Novena de La Milagrosa en Pamplona
Con la riqueza del legado que nos han transmitido San Vicente de Paúl y todos los misioneros que nos han precedido en esta comunidad de la Iglesia de la Milagrosa de Pamplona y con el deber pastoral de perpetuar dicho legado de la Medalla Milagrosa y a la vez ampliar su devoción, iniciamos la novena el 19 de noviembre de 2022. Fue un día muy memorable porque la propia celebración comenzó sin mascarilla ni restricciones y con chubascos, después de un verano tan largo y seco. Siempre hay alegría y entusiasmo en los corazones de las personas que quieren celebrar la novena porque la Medalla Milagrosa se lleva en corazón de los pamplonicas (Navarra). Una semana antes recibimos en nuestra Iglesia el coro zaraustarra, de 45 voces mixtas, “Zarautz Abesbatza” que nos ayudó a ponernos a “tono” para un buen inicio.
“María, Mujer Sinodal” fue el eje transversal de toda la novena que nos unía armónicamente a la Iglesia en su preparación para el Sínodo de los Obispos convocado por el papa Francisco, que tendrá lugar en Roma, en dos sesiones, la primera del 4 al 29 de octubre de 2023, y la segunda en octubre de 2024. Su lema es, “por una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión”.
Este año, como los anteriores, hemos tenido siete eucaristías diarias con muchísima asistencia, y como es tradición, el último día, fue “apoteósico” en cuanto a la asistencia, ya que estuvieron más personas llegadas de otras localidades de Navarra y provincias colindantes. También ha habido mayor participación en el sacramento de la reconciliación.
La novena es fruto de un gran equipo que hace posible que todo vaya sobre ruedas: la comunidad de los misioneros de la Iglesia, reforzada este año con la ayuda del P. Juan Javier Iñigo, la AMM, el equipo de pastoral, organistas, lectores … a todos ellos nuestro agradecimiento sincero y nuestro ánimo para que sigan así de bien por muchos años.
Me gustaría mencionar la actuación de la “Rondalla Armonía” que nos deleitó, el sábado día 26, al finalizar la última eucaristía y que fue un anticipo de la fiesta de lo que íbamos a vivir al día siguiente.
Hemos tenido también, como otros años, presentes a nuestros compañeros de Honduras y su misión evangelizadora, promoviendo, vocacionalmente, el puente de fraternidad con nuestra Iglesia. Somos conscientes de que estamos en momentos complicados por la inflación que nos toca vivir. ¡Ojalá! Que no afecte demasiado a la colecta.
El día 27, en la eucaristía de las 19:30, con la presencia de nuestro Arzobispo, Don Francisco Pérez, cerramos la novena de este año con la esperanza, como nos recordaba él, “puesta en la Madre del cielo, que no nos deja solos y nos acompaña siempre en nuestro caminar”. Los fuegos artificiales iluminaron una noche llena de emociones al mirar, casi con sabor a despedida, a la Virgen Milagrosa, en lo alto de la torre, pero, ciertamente, en espera de volver a encontrarnos con ella porque “ya falta menos” para la próxima novena 2023, si Dios quiere.
Patrick Chinnappan, C.M.
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