Novena de La Milagrosa en Teruel
Si puede darse a España el honorable título de “Tierra de María”, no es menos cierto que pueda darse a estas tierras del Turia el título de “Tierra de la Milagrosa”.
La manera en que se siente y se vive esta fiesta entre sus gentes, tradición que casi cumple 100 años, al ser misionadas cada cinco años estas tierras por los misioneros paúles en tiempos pretéritos, hacen que arraiguen estas celebraciones.
Gentes venidas de diversas parroquias, barrios y pueblos de Teruel, hacen que por nueve días la iglesia se llene de personas con dos objetivos primordiales: Por un lado, honrar a la Virgen Milagrosa y pedirle favores; y por otra, comprar los calendarios y llevarse alguna medalla bendecida para ellos o sus seres queridos.
Cada uno de los nueve días, se celebraban dos misas. Una matinal, y la otra, siempre la más concurrida, la vespertina. De esta manera, a las 11,30, se iniciaba la jornada con las confesiones. Ello daba paso a la misa de 12, celebrada o por el P. Jesús Mari Egüés, o por el P. Joaquín Estapé. Y amenizadas al órgano por el P. Muneta.
A las 19´30 confesiones de nuevo, y la Eucaristía presidida por el Rector y Superior, el P. Juan Julian Catalán, acompañado al órgano de nuevo por el P. Muneta, y la concurrencia siempre fiel y colaborativa de la Famiia Vicenciana.
Pero el día en que más concurrencia hubo fue el Domingo 27 de noviembre a las 20 horas. Día en que se bendijo e impuso las medallas, y en la que, aparte del órgano, actuó un coro extraordinario.
Nos llena de alegría y satisfacción que, después de estos años de pandemia, se vuelva a celebrar en Teruel, con todo su esplendor, uuna fiesta tan querida para todos nosotros.
Si bien el frío atenazaba las calles, el calor del amor de la madre inflamaba los corazones de todos los presentes!
Joaquín Estapé, C.M.
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