: el lunes, 26 de octubre.

Cuatro miembros de la comunidad de san Sebastián (Erramun Aizpuru, Luis Miguel Medina, José Manzanedo y Benito Martínez; Javier López estaba en cama con fiebre ese día) y tres de cada una de las comunidades de Pamplona (Pablo Domínguez, Julián Soriano, Tomás Chocarro; José F. Riol, Ángel Oyanguren y Antonio Ibáñez) llegaron puntuales a la cita. La comunidad de Barakaldo al completo los acogía con verdadera alegría.

El encuentro dio comienzo con la oración de la Hora Sexta y el Ángelus. Las buenas voces resonaron en los cantos, en las dos lenguas oficiales, desde la Capilla. Atestiguaban una fecunda participación.

Y de fecunda podemos calificar la comunicación que durante más de una hora mantuvimos en torno a los párrafos seleccionados de la encíclica “Laudato Sí”.

Destacamos la importancia de sensibilizarnos sobre el cuidado de la casa común, ya que no ha sido un tema que hayamos trabajado suficientemente: conversión ecológica global, así la denominó uno de los participantes.

Insistimos en las dimensiones social, ética y moral y en la responsabilidad personal, comunitaria y de los pueblos, así como de las autoridades, empresas y grupos de presión.

Pusimos de relieve la profunda relación existente entre el cuidado de la casa común y nuestra vocación de evangelizadores de los pobres: el deterioro de la naturaleza va siempre contra la persona, individual y socialmente considerada, y muy particularmente contra las personas y grupos más pobres.

Todos expresamos nuestro compromiso de aportar nuestra contribución personal y comunitaria para enfocar el denominado estado de bienestar desde la perspectiva ofrecida por la encíclica; y de dar pasos decididos hacia el desarrollo sostenible de la creación.

La visita de reconocimiento a los espacios del Colegio (realizada por algunos) y el aperitivo conocido como ruta del vidrio (saboreado por otros) dieron paso a la comida de fraternidad, festiva y reposada, y al café bullicioso en la sala donde no faltaron los “somos de Barakaldo”, “ay, Bengolea” o las jotas. Un entrañable “agur, jaunak” nos emplazó a todos para nuestro próximo encuentro en San Sebastián, sinceramente agradecidos por la participación de todos y por la acogida de la comunidad de Barakaldo.

Un participante